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El FC Barcelona y el Real Madrid son los dos clubes más mediáticos e importantes del planeta. Su impacto social y cultural está un peldaño --o dos-- por encima de cualquier otra entidad deportiva y todo lo que les rodea debe ser de alto standing, incluidos sus estadios. Justo por ello, tanto Joan Laporta como Florentino Pérez han impulsado la reforma de sus dos templos, pero una ha salido --o saldrá-- mejor que la otra: los cinco puntos débiles del Bernabéu que no tendrá el Camp Nou.

La acústica

El primero de ellos es una de las carencias más evidentes y desastrosas del feudo madridista: la acústica. Desde el anuncio del proyecto del Nuevo Bernabéu, 'Floren' sacó pecho de que su nuevo hogar iba a ser una verdadera casa "multiusos", ya que pretendía utilizar su gran creación para albergar conciertos, eventos y miles de ideas que, de momento, no han visto la luz.

El Bernabéu y el Camp Nou del futuro FOTOMONTAJE CULEMANÍA

Después de los primeros conciertos en Chamartín, las quejas empezaron a florecer. La concentración del sonido y su proyección hacia el exterior provocaron conflictos y restricciones de uso, algo que sigue afectando al Real Madrid, que vio como numerosos de los eventos que tenía preparados se trasladaron al otro lado del Manzanares: el Riyadh Air Metropolitano.

Dicho problema no existirá con el Spotify Camp Nou. El diseño culé prioriza una acústica específica para el fútbol, con una cubierta fija más ligera y abierta, pensada para amplificar el ambiente del estadio sin generar impactos sonoros excesivos en el entorno urbano. Eso no significa que el FC Barcelona no ceda sus instalaciones para eventos, sino que estos también gozarán de una buena acústica.

Los accesos

Uno de los flancos más problemáticos del nuevo Bernabéu ha sido la gestión de accesos y la relación con el vecindario. La celebración de partidos y, sobre todo, de eventos extradeportivos ha tensionado la movilidad en el eje de la Castellana, con calles colapsadas, dificultades para peatones y quejas recurrentes por ruido y masificación. Asociaciones vecinales han denunciado una falta de previsión estructural y una sensación de saturación permanente, agravada por un estadio que ha ampliado su uso sin una transformación urbanística profunda de su entorno inmediato.

El proyector del nuevo Santiago Bernabéu haciendo sus primeras pruebas REDES

Imagen virtual del futuro Espai Barça que contempla un hotel y oficinas al lado del Camp Nou FCB

El Barça ha querido anticiparse a ese escenario con el Espai Barça, un proyecto que no se limita al estadio, sino que redefine toda la zona de Les Corts. La creación de nuevos espacios abiertos, la reordenación de accesos peatonales, la mejora del transporte público y la reducción del impacto del tráfico son ejes clave del plan. Laporta ha defendido que el nuevo Camp Nou debe convivir con el barrio, no imponerse sobre él. La intención es clara: un estadio integrado urbanamente, que minimice conflictos vecinales y convierta los días de partido en una experiencia más fluida y sostenible para todos

La cubierta y el césped

La tercera flaqueza del Bernabéu es una de las causas de la mala sonoridad dentro del estadio: la cubierta. La cubierta retráctil del Bernabéu fue vendida como una de sus grandes innovaciones, una solución técnica que permitiría proteger a los espectadores y acoger eventos en cualquier condición meteorológica. Sin embargo, su complejidad ha derivado en un mantenimiento costoso y en una eficiencia operativa menor a la esperada: abrir y cerrar la estructura requiere tiempo y recursos, algo que ha llevado a usos limitados y a una percepción crítica entre seguidores y expertos.

El Bernabéu, totalmente cubierto Redes

Así será la nueva cubierta y el 'skywalk' del Spotify Camp Nou reformado Captura FCB

El proyecto del Espai Barça apostó desde el principio por una cubierta fija de 48.000 metros cuadrados que proteja a todas las localidades sin recurrir a mecanismos retráctiles. Esta decisión no solo reduce los costes futuros de mantenimiento, sino que también simplifica la estructura, aporta seguridad y mantiene un diseño visual coherente con la identidad del club. Para Joan Laporta y su junta, esta es una forma de garantizar funcionalidad y eficiencia sin renunciar a una imagen potente.

Además, entre los grandes atractivos tecnológicos del Bernabéu está su césped móvil: un sistema que permite deslizar el terreno de juego fuera del estadio para su cuidado especial. En teoría, esto optimiza la calidad del pasto, pero en la práctica ha resultado altamente costoso y complejo de gestionar, con riesgos de fallos mecánicos y un impacto económico difícil de justificar frente a otras prioridades del club. De hecho, hasta se rumorea que el club blanco pinta con pintura verde el campo para que se vea mejor.

Jude Bellingham, sobre el césped del Santiago Bernabéu en el Madrid-Villarreal EFE

La grada del Camp Nou, durante el Barça-Osasuna de Liga Artur López CULEMANIA

En cambio, el Camp Nou ha optado por una solución más tradicional y robusta: un césped fijo con sistemas avanzados de mantenimiento que priorizan la durabilidad y una superficie óptima sin necesidad de recurrir a traslados mecánicos. Esta elección responde a un equilibrio consciente entre rendimiento deportivo, sostenibilidad y coste: mientras el club blanco apuesta por la sofisticación técnica, Barcelona apuesta por la fiabilidad operativa. Para la directiva culé, es preferible garantizar un campo excelente con mínima complejidad antes que innovar con elementos de difícil retorno.

El videomarcador

Una de las decisiones más comentadas en el proyecto del Camp Nou ha sido la “renuncia” al videomarcador 360º que popularizó el Bernabéu, optando en su lugar por tres grandes pantallas distribuidas estratégicamente. En Chamartín, el videomarcador circular suponía una experiencia inmersiva para aficionados y patrocinadores, con más de 18 pantallas LED y un sistema de sonido envolvente, diferenciando al estadio del resto en términos técnicos y comerciales.

El videomarcador de 360 grados del nuevo Santiago Bernabéu REDES

Un render del nuevo Camp Nou con los tres videomarcadores FCB

Pero en Barcelona la apuesta fue distinta. El club descartó una instalación similar tras estimar que la calidad de imagen y la viabilidad tecnológica no cumplían con sus expectativas, y además se buscó evitar inversiones especulativas que no aportaran un valor directo a la experiencia del socio. Esto ha generado debate: algunos culés creen que prescindir de un marcador 360º puede restar atractivo audiovisual frente a rivales europeos; otros ven positivo un enfoque más eficiente y funcional que prioriza visibilidad y retorno.

Los palcos VIP

Finalmente, la última flaqueza del Bernabéu es la de los palcos VIP. El Bernabéu ha multiplicado sus zonas VIP, palcos y hospitality en nombre de la modernización y la explotación comercial. El resultado es un incremento significativo de ingresos potenciales, pero también una sensación de que se ha desplazado al aficionado tradicional hacia zonas menos céntricas, encareciendo la experiencia de partido. Esto ha resultado en críticas internas que señalan que el estadio está más orientado al espectáculo y a eventos que a la esencia futbolística. Además, el número de localidades es mucho menor al propuesta por el FC Barcelona, que, en cambio, tendrá peor visibilidad en los suyos.

El estadio Santiago Bernabéu, durante un partido de la NFL EFE

'Render' de los palcos VIP del nuevo Camp Nou FCB

En la Ciudad Condal, Laporta quiso ajustar esta fórmula con un enfoque más equilibrado, manteniendo espacios premium, sí, pero sin sacrificar demasiadas localidades populares ni la identidad social del Camp Nou. La idea de Laporta es que el estadio siga siendo un lugar donde el socio de siempre tenga protagonismo, evitando un exceso de exclusividad que pueda alienar a la base de aficionados. Así, el nuevo Camp Nou busca ser moderno y rentable, pero sin perder el espíritu comunitario que caracteriza al barcelonismo.

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