La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) vive días convulsos. La inhabilitación de Luis Rubiales tras su beso no consentido a Jenni Hermoso y sus polémicas explicaciones dejan al dirigente contra las cuerdas y a sus colaboradores más estrechos en una situación muy delicada. El ambiente en Las Rozas, la sede de la RFEF, es muy tenso estos días, con ejecutivos y empleados que temen su despido, según informa El Mundo.
"Es un asco", se escucha en Las Rozas cuando se analiza el presente de muchos empleados. El caso Rubiales les ha puesto contra las cuerdas. El exdirigente andaluz parecía tenerlo todo atado y bien atado, pero sus desafortunados gestos tras la victoria de España en el Mundial femenino han precipitado una caída inesperada.
"El ambiente es irrespirable" y "se ha portado muy mal con todos los que le apoyaron" son frases que se escuchan en los pasillos de Las Rozas, donde trabajan más de 200 personas. El futuro, para muchos, es incierto. Peor incluso.
La soledad de Andreu Camps
El día a día en la Federación no es fácil, pero la maquinaria sigue funcionando. Se tienen que programar horarios, elegir árbitros, escoger sedes y muchas más cosas. El ambiente en el trabajo no es bueno y algunos, como Andreu Camps, el secretario general, apenas se relaciona con sus compañeros.
Pedro Rocha es el nuevo presidente de la Federación Española de Fútbol, a la espera de nuevas elecciones. Unos comicios que deberán decidir si se apuesta por un cambio real o un cambio lampedusiano.
La lista de la Roja
En la Federación todo, a casi, tiene un aire de provisionalidad. También Luis de la Fuente, el actual seleccionador masculino, que prepara ya la lista de convocados para los partidos que la Roja deberá disputar contra Georgia y Chipre, los primeros que se disputarán sin Rubiales, apodado Kennedy por sus antiguos compañeros, como máximo responsable del fútbol español.