Los grandes patinazos de Laporta desde que regresó a la presidencia del Barça
- El dirigente azulgrana acumula muchos errores que comprometen la estabilidad del club
- Más información: La tormenta perfecta del Barça se le gira en contra a Laporta
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Joan Laporta se encontró en 2021 con una situación crítica en el FC Barcelona. Los excesivos gastos de la anterior junta directiva y la inesperada presencia de la pandemia dieron como resultado una explosiva combinación que dejó una dolorosa herida. El discurso del mandatario azulgrana se ha focalizado en que los altos mandos han hecho grandes esfuerzos para devolver la estabilidad deportiva y financiera del Barça.
Sin embargo, del dicho al hecho hay un trecho. Las buenas palabras de Laporta no siempre coinciden con acciones positivas para el FC Barcelona. En su segundo ciclo como mandatario culé ha cometido varios errores que solo se explican por la constante improvisación de quienes presiden el club y que suponen un peligro dentro del proyecto.
Todo empieza con Messi
Los grandes patinazos de Jan tienen un origen: Leo Messi. El dirigente del Barça le confió al astro argentino que la renovación de su contrato sería una realidad. "Lo de Messi lo arreglo con un asado", aseguró Jan días antes de imponerse en los comicios presidenciales. Una vez metido en el meollo, en julio de 2021 mandó un mensaje optimista al barcelonismo: "La renovación progresa adecuadamente".
Pero las promesas se las llevó el viento. Agosto de 2021 quedó marcado en la historia del FC Barcelona como el mes en el que la Pulga se despidió a moco tendido en un acto que no hace honor a su legado como culé. Messi quedó traumatizado, hasta el punto que en 2023, cuando recibió el interés de Laporta de volver al equipo, decidió no esperar hasta el final de mercado y fichó por el Inter Miami.
El declive del Barça de basket
El Barça de basket es una sección deficitaria. Históricamente lo ha sido. En plena crisis financiera del club, la directiva de Laporta pasó las tijeras en el equipo y despidió a dos piezas fundamentales dentro del proyecto: Sarunas Jasikevicius y Nikola Mirotic. Dos bajas que todavía resuenan con fuerza en los rincones del Palau Blaugrana por la actual crisis de juego y resultados que se vive en la sección.
Ni Roger Grimau ni Joan Peñarroya han mejorado el trabajo de Jasikevicius. Son muchos los aficionados del Barça que claman por la vuelta del entrenador lituano o el fichaje de un técnico que iguale su nivel. También extrañan a Mirotic, debido a que Willy Hernangómez ha estado lejos de ocupar el rol de líder dentro del vestuario. Algo que le ha traído muchas críticas al pívot español por cobrar 4,5 millones de euros brutos.
El pufo de Barça Studios
Si hay algo que ha dado problemas en la gestión del club durante los últimos tres años es Barça Studios. La sociedad que está llamada a ser el foco del negocio audiovisual y digital todavía no ha logrado justificar su valor dentro del club. La junta directiva ha contabilizado un valor de 408 millones de euros en sus balances, debido a los 200 millones que acordaron vender a diferentes socios.
Sin embargo, la realidad es que el club tan solo ha recibido 55 millones por Barça Studios, lo que ha provocado que exista un agujero en las cuentas y con ello más complicaciones para afrontar la planificación deportiva. Laporta ha preferido hacer oídos sordos al auditor, Grant Thornton, sobre la recomendación de devaluar la sociedad, que además tiene unos niveles de facturación inferiores al millón de euros. Todo esto se ha traducido en muchas penalizaciones y limitaciones en el Fair Play de la Liga, especialmente en la inscripción de Dani Olmo.
Acuerdos muy polémicos
Precisamente, los problemas para encontrar nuevos socios a Barça Studios es lo que ha obligado a la directiva a malvender los asientos Vip del futuro Camp Nou a Oriente Medio. En los últimos días lograron sellar por completo dos acuerdos --muy polémicos-- con un fondo de inversión de Dubai y otro de Qatar. Entre ambos van a pagar en torno a 100 millones para tener los derechos de comercialización de las butacas durante 20 años.
Antes Laporta y Elena Fort --vicepresidenta institucional-- se llenaban la boca sobre los cuestionables acuerdos de la junta de Josep Maria Bartomeu con Qatar. Ahora el silencio es lo que reina en la cúpula. La enorme necesidad financiera ha pesado más que los valores que tanto defendían los directivos en años anteriores. Todo por el hecho de evitar un ridículo histórico con la situación de Dani Olmo y Pau Víctor.
Problemas con la grada
Uno de los puntos de tensión de Joan Laporta con la masa social es la exclusión de la Grada d'Animació en los últimos partidos celebrados en Montjuïc. La directiva no cede terreno ante la exigencia de que los cuatro grupos paguen los 21.000 euros que corresponden a multas de la anterior temporada. Se ha visto como una nefasta idea tomar una decisión tan drástica justamente en el momento de la celebración del 125 aniversario del Barça, que ha quedado manchado por la atmósfera tan fría en el estadio azulgrana.
La situación no parece conducir a buen puerto, debido a que el presidente del FC Barcelona ya piensa en una nueva grada para el futuro Camp Nou. Jan prefiere a un grupo de animación mucho menos crítico, teniendo en cuenta que en Montjuïc se ha hecho cada vez más el común el cántico de "Barça sí, Laporta no".
Fuga de ejecutivos
La desprofesionalización del FC Barcelona en la era de Laporta es un tema que también genera preocupación. Cada año que pasa se confirman nuevas bajas en el área ejecutiva que debilitan el proyecto azulgrana, como fue el reciente caso de las salidas de Eduard Romeu, Maribel Meléndez y Joan Moya. Estos últimos corresponden a 2024.
Más de 30 altos cargos han sido despedidos o se han marchado por su cuenta. El número, aunque no hay datos oficiales del club, supera con creces el centenar de personas si se suman empleados de nivel inferior y los trabajadores que daban vida a Barça TV. Esa ausencia de talento ha penalizado el día a día de la entidad, sobre todo en tareas fundamentales en materia económica y deportiva.
Espai Barça, mal momento
El Espai Barça, el proyecto más ambicioso de la historia del club, también es uno de los patinazos de Laporta. Muchos elogian la valentía del dirigente para dar inicio a las obras. Sin embargo, los timings no fueron los mejores. Los intereses tan altos y los materiales tan caros por la guerra dieron como resultado un crédito de 1.450 millones de euros.
No trascendió la composición del crédito de 1.450 millones más allá de la identidad de los '20 compañeros de viaje' y un interés medio del 5,53%. A grandes rasgos, se desveló también que Goldman Sachs y JP Morgan habían proporcionado 500 millones del crédito. El peligro de incumplir unas obligaciones astronómicas será latente en las siguientes décadas del Barça.
Sin rastro del Palau
El Espai Barça no solo corresponde al Camp Nou. También incluye la renovación del Palau Blaugrana. Desde los altos mandos del club han dado demasiadas largas al comienzo de las obras del pabellón azulgrana. Lo último que se ha dicho es que la construcción empezará en el tercer trimestre de 2025 y terminará a finales de 2027.
El problema es que todavía no hay un proyecto totalmente definido. Ese escaso interés en el Palau es lo que ha provocado que sea considerado como el patito feo del Espai Barça. Hasta que las obras del Camp Nou no estén en un punto avanzado, las reformas del pabellón no serán una realidad.
Retrasos con el Camp Nou
Por la boca muere el pez. Esta es una frase que se vincula mucho con Laporta, que suele vender la ilusión por encima de sus posibilidades. Así ha quedado demostrado con los plazos establecidos del nuevo Camp Nou. El año pasado prometieron que el recinto azulgrana estaría abierto a la afición para celebrar el 125 aniversario, pero no cumplieron con su promesa.
Ahora ni siquiera es probable que el estadio pueda estar disponible en febrero-marzo de este año. Los baches que se han encontrado en el proceso de las obras hacen considerar que el Camp Nou abrirá sus puertas la próxima temporada. Algo que ha hecho desatar una ola de críticas por la facilidad que tiene la junta directiva de incumplir promesas de esa magnitud.