Aunque no sea oficial, ya está cerrado a todos los efectos el acuerdo del FC Barcelona para la financiación del nuevo Camp Nou. El club azulgrana ha sellado de forma definitiva la colocación de los 1.500 millones de euros en bonos corporativos que han acondicionado Goldman Sachs y JP Morgan, según han explicado fuentes financieras en las últimas horas.
Los últimos flecos del pacto definitivo se cerraron poco antes del inicio del Barça-Madrid de este miércoles, con los emisarios de Goldman Sachs desplazados en la capital catalana. Los 1.500 millones se destinarán al Espai Barça, que incluye la remodelación completa del Camp Nou. Desde el club, sin embargo, se mantiene el silencio sobre el asunto y no se prevé que se anuncie ningún comunicado durante esta Semana Santa. Hasta el martes, todo estará tranquilo. La entidad, al ser preguntada sobre las condiciones finales del acuerdo, se ha limitado a señalar que "seguimos trabajando".
Negociaciones cerradas a falta de oficialidad
La última comunicación oficial del club sobre esta trascendental noticia fue el pasado viernes 31 de marzo, cuando se dijo que el FC Barcelona se encontraba "en el proceso de cierre del financiamiento del Espai Barça, e informa que cerrará las negociaciones finales la próxima semana”. Técnicamente, esas negociaciones ya están cerradas a todas luces.
A pesar del contexto tan complicado al que se ha enfrentado el Barça en las negociaciones, principalmente por la investigación abierta de la UEFA y todas las vicisitudes del caso Negreira, Laporta ha conseguido sus principales objetivos: un tipo de interés general de la colación de poco menos del 6%, y cumpliendo la condición pactada con los socios de no hipotecar el campo y ofrecer solo como garantía los ingresos de financiación futura. La amortización final del último tramo del crédito acabará en el año 2047.
El primero de ellos, de 200 millones de euros, irá destinado a amortizar un crédito de Goldman Sachs por valor de 180 kilos, con el que ya se han pagado las primeras obras del Espai Barça, entre ellas el derribo del Mini-Estadi y el derribo de la tercera gradería del Camp Nou, que ya se ha llevado a cabo. Este crédito, que vencía el pasado 15 de febrero, fue prorrogado durante tres meses para cerrar una financiación que se ha alcanzado en las últimas horas.
Las condiciones de los futuros inversores
Los inversores, en cualquier caso, han querido imponer una serie de condiciones al FC Barcelona para garantizar la financiación. Los tenedores últimos de la emisión de los bonos se han garantizado una fórmula de certificación de la marcha de las obras, de manera que los inversores finales llevarán a cabo un seguimiento estricto de cómo transcurran los procesos de construcción. Eso afecta en especial a los 960 millones que en concreto se destinarán a las obras del Camp Nou, que han de empezar este mes de junio.
Algunos tenedores de los bonos también han querido garantizarse una ventana de salida, en función de unas condiciones concretas y un plan alternativo de la junta de Laporta si el Barça acaba siendo inadmitido en la Champions durante el próximo curso, a causa del caso Negreira. Además del Camp Nou, los 1.500 millones se destinarán también al Campus Barça, que se presupuesta en 36 millones, a cubrir costes no previstos, tales como contingencias para la reforma del estadio, 247 millones; y otros costes, como los de emisión y los intereses durante la construcción, que suman otros 163,8 kilos.