Gerard Piqué dejó de hacer vida como jugador del primer equipo del Barça hace casi dos meses. Desde que anunció su retirada del fútbol el pasado 3 de noviembre, el ya exfutbolista está desatado. Parece haberse quitado un enorme peso de encima. En su último partido oficial como profesional, aunque no jugó en Pamplona contra el Osasuna, se permitió cargar muy duramente contra el árbitro del encuentro, Jesús Gil Manzano, que le expulsó por unos supuestos insultos que niega el jugador. Después, le sumaron otros tres partidos de sanción que, obviamente, no cumplirá. Otro ejemplo de su nuevo estado de libertad es un mensaje que ha publicado en redes sociales este viernes 30 de diciembre: "Un gilipollas me ha hecho spoiler de Naruto y me ha jodido todo el finde". Sin embargo, lo más curioso del caso es que a efectos oficiales todavía no se ha desvinculado del FC Barcelona.
Piqué se despidió ante el Camp Nou en el partido del 5 de noviembre contra el Almería. Y, tras el Mundial, no ha regresado a la dinámica de entrenamientos. A la práctica está fuera. A efectos oficiales, en cambio, sigue formando parte de la plantilla del Barça y su desvinculación se fraguará durante el mercado de invierno, cuando se inscribe a los nuevos jugadores --en caso de que los haya-- y, al mismo tiempo, cuando se les puede dar de baja.
Xavi Hernández ha confesado públicamente que la de Piqué es la única baja que espera a lo largo de esta temporada: "Con la salida de Gerard se nos queda una plantilla de 24 futbolistas, y cuento con todos para conseguir los objetivos". Aunque no descarta alguna milagrosa llegada de refuerzo en enero, el técnico sí que renuncia a cualquier otra salida. Los quiere a todos hasta final de curso, incluído Franck Kessié, uno de los que está en la mesa de negociaciones para intentar hacer caja en 2023. Si no es en enero, como parece insinuar Xavi, será en verano.
Faltan las últimas firmas
Piqué también ha exteriorizado su marcha en otros actos a la carta que le ha permitido el presidente Laporta, dada su más que cordial relación. Se pudo hacer la fotografía clásica con todos los trofeos que ha ganado en el Barça, cosa que no se vio con Leo Messi, y también dejó su camiseta firmada en el museo del club, un activo que mientras el Camp Nou esté en obras se encargará de explotar Jaume Roures, un probable aliado de Piqué para asaltar la presidencia del Barça en el futuro.
A pesar de todos estos actos, la desvinculación formal todavía no se ha hecho. Aún están pendientes de estampar las últimas firmas en su rescisión contractual, donde se estipula el verdadero dinero al que renuncia el jugador. Una cifra que, como desveló Culemanía hace unos días, es muy inferior a la que se dijo inicialmente en los medios. Piqué liberará solo cinco millones de euros de masa salarial, que suponen una ayuda mínima para este invierno.
El favor de Laporta que da Fair Play
Por contra, se liberará todo lo que se habría pagado a Piqué el próximo curso, un aspecto que sí podría facilitar alguna entrada. Esto es así gracias al favor que le hizo Laporta cuando llegó a la presidencia a cambio de la rebaja salarial que se firmó en verano de 2021. Tras aplazar un 70% de su salario, Laporta le garantizó el cumplimiento de su último año de contrato, que era opcional, ya que dependía de que jugase el 35% de los partidos como titular o, al menos, 45 minutos.
Esta situación obligaba al Barça un año más con Piqué. Al irse, el club se quita una losa de encima y podrá usar su liberación para inscribir a un nuevo jugador en verano que cobre tres veces menos de lo que percibía el central. Es decir, Mateu Alemany podrá fichar a un jugador por 10 millones con la liberación de Piqué. Una situación que, de haberse producido sin tener garantizado su último año de contrato, no generaría ningún beneficio de Fair Play al Barça.
Se retiró justo antes del derbi
La gran pregunta es: viendo que su desvinculación oficial no se iba a producir hasta enero, ¿por qué no apuró Piqué un poco más los plazos para despedirse en su partido preferido, contra su rival más odiado, que es el Espanyol? Ecogió el parón del Mundial para decir adiós y una expulsión en Pamplona que, aunque hubiese querido, le impide por completo volver a jugar este derbi, que llega con otras polémicas...