Los presidentes del FC Barcelona y el Real Madrid, Joan Laporta y Florentino Pérez, avivan un relato de enemistad entre eternos rivales que, en realidad, solo forma parte de una gran farsa. Dicha pantomima sale a escena en redes sociales con un cruce de descalificativos disparados mediante balas de fogueo. Ambos clubes mantienen cruces dialécticos con tal de contentar a sus respectivas masas sociales. En tanto, bajo la punta del iceberg se encuentra sumergido el mundo de los negocios, donde Barça y Madrid caminan de la mano.
El último precedente de la disputa mediática y teatralizada lo protagoniza el caso Negreira. El pasado lunes 17 de abril, Laporta compareció ante los medios en el Auditori 1899, aledaño al Camp Nou, para dar explicaciones sobre los pagos realizados al ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira. El dirigente azulgrana no titubeó durante su discurso y encendió las redes sociales al tachar al Real Madrid de ser "el equipo del régimen por su proximidad al poder". Y es que el club madrileño se presentó en el caso Negreira como acusación particular.
El equipo blanco no tardó en entrar al trapo con un vídeo cocinado por Real Madrid TV: "¿Cuál fue el equipo del régimen?". Bajo ese lema, acompañado de imágenes de hemeroteca como las condecoraciones del Barça al dictador Francisco Franco, la entidad madrileña replicó y complació a una afición merengue sedienta de venganza. No importó que el conjunto de la capital catalana retirara toda condecoración a Franco en 2019, la guerra en redes sociales ya había estallado.
Una alianza que se adivina leyendo entre líneas
Pasó desapercibido. Pero Joan Laporta reconoció que el Real Madrid sencillamente se personó en la causa del caso Negreira porque "estaba bajo mucha presión de la masa social". Los medios afines al madridismo y la afición suplicaban día tras día que su presidente, Florentino Pérez, moviera ficha públicamente.
Por su parte, a su homólogo barcelonista se le escapó un "esto ya se ha hablado" al manifestar su malestar por la personación del Real Madrid a título particular. Laporta y Florentino mantienen un contacto constante que queda patente en los intereses que comparten en proyectos como el de la Superliga. Si el máximo mandatario blanco hubiese querido romper con la alianza entre clubes, tampoco habría intervenido indirectamente en la financiación de los 767 millones de euros de las famosas palancas.
Anas Laghrari, íntimo de Florentino y héroe del Barça
El banquero franco-argelino Anas Laghrari, socio cofundador de Key Capital Partners, proporcionó sus contactos para la inyección de las dos primeras palancas, abonadas por el fondo Sixth Street. Además, la asesora ha participado en el proyecto del Espai Barça con los derivados de la macrooperación económica.
Estas acciones quedan en un segundo plano porque nombran a dichas empresas sin relacionarlas con caras reconocibles. Más bien las presentan como entes. Sin embargo, Laghrari es el hombre de confianza de Florentino Pérez, en quien el presidente del Real Madrid confía sus decisiones económicas más relevantes: la adquisición del 50% de Abertis por parte de ACS, la constructora de Florentino, y la financiación de la remodelación del nuevo Santiago Bernabéu.
Por si esto fuera poco, Legends, la consultora filial de Sixth Street, participa en la comercialización de una nueva vía de negocio del Espai Barça: los futuros espacios de hospitality. Paralelamente, la empresa estadounidense ha pactado la explotación del nuevo Santiago Bernabéu, a cambio de 400 millones de euros. Por no hablar de que JP Morgan, banco de inversión que concedió 300 millones de crédito a Sixth Street para la segunda palanca. Este banco de inversión se alió con el Real Madrid en 2021 para dinamitar el pacto de la Liga Impulso con CVC Capital Partners.
Enemigos de Javier Tebas, unidos en la Superliga
El propio Barça secundó al Real Madrid junto al Athletic Club de Bilbao en su postura beligerante contra el pacto de la Liga con CVC. Eternos rivales sobre el césped y supuestamente enemistados por abolir las comidas entre directivas anteriores al clásico, Laporta y Florentino se protegen mutuamente en el arduo proyecto de la Superliga.
De nuevo, los dos máximos exponentes del fútbol español ejercen como socios contra el presidente de la Liga, Javier Tebas, y máximo exponente del acuerdo con CVC. Ni la brecha abierta por el caso Negreira disuadió a Laporta de permanecer en una "Superliga para defender la sostenibilidad del fútbol europeo". Es más, el mandamás azulgrana justificó que "esto no depende de que el Real Madrid se persone en la causa".
Qué sería de los clásicos sin el tradicional pique que tanto alenta a culés y madridistas. Deben idearse nuevas narrativas para alimentar la rivalidad futbolística entre dos clubes que son la viva expresión de que los polos opuestos se atraen. Los grandes clubes europeos, en un alarde de historia como entidades laureadas, reman todos a una contra la permisividad de la que disfrutan nuevos ricos del balompié como el PSG y el Manchester City.