Joan Laporta ha vuelto a escena. El presidente más carismático para los culés ha roto su silencio en una gala de premios en la que no se ha mordido la lengua. El showman del FC Barcelona ha cumplido con su papel de dirigente ofendido tras el escándalo arbitral del Real Madrid. Jan ha catalogado de "vergüenza" el partido en el Santiago Bernabéu y no ha fallado a esos hinchas del Barça que esperaban su reacción airada. Sin embargo, el espectáculo de cara a la galería con tal de escenificar la rivalidad no es más que una cortina de humo.
No existe enemistad alguna entre Laporta y su homólogo Florentino Pérez. El equipo azulgrana necesita al madridista y viceversa. El fuego cruzado que ha llovido desde el estallido del caso Negreira se arma de balas de fogueo que alimentan las narrativas y el debate en redes sociales. El mismo dirigente madridista afirmó tras conquistar la Supercopa en Arabia Saudí que la relación con el presidente del Barça "está muy bien". Del mismo modo, Laporta ya había reconocido antes del clásico en Montjuïc que "mi relación con Florentino es correcta".
El 'caso Negreira'
Desde que saliera a la luz el caso Negreira, Florentino ha faltado a los tres últimos clásicos disputados en Barcelona. El dirigente del Madrid respondió mediante una reacción que demandaban las circunstancias y la entidad se presentó como acusación particular. El madridismo lo pedía a gritos en redes sociales, y el club no fue menos. En tanto, los proyectos que compartían los dos equipos como la Superliga se mantenían intactos.
En una rueda de prensa ofrecida por Laporta con tal de dar las explicaciones pertinentes por los pagos al exvicepresidente del Comité Técnico Arbitral (CTA), el directivo pasó al ataque: "El Real Madrid es un club que ha sido favorecido por decisiones arbitrales históricamente. Un club que ha sido considerado el equipo del régimen". De nuevo, desde el costado merengue los aficionados clamaban venganza. Y el club de la capital tampoco defraudó mediante el vídeo "Quién es el equipo del régimen" que pretendía relacionar al equipo azulgrana con la dictadura Franquista.
Dicha pantomima mediática que avivó la rivalidad en redes sociales vivió otro episodio con la expresión acuñada por Laporta 'madridismo sociológico'. El president denunció una campaña de desprestigio contra el Barça acentuada con el estallido del caso Negreira: "Hay una campaña orquestada para desestabilizar al Barça. Campaña feroz y sin precedentes. Hay un madridismo sociológico que tiene mucha fuerza. Hemos competido con este madridismo sociológico. Tienen miedo que se pueda repetir aquel éxito. Es el mismo presidente del mejor Barça de la historia.
Desplantes simbólicos
Pero nada más lejos de la realidad. La alianza entre dos equipos que se retroalimentan contra el auge de los clubes-Estado ha resistido estoicamente todas las embestidas de la UEFA en su intento de tumbar la Superliga. La ira verdadera del Real Madrid precipitó la rápida actuación de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tras la expulsión de Vinicius Jr en Mestalla. Por aquel entonces, la entidad emitió hasta dos comunicados a consecuencia de los insultos racistas hacia el extremo brasileño.
En cambio, Florentino replicó silenciosamente a Miquel Camps, portavoz de la junta directiva azulgrana que atizó a Vini en Twitter: "No es racismo, se merece una colleja por payaso y vacilón, ¿qué representan estas bicicletas innecesarias y sin sentido en el centro del campo?". Sencillamente, el máximo dirigente madridista se ausentó de Montjuïc pese a las disculpas remitidas por Rafa Yuste en una intervención ante los micrófonos de Movistar Plus.
Como tampoco se ha movilizado el FC Barcelona contra la actuación arbitral en el Bernabéu. No es la primera ni última ocasión que las decisiones de los colegiados favorecen al Madrid. Pero la intervención de Laporta se asemeja más bien a un comentario que le pediría cualquier culé enojado en redes sociales: "Lo que pasó en el Bernabéu fue una vergüenza. Pienso que el colectivo arbitral tiene que dar respuesta a una serie de presiones que se han producido a lo largo de la temporada con los árbitros. Si no dan respuesta nos dejan muy inquietos".