El tiempo corre para el FC Barcelona. Resta tan solo un mes para el cierre del ejercicio económico, el próximo 30 de junio. Y el presidente Joan Laporta ve cada vez más lejos el umbral de la rentabilidad. Gran parte de culpa cae en la imputación optimista y sobredimensionada de Barça Media como un ingreso de 408 millones de euros en las partidas de la temporada 2022-23. El próximo 15 de junio caduca un nuevo vencimiento de 60 millones y la entidad barcelonista solo ha ingresado 40 millones de los 140 pactados a estas alturas de 2024.
Laporta y los dirigentes de la institución se enfrentan al gran riesgo de anotarse la devaluación del activo digital y los impagos como pérdidas en las próximas cuentas de resultados. El desastre tendrá lugar si la plana mayor barcelonista no encuentra un nuevo inversor dispuesto a reponer el dinero adeudado por Libero Football Finance. El único accionista moroso de los cuatro inversores en la sociedad Bridgeburg Invests incurrió en dos impagos por valor total de 40 millones.
Caída de valor de Barça Vision
En consecuencia, el valor proporcionado por el FC Barcelona a la pata digital del universo de Barça Media se desplomó de los 408 millones a tan solo 80 kilos. Es decir, el dinero ingresada tras la venta del 49,5% más la valoración proporcional de las participaciones retenidas del 50,5%. La institución catalana se ha sumido en el viejo refrán que advierte "pan para hoy, hambre para mañana". En la temporada 2022-23, el apunte contable de 208 millones correspondientes al 51% de Barça Vision en posesión del club salvó las pérdidas.
Anteriormente, habían cifrado en 408 millones al activo empleado como tercera y cuarta palanca. Consultores independientes llevaron a cabo la tasación de la mezcla de bienes audiovisuales, NFT's, Web3 y metaverso. El FC Barcelona siguió los consejos de su auditor, como admitió el exvicepresidente económico Eduard Romeu. Mediante el procedimiento de puesta en equivalencia, tras desprenderse del 49% por 200 millones, contabilizaron la mitad restante bajo los dominios del club en 208 millones. Siempre según "consultores independientes".
Una reventa ruinosa
Los dos compradores iniciales, Socios.com (24,5%) y Orpheus Media (24,5%), empresa administrada por Jaume Roures, abonaron sus respectivos primeros pagos, de 10 millones cada uno. No obstante, un año más tarde, ninguna de las sociedades pudo saldar el vencimiento de 60 millones --30 por empresa-- el 15 de junio de 2023.
De ahí nace la enrevesada reventa del 29,5%, aprobada en agosto de 2023. El fondo alemán Libero Football Finance compró el 9,8% de la división digital, mientras que la empresa chipriota Vestigia Holdings LTD adquirió el otro 19,7% a gravés de NIPA Capital. El peso de Socios y Orpheus en el accionariado cayó hasta compartir el 20% del pastel. El nuevo socio de Chipre desembolsó 20 millones ipso facto.
Solución improbable
Sin embargo, el inversor germano incumplió su parte del trato. Dos impagos el 31 de agosto y el 31 de diciembre. El Barça demandó a Libero tras el segundo quebrantamiento del pacto. Actualmente, ambas entidades se hallan inmersas en un proceso judicial.
Precisamente, el litigio abierto es de las pocas soluciones sobre la mesa. El procedimiento notificado el 31 de diciembre de 2023, todavía en vigor, podría evitar que la entidad tenga que anotarse las pérdidas derivadas del desplome de valor y los impagos. Y es que la deuda se declararía por la vía judicial, en el supuesto de que el auditor del club dé el visto bueno.
Se buscan 100 millones
La anterior posibilidad solo tendría lugar en última instancia. La prioridad pasa por encontrar un nuevo inversor contrarreloj, dispuesto a asumir los abonamientos pendientes de Libero. El retraso de 40 millones y los 60 kilos que vencen el próximo 15 de junio.
De este modo, se reduciría el agujero ordinario de 160 millones -a unos 60 y el FC Barcelona eludiría un escenario de nuevas pérdidas derivadas únicamente de la venta de Barça Vision. La entidad mataría dos pájaros de un solo tiro. Aun así, quedarían por mitigar la caída de ingresos provocada por el traslado a Montjuïc y el volumen de negocio de Barça Licensing & Merchandising (BLM), por debajo de las previsiones.
Laporta admitió el pasado mes de marzo las negociaciones en marcha en la búsqueda de un nuevo comprador. Por aquel entonces, ya habían emergido posibles inversores interesados. Con esto, tres meses más tarde se aproxima el temido deadline y la solución todavía no ha adquirido forma. Una vez más, los deberes a última hora con el cumplimiento en juego de los primeros presupuestos sin el dopaje de las palancas financieras.