Por muchos años que pasen, el Paris Saint-Germain de Nasser Al-Khelaifi continúa siendo un navío sin rumbo. Eliminado de la Champions League en octavos de final por segunda campaña consecutiva, y fuera también de la Copa de Francia, al conjunto galo sólo le queda el triste consuelo de conquistar la Ligue 1. Es líder con ocho puntos de ventaja sobre el Olympique de Marsella a falta de seis jornadas, pero la sensación que vuelve a reinar --un año más-- en el Parque de los Príncipes es de absoluto fracaso.
Las pérdidas empiezan a acumularse en París
Y sus cuentas empiezan a resentirse del desembolso efectuado verano tras verano. Si bien es cierto que el paraguas económico de Qatar evita cualquier tipo de crisis, las cuentas son preocupantes. Según un informe de la Liga de Fútbol Profesional de Francia, en la temporada 2021-2022 el PSG alcanzó unas pérdidas de 369 millones deeuros, el 61% del total de pérdidas de la Primera y la Segunda División del país. El conjunto parisino ha perdido esta campaña 191 millones más que en la campaña anterior, y acumula en los últimos tres años unas pérdidas de 670 millones de euros.
Su principal losa son los salarios de los futbolistas. En sólo un año, el PSG ha aumentado su masa de sueldos en un 52%, desde los 480 a los 729 millones de euros. Sumándole las amortizaciones, esa cifra podría ascender hasta los 820 millones. Según los expertos, "el coste de la plantilla se situaría en el 125% de su facturación, números poco saludables" para una entidad cuya inversión económica no da frutos deportivos.
Los contratos millonarios desangran al PSG
Es por ello que se antojan salidas importantes este verano. Leo Messi y Sergio Ramos, dos de los futbolistas que más cobran, terminan contrato y lo más probable es que hagan las maletas. Sobre todo el astro argentino, que no seguirá en París y podría volver a vestir la camiseta del FC Barcelona a partir de la próxima temporada 2023-24.
Neymar Jr, con un contrato de 35 millones de euros netos, sigue siendo un jugador transferible pero será complicado que el PSG pueda colocarle en otro club. Mientras tanto, en París rezan para que Kylian Mbappé no cambie de opinión y haga las maletas rumbo al Real Madrid. El galo tiene un documentofirmado hasta 2025 a cambio de casi 50 kilos netos, pero los eternos cantos de sirena que le relacionan con el Santiago Bernabéu prometen concretarse tarde o temprano. Se trata de la joya más reluciente del jeque qatarí, que se niega una y otra vez a negociar su marcha.
En la capital francesa se preparan para otro verano ajetreado, con la voluntad de rodear a Mbappé de talento joven. Y, presumiblemente, sin necesidad de gastarse tanto dinero como en otros mercados. Christophe Galtier no continuará en el banquillo, y en Qatar buscan desde hace semanas a un candidato que pueda cumplir los objetivos del club. Visto lo visto, no será fácil. El club es un polvorín interminable.