Joan Laporta respira hoy un poco más tranquilo. Un año y 10 meses después de comenzar su segundo mandato como presidente del FC Barcelona, el dirigente culé toma oxígeno con el primer título de la era Xavi Hernández.
En la entrevista concedida para Movistar Plus ante Mónica Marchante, el presidente azulgrana matizaba la pregunta: "Es el segundo título nuestro, el primero de Xavi". Laporta no perdía ocasión de recordar a la emblemática periodista que ya había ganado un primer título con el Barça. Fue al poco de llegar a la presidencia, con Ronald Koeman de entrenador. Laporta se suma ese a su palmarés porque puede, aunque todo el mundo sabe --como le ocurrió de manera incosnciente a Marchante-- que entonces su papel no fue decisivo. Ni era su proyecto, ni era su entrenador.
Casi dos años después, el presidente sí que puede presumir del primer título de su proyecto de reconstrucción. Con Xavi Hernández como forzada apuesta suya para el banquillo --en las elecciones, Laporta no apostaba por él, porque respalda la propuesta de Víctor Font-- y con un equipo plagado de nuevas estrellas fruto de la revolución económica --240 millones de inversión entre fijos y variables-- que plasmó en verano con las palancas.
El punto de inflexión
Dolió sufrir una temporada en blanco, como han dolido, todavía más, las dos eliminaciones consecutivas en la fase de grupos de la Champions. Por este motivo, la Supercopa ante el Real Madrid es un halo de luz.
Laporta, como Xavi, y como varios de los jugadores, se agarran a la esperanza de reconstruir un proyecto campeón con el Barça. El principal rival, el Real Madrid, es ahora un aliado económico. Ambos se necesitan para mejorar su economía y enfrentar el poder millonario de los clubes-Estado. Las previsiones de que esta hipotética nueva competición se haga realidad son tardías, la esperan para no antes de 2025.
En este tiempo, el Barça debe encontrar otras vías para sacar cabeza a costa de éxitos, títulos y satisfacciones. En Riad, el Barça de Xavi aplastó a una pobre versión del Real Madrid y presentó una seria candidatura a recuperar el trono de la Liga, un título que se resiste desde 2019. Laporta sabe que los títulos darán estabilidad a su proyecto. Si entra el balón, el culé está feliz y la prensa es menos dañina.
Retos muy importantes
Para el Barça institucional de Laporta es muy importante que acompañen los éxitos deportivos. Tiene muchos retos en el horizante, además de solucionar la crisis económica y el lanzamiento de la Superliga. El Espai Barça es el gran reto de futuro que se presenta, y dimisiones como las de Jordi Llauradó, entre otros, no ayudan demasiado. La conversión del club en Sociedad Anónima Deportiva es otro asunto que preocupa en el entorno. Para Laporta es clave tener el fútbol de su lado: Xavi y los jugadores van a ser su mayor aliado.