En sus 126 años de historia, el FC Barcelona ha escalado peldaño a peldaño hasta la cima deportiva y económica. Nadie ha regalado nada al club azulgrana, construido con una identidad y un sentimiento únicos que atraen a millones de personas alrededor del mundo. En cambio, el Chelsea, ahogado por las deudas, recibió el aterrizaje del magnate Roman Abramovich en 2003 como la llegada del salvador. El empresario ruso compró a los blues por 165 millones de euros y saneó la entidad a golpe de talonario.
El club del oeste de Londres levantó la Champions League en 2012 y en 2021. El Barça, que ya había conquistado la Copa de Europa en 1992, alzó otras cuatro Orejonas en 2006, 2009, 2011 y 2015. En los despachos, ambas entidades se subieron a una nube de gasto desenfrenado que acarreó unas consecuencias pagadas actualmente en forma de multas. La UEFA ha impuesto una sanción de 15 millones al FC Barcelona y 31 millones al Chelsea por infringir el reglamento de licencias de clubes y sostenibilidad financiera que rige el organismo presidido por Aleksander Ceferin.
Las palancas
La institución catalana todavía despega del golpe financiero del coronavirus en 2020, mientras que el despilfarro descontrolado del conjunto inglés desencadenó que la UEFA implementase el Fair Play en materia financiera. Los blues cambiaron de manos, pero no han dejado de accionar la máquina de los billetes de Todd Boehly, el nuevo propietario a través de la sociedad de inversión: Eldridge Industries.
Las multas de la UEFA por el incumplimiento del Fair Play Financiero
El organismo rector del fútbol europeo ya ha aplicado mano dura con ambos clubes, damnificados por una venta de patrimonio para compensar la falta de ingresos. Las palancas y la comercialización de activos no han bastado a la UEFA, que ha aplicado sendas multas y no quitará ojo a los balances anuales de Barça y Chelsea, tras esquivar el riesgo real de expulsión de la máxima competición continental.
Diferencias contables
En Can Barça, la junta directiva encabezada por Joan Laporta se desprendió del 25% de los derechos audiovisuales de la Liga en verano de 2022, en aras de esquivar 120 millones de pérdidas previstas en el ejercicio 2021-22 y balancear el año contable 22-23. Dicha inyección se anotó en las cuentas como "otros ingresos operacionales".
La multa impuesta por la UEFA al Barça tras el incumplimiento de las reglas de sostenibilidad financiera
Un concepto corregido por el comité de control financiero de los clubes en las partidas de los cursos 22-23 y 23-24. El ente transnacional interpreta las palancas como "beneficios por pérdidas de activos intangibles" y, de este modo, no se podrían haber imputado como ingresos ordinarios para equilibrar la cuenta de pérdidas y ganancias. La discrepancia proviene de que la Liga sí que acepta la venta de patrimonio como vía para generar Fair Play.
45 millones condicionales
Así, el club de la Ciudad Condal excedió el límite de déficit acumulado en dos años que permite la UEFA. La entidad quebrantó el artículo 91 del reglamento de sostenibilidad y la UEFA emitió una multa de 15 millones fijos y 45 condicionales, dependientes del cumplimiento de dos condiciones en las temporadas 2025-26 y 26-27. En primer lugar, según la UEFA, el déficit máximo en el tramo 25-26 entre ingresos y gastos relevantes --Football Earnings-- tendrá que ser de 5 millones. En caso contrario, tocaría abonar 22,5 millones al ente europeo.
La junta asume que cumplirá los objetivos de la UEFA para no saltarse el Fair Play
Segundo, tendrán que cumplirse los requisitos de estabilidad con un "superávit agregado de Football Earnings o un déficit agregado de Football Earnings dentro de la desviación aceptable con respecto a los periodos de referencia que finalizan en 2024, 2025 y 2026". Si no, la UEFA se embolsará otros 22,5 millones hasta completar los 60 contemplados en la sanción.
Acuerdo entre Laporta y Ceferin
Inicialmente, la UEFA contemplaba un castigo mayor. Con esto, la cúpula directiva, liderada por Laporta, alcanzó un acuerdo con Ceferin, denominado Settle Agreement, para rebajar la sanción y evitar la expulsión de la Champions, como el propio presidente barcelonista reconoció en la asamblea general ordinaria del Barça en octubre de 2025: "Bajamos una multa de 80 millones a 60, y después a 15 sin sanción deportiva, que al principio nos querían dejar sin Champions League".
Joan Laporta, Aleksander Ceferin y Nasser Al-Khelaïfi, en el palco de Montjuïc durante el Barça-PSG
Como 2024 entraba en los ejercicios pendientes de estabilizar, Crowe Global, nuevo auditor del club, recomendó corregir el cierre 23-24 un año después mediante el deterioro del 53,4% de las acciones de Bridgeburg Invest. Los 91 millones de pérdidas netas se duplicaron tras la formulación hasta los 180 tras la reformulación contable.
El patrimonio neto
El peligro no ha amainado y queda supeditado al cumplimiento de las citadas ratios económicas y a un patrimonio neto que Grant Thornton, antecesor de Crowe, ya advertía en 2024: "La nueva normativa UEFA exige que al cierre del periodo acabado el 31 de diciembre de 2024 el patrimonio neto sea positivo o, en caso contrario, haya mejorado en un porcentaje de un 10% o más respecto al periodo anterior. La junta directiva asume el compromiso de tomar las decisiones y actuaciones necesarias para garantizar el cumplimiento normativo".
El patrimonio neto del Barça se desploma hasta los -153 millones de euros por dos nuevas depreciaciones sobre Barça Studios
A cierre del ejercicio 24-25, los fondos propios son todavía más negativos: -153 millones tras registrar otros 17 millones de pérdidas consolidadas. Solo se han provisionado los 15 primeros millones de la sanción. Tras cumplir con los compromisos adquiridos en la campaña 24-25, la junta directiva estima que no se aplicará "ninguna otra sanción durante el período de vigencia del acuerdo".
31 millones en multas
Por su parte, el Chelsea desembolsará 20 millones de penalización por incumplir con la normativa que atañe a los football earnings en los ejercicios 22-23 y 23-24, y otros 11 kilos por superar el ratio permitido de coste de plantilla en 2024. En 2023, un año después de su llegada, la nueva propiedad ya había tenido que saldar una multa de 10 millones impuesta por la UEFA ante la falta de información financiera en transacciones llevadas a cabo por los blues entre 2012 y 2019.
Todd Boehly, propietario del Chelsea FC
El club de la capital inglesa anotó un déficit ajustado, es decir, unas pérdidas netas, por encima de los umbrales permitidos por la UEFA. Además, la masa salarial superaba el 80% de los ingresos. El resultado, dos multas que sumaron 31 millones y el pacto de cumplimiento de ratios financieras durante cuatro años, el doble que el Barça, su próximo rival en la Champions League. El quebrantamiento de los compromisos supondrá penalizaciones adicionales que ascienden a los 60 kilos.
Plan fallido
Boehly intentó de evitar el sablazo mediante unas trampas contables que no contaron a ojos del organismo de control económico. El club vendió el Chelsea Femenino a BlueCo, su empresa matriz, para generar 153 millones de beneficios. La misma sociedad adquirió dos hoteles del equipo londinense, previo pago de 90 millones de euros que tampoco sirvieron para equilibrar el Fair Play, puesto que no se trataba de un comprador exterior. La maniobra se encaminaba a maquillar las cuentas, pero la UEFA no contabilizó ninguna de las operaciones.
Enzo Fernández, en la final de la Conference League
La UEFA ya había tenido que cambiar las reglas del juego en 2023, porque el Chelsea firmaba contratos que rozaban los 10 años para minimizar la amortización anual de sus fichajes astronómicos. Enzo Fernández, incorporado a cambio de 121 millones, firmó ocho años hasta 2031; Mijailo Mudryk, por 70 kilos, también se comprometió hasta 2031. Una treta limitada por el ente continental a cinco años de amortización máxima.
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