Joan Laporta está desaparecido. Recuperándose de una neumonía, tiene tiempo para meditar sobre el futuro del Barça. A corto, medio y largo plazo. A principios de la próxima semana tiene previsto reunirse con Xavi Hernández, a quien probablemente le notificará su despido, tras pedirle que renuncia a parte de la indemnización que le tocará. Luego debería llegará la confirmación de Hansi Flick como nuevo entrenador del primer equipo de fútbol.
El curso actual termina, oficialmente, el domingo en Sevilla. La última jornada, sin embargo, es una molestia para el equipo. Para Xavi y los futbolistas. Pero, también, para Laporta y Deco, su director de fútbol. Un día antes, sin embargo, el presidente del Barça podría levantar la tercera Champions del equipo femenino, que se enfrenta al Lyon en la final de Bilbao.
La salida de Xavi
El Barça no se juega nada en Sevilla. A Xavi le costará motivar a sus futbolistas, quienes se preparan para un relevo en el banquillo. Robert Lewandowski y Gundogan ya conocen a Flick, un técnico muy exigente y cartesiano, con mucho más carácter que el actual entrenador barcelonista.
Laporta se prepara para la salida de Xavi. Espera que sea lo más tranquila posible. Asume que deberá indemnizar al técnico de Terrassa, pero también espera un gesto suyo. La indemnización, sin acuerdo, rondaría los 15 millones de euros, mucho dinero para un club con números rojos y el límite salarial excedido. El presidente, apelando a su barcelonismo, confían en un gesto de Xavi.
Deco y Echevarría
El máximo dirigente y Xavi estarán acompañados, como mínimo, por Deco y Alejandro Echevarría. La reunión comenzará con un informe del director deportivo sobre el curso actual, que terminará sin un título y con muchas más sombras que luces.
Deco podría ser muy duro en sus conclusiones. Hace un mes, el ejecutivo brasileño ya era partidario de despedir a Xavi por los malos resultados y las peores sensaciones del Barça en todas las competiciones.
Acuerdo con Flick
El director de fútbol, paralelamente, ya tiene atado a Flick, aunque él es partidario de ascender a Rafa Márquez, del Barça B. También tiene muy buena sintonía con Thiago Motta, entrenador del Bolonia, cuarto clasificado y gran revelación de la Serie A. Deco también habla muy bien de Sergio Conceiçao, el entrenador del Oporto.
Al dirigente barcelonista todavía le quedan dos años de mandato. En 2026 habrá nuevas elecciones y, presumiblemente, el actual presidente optará a la reelección. En los dos últimos partidos, contra la Real Sociedad y el Rayo, desde la Grada d'Animación se ha gritado el "Barça sí, Laporta no" que ha molestado al máximo responsable del club.
Verano muy complicado
Laporta necesita soluciones. Un golpe de efecto antes de que acabe el curso. Sabe que el verano será complicado por las dificultades que tendrá el club para reforzarse con nuevos jugadores. Posiblemente, habrá más salidas que llegadas, más traspasos impopulares que fichajes ilusionantes. Esta es la realidad actual de un Barça convulso que sigue sin superar su pasado.