La deuda total del Barça ha pasado de 1.350 millones a 1.200 millones

El Barça es una máquina de perder dinero. Al menos, hasta que Joan Laporta activó las famosas palancas. Eduard Romeu, vicepresidente económico del club, aseguró que la entidad pierde cada año entre 200 y 300 millones de euros desde la temporada 2017-18. También dijo que la deuda actual del club es de 1.200 millones de euros. Es decir, más que los ingresos de un año.

En la asamblea de socios compromisarios del 21 de octubre, el Barça informará de que cierra la pasada temporada con un beneficio de 304 millones de euros. Los números verdes son gracias a la venta del 15% de los derechos de televisión de la Liga durante 25 años y a la venta del 49% de Barça Studios.

Los números del Barça hubieran sido negativos si no hubiera vendido dichos activos. La temporada se hubiera saldado con unas pérdidas de 300 millones de euros.

Las cifras de la temporada

Romeu, en una entrevista concedida al programa Onze, de Esport3, explicó que los gastos de explotación de la pasada temporada ascendieron a 1.125 millones de euros y los ingresos fueron de 795 millones.

Joan Laporta, intentando ofrecer explicaciones sobre el caso Negreira REDES

El vicepresidente económico, Eduard Romeu, confirmó todas las cifras. Aseguró que la actual junta directiva va cerrando muchas grietas y cifró en unos 1.200 millones de euros la actual deuda del club, que llegó a ser de 1.350 millones.

Previsión para el curso actual

El Barça también anunciará que prevé cerrar el curso actual con un beneficio de 11 millones de euros, ya sin palancas, gracias a unos ingresos de 859 millones de euros. El club contempla un incremento de los ingresos de 64 millones de euros pese al traslado del equipo de fútbol a Montjuïc. Las pérdidas, por dicho concepto, serán de 78 millones de euros, según la versión de Romeu.

El Barça presentará todos los números del club en la asambla de compromisarios, que será telemática, y no presencial, para malestar de muchos socios. Romeu aseguró que el formato elegido permite una mayor participación y unos costes muy inferiores para la entidad, en tiempos de recortes.