Joan Laporta no gana para disgustos en el FC Barcelona. Otra mala noticia llega esta mañana a las oficinas de la Ciutat Esportiva Joan Gamper. El único especialista en el control económico de la Liga, también conocido como Fair Play Financiero --una terminología que es oficial de la UEFA y no de la Liga--, se va del club voluntariamente. El ejecutivo Franc Carbó, director de gestión de fútbol desde 2017, ha recibido una oferta irrechazable de Arabia Saudí y pone fin a una etapa de 14 años y cinco meses en el club de sus amores.
Se trata de una baja sensible para el Barça por diferentes motivos. En primer lugar, porque Franc ha demostrado ser un hombre de club, además de un confeso barcelonista. No cualquiera es capaz de aguantar casi 15 años en el Barça ascendiendo desde abajo --antes de ser director de gestión fue project manager de las FCB Escoles y más tarde director--, con la inestabilidad interna que comporta el club, con la virtud de lograr pasar desapercibido. Y menos tratándose de una figura clave en la confección de los contratos de los fichajes y de las propias negociaciones para incorporar nuevos jugadores.
15 años de trabajo y discreción
Franc ha sabido combinar ese papel imprescindible en la faceta más atractiva y mediática de este negocio con una discreción que le ha permitido esquivar la exposición que muy a menudo comporta este transatlántico que es el Barça. Seguramente pocos sepan que era, junto a Mateu Alemany, una de las personas más informadas y preparadas en las cuestiones sobre el dichoso Fair Play de la Liga, que tantos inconvenientes ha generado en los últimos años de crisis económica al Barça. Actualmente todavía quedan otros dos jóvenes especializados en el control económico de la Liga que pasan a ser el gran salvavidas de Deco.
Ramon Planes, otro ejecutivo que dejó una huella imborrable en el Barça, es el principal responsable del adiós de Franc Carbó. Ambos se van juntos al Al Ittihad de Arabia Saudí para formar tándem en un nuevo proyecto muy ambicioso que deja patente el viraje del fútbol hacia los países árabes. Cada vez quieren más protagonismo y no van solo a por las grandes estrellas, sino también a por los cracks de los despachos. Allí coincidirán con Karim Benzema.
Tras los pasos de Planes y Mateu
Franc se va en paz con su club. Agradecido a Deco por la comprensión y las facilidades que le ha puesto para marchar, a pesar del flaco favor que le hace. El organigrama deportivo queda cada vez más debilitado. Franc se entendía a la perfección con Planes, por eso ahora se van juntos, pero también con Mateu Alemany, otro ejecutivo intachable que terminó su etapa en el Barça de forma agridulce. También trabajó a las órdenes de Robert Fernández, Pep Segura y Éric Abidal como miembro de la dirección deportiva del club.
Laporta tiene ahora un problema porque con la baja de Ramon Planes --motivada por inquinas del pasado con la familia de Xavi Hernández-- perdió a uno de los mejores fichadores de talento joven. Planes y Carbó fueron piezas clave en la contratación de Pedri, en una operación majestuosa para traerlo de Las Palmas como un joven casi anónimo que dejó atónito a Koeman en su primer entrenamiento y tardó solo un año en tener reconocimiento de estrella mundial. También fueron obra suya los fichajes de Ronald Araujo, Abde o Ferran Jutglà, además de la apuesta por canteranos como Gavi y Nico González.
Deco se queda solo
Tras la sensible baja de Planes, un año y medio después se confirmó el adiós de Mateu Alemany, que confrontaba directamente con Deco, la gran apuesta del presidente. El exfutbolista tampoco ha sido capaz de retener en su equipo a Franc Carbó y bajo su gobierno estamos conociendo la peor versión de Xavi en el banquillo. La pérdida de estas tres figuras en la dirección deportiva en tan poco tiempo ponen en alerta al Barça, que queda cada vez más en manos de un Deco que, por ahora, solo ha demostrado saber cerrar fichajes millonarios de brasileños como Raphinha y Vitor Roque. La crisis económica se traslada, cada vez más, al plano deportivo.