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Joan Laporta presumía, hace un año, del fichaje de Hansi Flick, posiblemente una de las pocas figuras que suscita consenso en el barcelonismo. La gestión del técnico alemán fue muy aplaudida durante la pasada temporada, que culminó con tres títulos (Liga, Copa del Rey y Supercopa de España) y una buena actuación en la Champions (semifinales). En el actual ejercicio, sin embargo, Flick no tiene la misma sintonía con el presidente. Tampoco, con los jugadores.

Flick, posiblemente, ya sabe por qué Guardiola dijo que se había "vaciado" cuando abandonó el Barça en 2012. Sus métodos, muy exigentes, fueron bien recibidos por los futbolistas durante la pasada temporada. Con el técnico alemán como líder, muchos jugadores mejoraron su rendimiento respecto a la etapa de Xavi Hernández. El caso más significativo fue el de Raphinha.

El boom de Raphinha

El rendimiento de Raphinha con Xavi fue muy irregular. Con Flick, en cambio, fue un futbolista clave. Él mejor que nadie simbolizaba las exigencias del técnico. Disciplinado tácticamente, intenso en la presión y resolutivo en ataque. Puede jugar por dentro y por fuera

Ferran Torres, Raphinha y Dani Olmo celebran el primer gol del Barça contra el Getafe en el Estadi Johan Cruyff EFE

Koundé, Baldé, Pedri, Fermín y Ferran Torres también mejoraron sus prestaciones con Flick. Su Barça, hace un año, era un equipo muy directo y vertical. Le gustaba tener la pelota y sacaba mucho rédito a su presión alta tras pérdida. 

Bajas muy importantes

El Barça 2025-26 es un equipo más frágil. Las lesiones han castigado mucho al equipo. Las bajas de Fermín, Lewandowski y Raphinha han sido un duro golpe para el técnico. A Flick, sin embargo, también le cuesta mucho más gestionar algunos egos. La plantilla no tiene la misma hambre que hace un año.

Marcus Sorg, Hansi Flick y Lamine Yamal charlan en el entrenamiento previo al Real Madrid-Barça EFE

Flick, hace un año, encontró una plantilla más receptiva que la actual. Ahora, por ejemplo, sufre con algunos capítulos de la vida privada de Lamine Yamal. En el vestuario también admiten que su sintonía con otros futbolistas no es la mejor. "Hay un cierto desgaste", admite una fuente a Culemanía

El caso del Bayern

Deco, el director deportivo, pide calma. Sabe que Flick es un técnico muy metódico, cartesiano. También sabe que algunos jugadores estarían más cómodos si fuera más flexible, sobre todo en la preparación de los partidos.

El saludo entre Hansi Flick y Alphonso Davies, después de un partido del Bayern REDES

Flick, de momento, tiene contrato con el Barça hasta junio de 2027, pero cada vez hay más dudas de que cumpla el acuerdo firmado con el club, la pasada temporada. Su etapa en el Bayern fue breve, apenas dos años, con un primer año brutal (el equipo alemán ganó Bundesliga, Copa, Champions, Supercopa de Alemania, Supercopa de Europa y Mundial de clubes) y un segundo mucho más movido y convulso.

El Fair Play Financiero

Laporta también tiene constancia de los primeros síntomas de erosión del vestuario. Su relación con Flick también ha tenido momentos delicados. Al técnico, por ejemplo, le molestó que el Barça, por motivos económicos, diera la carta de libertad a Iñigo Martínez para que se fuera a Arabia Saudí. El jugador vasco era una pieza básica para el buen funcionamiento del entramado defensivo del equipo.

Iñigo Martínez levanta el título de Liga del Barça en Montjuïc FCB

Flick también está preocupado por los constantes problemas del Barça con el Fair Play Financiero. El asunto, que penaliza mucho al club, sigue sin solucionarse. Las perspectivas tampoco son buenas.

Messi y el Camp Nou

El entrenador barcelonista también sufrió un gran disgusto con la gira asiática, con los problemas que amenazaron con suspender el primer partido en Japón. Tanta improvisación molesta a Flick.

Leo Messi, en el nuevo Camp Nou, de noche X

Laporta está en manos de Flick. No le interesa que su relación se deteriore. El técnico es una carta ganadora en las elecciones presidenciales. Sabe que una ruptura podría pasarle factura en las elecciones, aunque su gran problema sería que Leo Messi apoyara una candidatura rival. El otro factor de riesgo es el Camp Nou, cuyas obras acumulan ya un año de retraso. En las oficinas del Camp Nou, sin embargo, están convencidos de que Laporta lo tiene todo a su favor para ser reelegido presidente. "Solo él puede perder las elecciones", sentencian en el Barça.

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