La Supercopa marca el futuro a corto plazo de Laporta: fue el principio del fin de Bartomeu
- El Barça se juega mucho en las semifinales de Arabia Saudí contra el Athletic
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La Supercopa, el torneo con menos glamour, marcará el futuro a corto plazo de Joan Laporta. El presidente del Barça se juega mucho más que Hansi Flick en Arabia. Su gestión deportiva y económica está bajo sospecha y las tensiones se han multiplicado tras la negativa de la Liga y la Federación Española de Fútbol de inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor hasta final de temporada.
El Barça presentó este miércoles una cautelarísima ante el CSD. En el club tienen muchas dudas sobre una resolución positiva del organismo que preside José Manuel Rodríguez Uribes. Confían más en la justicia ordinaria. De momento, el CSD tiene cinco días de plazo para responder al club azulgrana.
Raphinha, preocupado
Dani Olmo y Pau Víctor se han desplazado a Arabia Saudí. Hansi Flick espera noticias, pero no confía en una resolución inmediata. El técnico alemán admite que la plantilla está preocupada y tocada. También lo asume Raphinha, uno de los capitanes del Barça.
En los últimos años, la Supercopa ha sido el mejor barómetro para medir el estado de salud del Barça. El equipo azulgrana, con Xavi de entrenador, derrotó al Real Madrid en 2023 y meses después ganó la Liga. La pasada temporada, el grupo blanco destrozó al Barcelona en Arabia Saudí y en España.
Moción de censura
Laporta necesita una victoria terapéutica contra el Athletic. Está en manos de Flick y sus futbolistas. Horas antes del partido, Jordi Farré podría presentar un voto de censura contra el actual presidente del FC Barcelona, un club tan volcánico como ciclotímico.
La Supercopa ya fulminó a Ernesto Valverde en 2020. La derrota contra el Atlético también fue el principio del fin de la era Bartomeu. El expresidente despidió al técnico extremeño y fichó a Quique Setién tras fracasar en el intento de contratar a Ronald Koeman y Xavi Hernández. Ambos ficharon después por el Barça y ambos salieron por la puerta falsa, ya con Laporta de presidente.
El despido de Valverde
Bartomeu no quiso despedir a Valverde unos meses antes. En 2019, el Barça ganó la Liga, pero sufrió un duro golpe en la Champions, tras ser eliminado por el Liverpool, y otro en la Copa del Rey, al perder la final contra el Valencia.
Despedido Valverde, Bartomeu se encomendó a Quique Setién, quien nunca pudo poner orden en el vestuario barcelonista. Messi dejó de ser Messi, el equipo se destensó y la crisis se agrandó con el humillante 2-8 de Lisboa contra el Bayern.
La previsión de Laporta
La caída del Barça tuvo un efecto devastador para Bartomeu. En 2021, Laporta ganó las elecciones con la gorra. No necesitó un plan. Le bastó una lona en Madrid para ser respaldado mayoritariamente por los socios barcelonistas.
Laporta prometió que, en dos o tres años, el Barça volvería a ser el mejor equipo de Europa y que tendría su economía saneada. Cuatro años después, la realidad es muy distinta. Menos amable.
El Barça, con una deuda que supera los 1.200 millones de euros, solo pudo fichar a Oriol Romeu por 3,4 millones de euros en verano de 2023. Hace medio año, contrató a Pau Víctor y Dani Olmo, a quienes pudo inscribir en la Liga por la lesión de larga duración de Andreas Christensen.
Nike y palcos
Laporta aseguró que el Barça no tendría problemas para inscribir a los dos futbolistas en enero. Argumentó que el club cerraría la renovación con Nike, pero el acuerdo no bastó para que Dani Olmo y Pau Víctor puedan jugar hasta el 30 de junio de 2025. Tampoco solucionó el problema la venta anticipada de los placos VIP del futuro Camp Nou.
Más preocupado de los despachos y los abogados del Barça, Laporta necesita ahora que el equipo de Flick gane al Athletic para capear el temporal. En caso contrario, el tsunami azulgrana puede arrasarlo todo.