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La relación entre el Barça y el Real Madrid atraviesa uno de los capítulos más calientes de la historia reciente de ambos clubes. En el ojo del huracán de los problemas residen varios asuntos: la Superliga, la posible conversión en SAD y, sobre todo, el caso Negreira. Florentino Pérez no afloja en su intento de criminalizar lo máximo posible la investigación legal activa que se desarrolla con el FC Barcelona como imputado y, parece, que quiere llegar un paso más allá. 'Floren' lo tiene claro, pero, tras las palabras de Ernesto Valverde y Luis Enrique, existen tres hipótesis diferentes sobre las razones secretas que motivaron a los directivos culés a seguir adelante con su vínculo con José María Enríquez Negreira.

Sin tapujos

El primer motivo posible es el que más le gustaría a Florentino y el Real Madrid. Esta realidad alternativa contempla que el FC Barcelona realmente trató de influir en el estamento arbitral. Asimismo, tan solo un árbitro se benefició de ello, Negreira, y no hubo nadie más involucrado. Este, que tenía cierta influencia en los ascensos y descensos de la Liga, habría favorecido al club culé en varias decisiones. La opción más dura.

Laporta, Negreira y Florentino en un montaje Culemanía

Un chantaje

La segunda alternativa es más de película. En este escenario, el FC Barcelona fue víctima de un chantaje. José María Enríquez Negreira habría amenazado a la entidad catalana con el aviso de que iba a perjudicarlos arbitralmente y que si no pagaban una cantidad de dinero determinada, iban a salir mal parados.

Laporta, en su rueda de prensa por el 'caso Negreira' FCB

Frente a dicha situación, los mandamases culés habrían decidido sucumbir al chantaje y pagar lo que Negreira pedía, pero sabiendo que no iban a salir beneficiados, algo que nunca ocurrió. De este modo, el Barça no habría transferido dinero al exvicepresidente del CTA para salir bien parado, sino para todo lo contrario: evitar salir perjudicado.

Delito de administración desleal

La última hipótesis es aún más dura, pero descarta la implicación del FC Barcelona como institución en el caso. Esta realidad presenta la idea de que figuras que tenían cierto poder dentro de la entidad azulgrana decidieron inventar un sistema para poder justificar pagos y sacar rédito económico de ello y, posteriormente, repartirse lo reportado.

Montaje sobre el 'caso Negreira' con Laporta y Bartomeu EL ESPAÑOL

Este movimiento sería objeto de un delito de administración desleal, pero no de corrupción deportiva, de lo que se le acusa al FC Barcelona actualmente y por lo que está imputado en el caso. Sin embargo, sea por 'A' o por 'B', si, finalmente, el proceso legal llegara a la conclusión de que el Barça debe ser castigado, el club azulgrana se expondría a su expulsión de la Champions League, algo que Florentino sigue intentando.

Denuncia a la FIFA

Según informan fuentes cercanas al Real Madrid, el club blanco está preparando un informe analítico con datos y estadísticas arbitrales de los últimos 20 años. Su objetivo es recopilar pruebas suficientes para enviar el archivo a la FIFA y argumentar que fue perjudicado arbitralmente durante el lapso temporal que José María Enríquez Negreira pasó como vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA). La idea: provocar la expulsión del FC Barcelona de la Champions League.

Gianni Infantino, presidente de la FIFA, presentando el trofeo del Mundial de Clubes 2025 EFE

Florentino Pérez da el discurso típico navideño ante los medios de comunicación EFE

Con dicha intención entre ceja y ceja, el Real Madrid busca que el FC Barcelona reciba todas las reprimendas posibles por lo que Florentino considera "una situación gravísima" y que, de este modo, Gianni Infantino sea lo más hiriente posible en sus sanciones. Sin embargo, la realidad es otra. La FIFA ni pincha ni corta en esta situación, quien tiene la sartén por el mango es la UEFA.

Ceferin sí, Infantino no

El motivo principal es muy concreto y se encuentra en el reglamento disciplinario del organismo dirigido por Aleksander Ceferin. La respuesta está en el artículo 4 de dicho escrito. Allí, se explica como en caso de que el FC Barcelona tenga que ser sancionado, será la UEFA quien tome la decisión, no la FIFA. El artículo mencionado dice lo siguiente.

"Si, sobre la base de todas las circunstancias y la información disponible a la UEFA, la UEFA concluye a su entera satisfacción que un club ha sido directa y/o indirectamente involucrado desde la entrada en vigor del artículo 50 (3) de los Estatutos de la UEFA, es decir, del 27 de abril de 2007, en cualquier actividad dirigida a arreglar o influir en el resultado de un partido a nivel nacional o internacional, la UEFA declarará que dicho club no podrá participar en la competición. Esta inelegibilidad es eficaz sólo para una temporada de fútbol".

"Al tomar su decisión, la UEFA puede confiar, pero no está obligada por una decisión de un organismo deportivo nacional o internacional, tribunal arbitral o un tribunal estatal. La UEFA puede abstenerse a declarar que un club no pueda participar en la competición si la UEFA está satisfecha del impacto de la decisión adoptada en relación con las mismas circunstancias de hecho por un organismo deportivo nacional o internacional, tribunal arbitral o tribunal estatal ya ha tenido el efecto para evitar que el club participe en una competición de clubes de la UEFA".

Aleksander Ceferin, máximo mandatario de la UEFA REDES

Joan Laporta habla con Aleksander Ceferin en el palco durante el Barça-PSG EFE

Mucho texto y palabras bonitas, pero, en síntesis, lo que explica el organismo de Aleksander Ceferin es que será la UEFA quien, en caso de que un equipo rompa las normas en su competición doméstica nacional, tome la decisión de sancionar a dicho club. De este modo, la FIFA no podría entrar en la lucha legal que Florentino propone y, por lo tanto, la denuncia que prepara, sería irrelevante. Neutralizado.

Los puentes de Laporta

Frente a este escenario surge una pregunta: ¿y si este es el motivo por el que Laporta decidió acercar posturas con Ceferin? En los últimos meses, el club culé ha reactivado las relaciones positivas con la UEFA. De hecho, el propio Jan lo confirmó en una entrevista para La Vanguardia, donde confesó sus intenciones de hacer las paces con el organismo organizador de la Champions League.

Joan Laporta, en un fotomontaje, con la grada del nuevo Camp Nou de fondo MONTAJE CULEMANIA

Dicho acercamiento se ha realizado en un marco más que 'movidito' en Can Barça y las razones son varias. La primera y la más importante es la que atañe a una posible sanción de la UEFA al Barça por el Fair Play. En verano, el Barça fue multado con 60 millones de euros por no cumplir el Fair Play Financiero. Sin embargo, la UEFA solo activó una sanción de 15 millones de euros, a la espera de que el club se ajustara a la actual normativa.

Entrenamiento primer equipo del Barça en el Camp Nou Òscar Gil Coy Barcelona

La benevolencia de Ceferin es evidente, algo que podría estar directamente relacionado con su reconciliación con Laporta. Una reconciliación que podría venirle de perlas al presidente catalán en el caso Negreira. Si, finalmente el caso llega a las manos de la UEFA y esta es bondadosa con el Barça, definitivamente se podrá afirmar que: los puentes de Laporta funcionan.

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