Joan Laporta afronta uno de sus grandes retos como presidente del FC Barcelona. El próximo año apunta a tener un claro componente de optimismo, tomando en cuenta que el club se juega la posibilidad de volver a la senda de los títulos con la Liga y la Europa League en el camino, pero lo cierto es que también significa un 2023 con varios frentes abiertos que pueden provoca una tormenta perfecta. Estos casos en concreto se relacionano con el apartado económico, que puede verse enormemente limitado en función de las estrategias que apliquen en la cúpula de la entidad.
El dolor de cabeza con el fair-play
Uno de los problemas que ya está afectando al Barça es el fair-play de la Liga. La directiva de Laporta fue notificada por la patronal sobre dicha situación, debido a que se excendieron en 35 millones de euros. Es decir, de los 656 autorizados en verano, el club se ve obligado a retroceder a 621 millones de euros. A pesar de contar con un margen considerable para los sueldos del primer equipo, lo cierto es que la entidad culé ha sobrepasado por completo esa cantidad a partir de los numerosos fichajes y el golpe recibido en la Champions League.
Ese panorama en concreto mantiene atada de manos a la dirigencia, que deberá tomar una postura mucho más conservadora en el mercado de fichajes. El objetivo es reducir de forma radical algunos gastos o realizar la venta de un peso pesado de la plantilla, con el objetivo de estabilizar la situación del límite salarial. En caso contrario, el FC Barcelona tendrá que pasar un tanto desapercibido en las siguientes ventanas de traspaso, un hecho que complicaría ciertos fichajes importantes que necesita Xavi Hernández para fortalecer al equipo, como es el caso de un lateral derecho o un nuevo jugador para la mitad de cancha.
El bloqueo de las palancas
La estrategias de las palancas fue una de las medidas que logró dar cierto aire al club catalán durante el pasado mercado de verano. Dicha solución de la junta de Laporta permitió encarar la planificación deportiva, así como cerrar el ejercicio anterior con números positivos. Pero a partir de ahora esa posibilidad está fuera de la mesa, debido a que la Liga implementó nuevos cambios a la normativa financiera, siendo lo más resaltante que ahora los clubes de la Primera y Segunda División no podrán beneficiarse de la venta de activos para mejorar el límite salarial.
El dirigente del Barça había contemplado la opción de volver a repetir esa fórmula en 2023, pero en este caso con la venta de BLM --negocio retail y mercancía-- para dar ese equilibrio a las cuentas. Las palancas del verano representaron un parche a corto plazo, por lo que es evidente que al finalizar el actual curso los ingresos se van a desplomar de forma significativa. Esto supone un enorme dolor de cabeza para Laporta, que tendrá que idear otro tipo de ingresos para que ese golpe no sea tan evidente en los siguientes meses.
La mudanza a Montjuic
Otro de los problemas que van a aquejar al FC Barcelona el próximo año es la mudanza a Montjuic. Si bien esto supone que se podrá avanzar de manera inmediata con las obras para el nuevo Camp Nou, lo cierto es que representará una caída en las ganancias de la entidad. Desde la junta ya tienen previsto que el traslado del equipo azulgrana al estadio Lluís Companys implicará hasta una pérdida de 100 millones de euros por temporada. Se espera que el Barça juegue, al menos, dos cursos en dicho recinto.
Ante ese complicado escenario, el mandatario del club está trabajando en nuevas vías de ingresos que permitan reducir parcialmente ese golpe económico al dejar de jugar en el Camp Nou. Aunque lo cierto es que es un margen que difícilmente se pueda recortar, tomando en cuenta las enormes diferencias que existen entre los dos estadios. Ese sacrificio viene motivado por el impacto financiero que puede tener el nuevo recinto culé, por lo que mientras tanto tocará apretarse el cinturón hasta que el panorama vuelva a ser lo más normal para el FC Barcelona, que igualmente seguirá en la exigencia de pelear por los títulos más importantes.