El gran problema de Laporta con las dimisiones: no permite a sus profesionales ejercer el trabajo que les fue asignado
- Juli Guiu engrosa una lista de renuncias que ya suma más de 20 nombres en casi cuatro años de mandato, entre ejecutivos, directivos y otros altos cargos
- Nueva dimisión en el Barça: otro vicepresidente huye de Laporta y reactiva la crisis institucional
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La plana mayor del FC Barcelona se desmiembra a trozos. El desgaste de cada año en las oficinas de Arístides Maillol y en la Ciutat Esportiva Joan Gamper vale por cinco. A una gestión repleta de dificultades cabe añadir las constantes intromisiones del presidente Joan Laporta, en su afán de controlar cada recoveco de la entidad. La administración personalista del Barça por parte de un culé de cuna, de cuyo sentimiento nadie duda, pasa factura en el día a día de los profesionales.
Las constantes intromisiones de la presidencia restan valor a cargos tan importantes como el de vicepresidente de marketing. Funciones de vital importancia como el nuevo acuerdo con Nike tendrían que haberse gestado bajo la responsabilidad de Juli Guiu. Sin embargo, el directivo en cuestión participó testimonialmente en las negociaciones. La gota que colmó el vaso ha decantado su dimisión. Se trata de la enésima renuncia del organigrama encabezado por el propio Laporta, ante la ausencia de CEO desde la salida de Ferran Reverter en febrero de 2022.
Guiu, ninguneado
Todo pasa por Jan. Un entorno de servidumbre y palmerismo constante rodea al máximo dirigente del Barça en una espiral de toxicidad que a veces ni siquiera soportan los propios directivos. Guiu tuvo que acatar los acuerdos adoptados en materia de BLM y las condiciones económicas de la renovación con el main sponsor. El presidente de Grup Clipper's y director del festival de Cap Roig tuvo que conformarse con atar algunos activos publicitarios de la alianza.
Como se sintió ninguneado, en Culemanía ya desvelamos el 22 de diciembre sus intenciones de saltar del barco. El empresario musical no acostumbra a agachar la cabeza y reír las gracias del presidente, sino que expresa su opinión, aunque difiera de la dirigencia. Finalmente, ha seguido el mismo camino que más de una veintena de altos cargos "por motivos personales", según el comunicado emitido por el FC Barcelona.
Giró, el primero
Alguna problemática debe acontecer en el seno de la entidad para que tantos pájaros vuelen del nido. No se trata de una cantera de la Masía, sino del teórico mejor club, el que debería albergar los mejores profesionales en los despachos, a la par que sobre el campo. Con esto, en casi cuatro años de mandato, la fuga de talento no ha cesado. En ocasiones, ni siquiera se ha suplido con personal cualificado.
Jaume Giró, quien recientemente comparó a Laporta con un payaso en un artículo de opinión, fue el primero en saltar por la borda. Tras acompañar al abogado catalán toda la campaña electoral, el que iba a ocupar el cargo de vicepresidente económico renunció antes de tomar posesión, seis días después de proclamarse vencedor en los comicios. A las primeras de cambio, el posteriormente designado Conseller d'Economia de la Generalitat ya discrepaba de la confección del aval de 124 millones de euros, del que algunos directivos ni participaban.
Reverter, el CEO
Sin lugar a dudas, la baja más sonada fue la de Ferran Reverter, conocido por muchos como el mejor ejecutivo del mundo. El exconsejero delegado de Media Market Iberia jamás rompió su silencio sobre la renuncia como director ejecutivo barcelonista. AUn así, es vox populi que no comulgaba con la política del departamento de Recursos Humanos, donde las contrataciones no reunían la profesionalidad suficiente para un club de la entidad del Barça.
Como en todo divorcio, un hecho concreto causó una ruptura irreparable. En febrero de 2022, el economista puso a su disposición sus funciones como director general. Mientras se hallaba en Miami en plenas negociaciones para financiar el Espai Barça, Laporta y otros miembros de la plana mayor cerraban el acuerdo de main partner con Spotify a sus espaldas. Desde entonces, el CEO el propio presidente y el tesorero Ferran Olivé asumieron el cargo con tal de ahorrar gastos.
Las Comisiones
En las Comisiones, de funciones más ornamentales y consultivas que ejecutivas, también hubo desbandada. Jaume Guardiola dimitió en julio de 2022 de la Comisión Económica después de ganar las elecciones del Círculo de Economía.
De la Comisión del Espai Barça saltaron dos figuras. Una, Jaume Llopis, economista especialmente crítico con Laporta que dijo basta tras la despedida de Leo Messi, en agosto de 2021.
La otra, José Elías, que había avalado al sucesor de Josep Maria Bartomeu con 40 millones de euros. El propietario de Audax Renovables contaba con un papel testimonial, como ha lamentado en entrevistas posteriores a su salida: "Me pusieron un cartel de 'pinchamonas' y me dijeron 'siéntate ahí'. Para no hacer nada y estar de florero, yo tengo una reputación como empresario".
Desbandada del Espai Barça
La faraónica obra del Espai Barça personifica la crisis institucional del Barça. Tras el despido inicial de Bill Mannarelli, máximo responsable ejecutivo del proyecto durante el mandato de Bartomeu, se han sufrido cuatro dimisiones. En primer lugar, Ramón Ramírez, harto de la injerencias de Joan Sentelles, amigo de Laporta, renunció a la dirección en junio de 2022. Àlex Barbany, exdirector de ingresos nombrado sucesor, desempeñó el relevo hasta su dimisión en septiembre de 2023.
Jordi Llauradó, directivo responsable del Espai Barça, dimitió en enero de 2023 y cinco meses más tarde anunció su salida de la junta. Maribel Meléndez, máxima ejecutiva de la entidad desde el adiós de Reverter, abandonó la dirección corporativa en febrero de 2024. Dos semanas después de aducir motivos personales ya ejercía las mismas funciones en la inmobiliaria Renta Corporación.
Sin vicepresidente económico
Manel del Río, director financiero de la entidad, sustituyó a Maribel en el cargo. Como en la dirección corporativa, Laporta tampoco consideró necesario reforzar la junta directiva con un nuevo vicepresidente económico, una vez presentada la renuncia de Eduard Romeu en marzo de 2024.
El responsable de encontrar los 1.450 millones con los que costear el Espai Barça se despidió por incompatibilidades con su nueva aventura profesional: la vicepresidencia de la intermediaria sanitaria Mi vida sin dolor (Mivi).
Budó, indignado
En junio de 2024, el director del área de deportes, Xavier Budó, puso fin a una estancia en can Barça llena de impotencia. Con una capacidad de acción tan limitada, sus planes de implementar mejores en las secciones quedaron en meras intenciones. Como es costumbre, al servicio del presidente, el poder y la gestión de cada ejecutivo se reducen sensiblemente.
Según algunas informaciones, Enric Masip, asesor de la presidencia, no habría respaldado ciertas propuestas del director del Centro de Excelencia Deportiva. Así, su peso en la toma de decisiones se redujo considerablemente.
Profesionales anteriores
Como es costumbre cada vez que aterriza una nueva junta directiva, los profesionales que se habían contratado bajo el mandato de Bartomeu hicieron las maletas una vez Laporta puso un pie en can Barça. Jordi Camps, director comercial, y Enric Lleopart, jefe del área digital pusieron sus respectivos cargos a disposición. Lo mismo que Raúl Cabrera, el que furea director de ventas del Estadio, Tour, Hospitality y Ticketing.
Caso similar al de Ramon Planes, secretario técnico fichado como adjunto de Éric Abidal en 2018. El descubridor de talentos generacionales como Pedri o Ronald Araujo renunció a la dirección deportiva en noviembre de 2021, cuando se anunció la llegada de Xavi Hernández. Curiosamente, en enero de 2024 se llevó al Al-Ittihad de Arabia Saudí a Franc Carbó, jefe de gestión del área deportiva del Barça que se especializaba en el Fair Play.
Directores deportivos
Por la dirección deportiva han transitado figuras varias que han tenido que toparse con la versión del Laporta intrusivo en materia de fichajes. El tándem conformado por Jordi Cruyff en la secretaría técnica y Mateu Alemany como director del área de fútbol pasó a mejor vida en 2023. El primero abandonó el club por su propio pie. El segundo, realizó un amago de salida rumbo al Aston Villa. Para cuando se arrepintió, Jan ya había colocado a Deco en su lugar. El ejecutivo balear tuvo que salir por la puerta de atrás.
En el fútbol femenino, el arquitecto de un equipo hegemónico, Markel Zubizarreta, recaló en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en noviembre de 2023. Meses más tarde, firmó por el holding de Michele Kang, Kynisca Sports, como director deportivo global. En el Washington Spirit, una de las cabezas de cartel, entrena Jonatan Giráldez. Tanto uno como otro marcharon por voluntad propia de la Ciutat Esportiva Joan Gamper.
Personalista y familiar
No así Mike Puig, exdirector de la Masía destituido del fútbol formativo en agosto de 2023. A pesar de que lo recolocaron para gestionar la Fundació Barça Genuine, en febrero de 2024 puso punto y final a su trayectoria en la institución barcelonista. De un modo u otro, el goteo de dimisiones erosiona la profesionalidad del autodenominado mejor club del mundo.
El talento en can Barça no puede trascender más allá de un equipo directivo. Para más inri, si el presidente quiere recompensar a sus amigos incondicionales con cargos que deberían asumir profesionales más cualificados, la parcela ejecutiva se debilita progresivamente.
Precisamente, ese círculo familiar actúa bajo las intromisiones del máximo mandatario, cuyo sentimiento barcelonista no se discute. Pero, del mismo modo que no baja al campo a patear la pelota en lugar de los futbolistas, también debe dejar a los ejecutivos que se ocupen de cuestiones tan complejas como patrocinios astronómicos o los malabarismos del Fair Play.