Eduard Romeu, exvicepresidente económico del FC Barcelona, ha manifestado su preocupación por la deuda de la entidad. El exejecutivo abandonó el club catalán por incompatibilidad con sus proyectos profesionales. El que fuera responsable financiero ha actualizado el déficit bruto de la institución a 1.000 millones de euros. El ponente ha hecho balance sobre la gestión económica de la junta directiva dirigida por Joan Laporta en el debate El futuro del Barça, en Juego, organizado por Culemanía.
"Hoy lo que me preocupa es un exceso de deuda, asumible siempre que nos situemos en una velocidad de crucero normalizada cuando el Espai Barça esté a pleno rendimiento. Nuestra obsesión era atacar esta losa de 400-500 millones --deuda neta en 2021--. La deuda se sitúa en torno a los 1.000 millones de euros brutos", ha iniciado su intervención Romeu.
Las soluciones de Laporta
El exvicepresidente económico ha asegurado que "las operaciones que se han hecho en el club desde que llegamos son las que se tendrían que haber hecho en cualquier junta directiva".
Romeu también ha reconocido las dificultades en los inicios del segundo mandato de Laporta: "Hemos ganado una Liga con mucha autoridad. Pero la situación cuando llegamos era más compleja de lo que pensábamos. Intentamos hacer un ejercicio empático, pero nos costó llegar a saber la situación del club y tuvimos que pasar por un Forensic, bastante desagradable".
La masa salarial, disparada
En esa famosa herencia entraba una masa salarial del primer equipo azulgrana por las nubes, que en 2021 ascendía a 617 millones: "Nos encontramos una serie de jugadores con masas salariales muy altas. Ni dando cartas de libertad éramos capaces de colocarlos porque los clubes del mercado no eran capaz de asumir sus fichas. Hoy tenemos una plantilla con una masa salarial corrrecta. Entre un 50 y un 65% contando primer equipo masculino y el resto de secciones y una serie de jugadores codiciados por el mercado que serían de fácil colocación en el mercado, desde el punto de vista financiero".
En respuesta a Xavi Vilajoana, exdirectivo de la junta de Josep Maria Bartomeu especialmente crítico con la gestión actual, Eduard Romeu también ha atizado a sus antecesores: "El Barça venía perdiendo 200 millones desde 2018. La otra cosa es que hacéis los números mentirosos. Se valoran jugadores de forma desproporcionada y se vende otro al mismo importe. Se hacen chanchullos con clubes como Juventus y Valencia --intercambio Pjanic y Arthur--. Lo primero que dejamos de hacer fueron estas operaciones que trajeron problemas a muchos clubes".
En palabras de Romeu, en un contexto financiero ideal para la entidad, "el Barça estará bien el día que la venta de jugadores sean ingresos extraordinarios". Tanto la directiva de Bartomeu como la de Laporta ha imputado el dinero recaudado por traspasos como ingresos ordinarios, maniobra que el exvicepresidente económico solo vería "razonable en ventas de jugadores del fútbol base".
Desajuste de 20 milllones
Paulatinamente, en estos tres primeros años de mandato, el desequilibrio entre ingresos y gastos ha vuelto a su cauce. En este año contable que llegará a su fin el 30 de junio, han fallado dos fuentes de financiación por debajo de las previsiones: "Montjuïc era una apuesta nueva. También ha habido menos ingresos por marketing porque las operaciones se han firmado más tarde de lo que preveíamos. Además, hay una pequeña desviación en los ingresos que es el contrato del entrenador. Esto sube a poco más de 20 millones de euros. Es una situación que el Barça podría reordenar". Al margen de los ingresos ordinarios, el ejecutivo catalán ha explicado que "se debe buscar un sustituto para Libero en Barça Studios".
Además de la compleja situación económica, el Barça lleva a cabo las obras del Espai Barça, que por momentos peligraron: "Se puso sobre la mesa frenar el Espai Barça. La situación era complicada. Pensando en la junta directiva era lo mejor pararlo, pensando en el club, no".
Sin embargo, Romeu ha mandado un mensaje tranquilizador sobre los 2.800 millones de devolución del crédito: "Dejadme que minimice el riesgo. Es una operación de financiación sin recurso del club. Esto tiene que quedar muy claro. Cualquier suceso no previsto, los creditores no pueden ir contra el club, sino contra lo que es los ingresos de explotación del estadio. Los gastos saldrán del coste excedentario. Los primeros 100 millones van al club. A partir de ahí se hace una devolución de tercios. Un tercio se destinará a la devolución, otro al club".