A grandes problemas, es necesario encontrar soluciones imaginativas. El FC Barcelona se encuentra inmerso en una situación de pérdidas ordinarias desde la pandemia de coronavirus. El escenario negativo le complica la inscripción de nuevos fichajes por el control financiero de la Liga, y también de algunas renovaciones de futuro que están apalabradas pero no han podido fraguarse por completo.
El club presidido por Joan Laporta debe tapar un agujero económico de 220 millones de euros, y ha elaborado un plan de ahorro y recortes para hacerlo en cuestión de meses: a los tijeretazos internos --en salarios, secciones y activos del club como Barça TV-- se une un ingreso esperado de 100 millones en traspasos, y la búsqueda incesante de nuevos patrocinadores.
Laporta exprime su principal activo
Existe otra vía de ingresos, sin embargo, que la junta laportista viene explotando en los últimos tiempos: el tirón comercial del primer equipo, que está permitiendo al Barça ganar decenas de millones de euros gracias a la organización de partidos amistosos. El primer equipo de Xavi Hernández ya está en Japón para disputar un encuentro contra el Vissel Kobe de Andrés Iniesta, que se jugará este martes 6 de junio al mediodía (hora española) en el Estadio Nacional de Tokio. Una cita de exhibición por la que la entidad culé cobrará alrededor de tres millones de euros.
Una fórmula, la de jugar un amistoso justo después de la última jornada de Liga, que el Barça ya implementó la temporada pasada. Nada más finalizar el curso 2021-22, los de Xavi tomaron un vuelo transoceánico para visitar Australia. Allí jugaron un amistoso contra una selección de los mejores jugadores del campeonato local, los A-Leagues All Stars. Independientemente del resultado --que cayó del bando blaugrana--, lo más beneficioso del viaje fue el ingreso de cinco millones de euros con los que meses atrás, cuando se redactaron los presupuestos, no se contaba.
Amistosos, gira por EEUU y Gamper
Antes de aquel amistoso, el último partido de exhibición que había jugado el Barça fue en Riad, capital de Arabia Saudí. Tuvo lugar el 14 de diciembre de 2021, medio año después de la vuelta de Laporta a la presidencia. El conjunto de Xavi se enfrentó a Boca Juniors en homenaje a Diego Armando Maradona, y la entidad cobró algo más de dos millones de euros por el partido Un dinero extra, en definitiva, que se obtuvo aprovechando el atractivo que genera el equipo alrededor del mundo.
El verano pasado, la gira norteamericana fue la máxima expresión de este concepto. 10 millones de euros a cambio de disputar cuatro amistosos de buen nivel, que llevaron al equipo a jugar en Miami contra el Inter de Beckham; en Las Vegas frente al Real Madrid; en Dallas ante la Juventus; y en Nueva York contra los New York Redbulls. Sumado este ingreso a los siete kilos de los dos amistosos previos, genera una cifra de 17 millones de euros a cambio de acumular focos y mostrar al conjunto de Xavi alrededor del globo.
La guinda del pastel fue el Trofeo Joan Gamper disputado semanas después. Inicialmente el rival debía ser la Roma, pero la escuadra de José Mourinho se echó para atrás y, a última hora, el FC Barcelona convenció a Pumas de México para jugar el amistoso en el Camp Nou. Nada menos que 83.021 espectadores presenciaron el choque en el santuario azulgrana, lo que permitió recaudar una cifra cercana a los tres millones de euros, sumando así la cantidad redonda de 20 kilos por amistosos disputados en menos de un año.
La palanca fantasma de Laporta
Teniendo en cuenta que el Barça sumará tres nuevos millones por el amistoso de este martes 6 de junio en Japón, y que se espera ingresar entre 12 y 14 millones más por la nueva gira norteamericana que se ha planeado para este verano, la junta de Laporta se acerca ya a los 40 millones de euros cosechados gracias a la disputa de partidos de exhibición alrededor del mundo. Sin lugar a dudas, una palanca más para seguir rebajando --en la medida de lo posible-- el agujero económico que mantiene al club en la UCI desde hace unos tres años.