Imagen virtual del futuro Espai Barça / FCB

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Palco

La evolución de los costes del Espai Barça: de Bartomeu a Laporta

El precio final se ha multiplicado por 2,5 tras los grandes cambios en el Camp Nou y el Palau

22 enero, 2023 00:04

El Camp Nou necesita un cambio. Construido en 1957, la última gran reforma se remonta ya a 1994, cuando el expresidente Núñez hundió la primera grada para ampliar su aforo. El empresario constructor ya contemplaba la transformación del estadio y su entorno en 1999, pero su plan fracasó por la oposición de los vecinos de Les Corts. Laporta, con el proyecto Foster, también se estrelló y fue el expresidente Sandro Rosell quien reactivó una obra que condicionará el futuro del Barça en el siglo XXI.

Meses después de la dimisión de Rosell y su sustitución por Josep Maria Bartomeu, los socios del Barça aprobaron, en abril de 2014, la reforma del Camp Nou en el primero de los dos referéndums que se han celebrado en los últimos años. El nuevo proyecto contó con la aceptación del 72,36% de los votos. En total, votaron 37.535 socios, el 31,65% del censo: 27.161 votos fueron a favor, 9.589 en contra y 751 en blanco.

El proyecto de Nikken Sekkei

El Barça abrió un proceso participativo para elegir el mejor proyecto. Ganó el presentado por Nikken Sekkei, que proponía el derribo de la primera grada y una tercera totalmente simétrica. El nuevo aforo quedó cifrado en 105.000 asientos, todos cubiertos.

Laporta y Bartomeu, en una imagen de archivo | EFE

Laporta y Bartomeu, en una imagen de archivo | EFE

Laporta y Bartomeu, en una imagen de archivo | EFE

El primer proyecto del Espai Barça también contemplaba la transformación del entorno del Camp Nou, con la construcción de un hotel y oficinas, y un nuevo Palau Blaugrana con capacidad para 10.000 espectadores.

Primer precio: 600 millones

La junta directiva que presidía Josep Maria Bartomeu cifró en 600 millones de euros las obras del Espai Barça. Su construcción debía empezar en 2017 y acabar en 2021.

Los plazos se demoraron, pero el proyecto no quedó enterrado, sino aplazados. En 2020, Bartomeu ya asumía que las obras costarían 815 millones de euros y comunicó que el nuevo Palau tendría una capacidad para 15.000 espectadores. El expresidente tenía pactada la financiación con Goldman Sachs.

Imagen de archivo de Goldman Sachs / EFE

Imagen de archivo de Goldman Sachs / EFE

Imagen de archivo de Goldman Sachs / EFE

Torrella Ingeniería

Tras la victoria electoral de Laporta en 2021, el proyecto más importante del club en el siglo XXI sufrió grandes cambios. El actual presidente fulminó a Sekkei y entregó la supervisión del proyecto a Torrella Ingeniería.

Laporta corrigió muchas cosas del proyecto de Bartomeu. Optó por mantener la primera grada para evitar que 12.000 abonados tuvieran que cambiar sus localidades y apostó por el derribo de la tercera grada, muy deteriorada.

Goldman Sachs y Limak Construction

El actual proyecto contempla la construcción de una tercera grada totalmente nueva y simétrica. También de dos anillos de palcos entre la segunda y la tercera grada. Se mantiene el aforo de 105.000 asientos totalmente cubiertos.

Elena Fort, en la asamblea de socios compromisarios del Barça del ejercicio 21-22 / FCB

Elena Fort, en la asamblea de socios compromisarios del Barça del ejercicio 21-22 / FCB

Elena Fort, en la asamblea de socios compromisarios del Barça del ejercicio 21-22 / FCB

Recientemente, la vicepresidenta institucional, Elena Fort, desveló que la constructora turca Limak Construcction se encargará de las obras del Camp Nou con el apoyo de dos empresas españolas. Goldman Sachs, que busca inversores, ya ha dado luz verde a la reforma del estadio, que costará entre 900 y 950 millones de euros.

El precio actual

El nuevo Espai Barça costará, finalmente, 1.500 millones de euros, 900 millones más de los previstos inicialmente. El nuevo Palau, con capacidad para 15.000 espectadores, costará 420 millones. Incluye la construcción del Petit Palau y una pista de hielo.

El Barça negocia con una empresa norteamericana para que asume los costes del nuevo Palau a cambio de su explotación. El futuro pabellón debe tener licencia para acoger grandes conciertos que permitan que los ingresos se multipliquen en los próximos años.