El gigante de retail deportivo, Fanatics, no deja de crecer. Tras haber ido ampliando sus líneas de negocio en los últimos años, ahora ha cerrado una ronda de financiación que le ha reportado el ingreso de 700 millones de dólares. La firma de inversión Clearlake ha sido la encargada de comandar la operación, colocando así la valoración de la firma estadounidense en 31.000 millones de dólares, un 15% más que en el mes de abril. Cabe recordar que, por aquel entonces, ya fue capaz de generar otros 1.500 millones de inversión.
Fanatics y un arma de seducción
LionTree, Fidelity, Sliver Lake y Softbank son algunas de las compañías que han participado en esta nueva ronda de financiación. El incremento de músculo económico permitirá a Fanatics expandir su imperio en otros sectores, desde el merchandising hasta los coleccionables, pasando por el mundo de las apuestas y los NFT. También sirve de argumento para seducir al FC Barcelona de Joan Laporta, que el pasado verano ya estuvo a punto de firmar con la firma de retail deportivo una venta parcial de Barça Licensing & Merchandising (BLM).
La estrategia pasaba por vender el 49% del activo a Fanatics y, de esta forma, mantener o aumentar el límite salarial de la Liga, establecido en 656 millones de euros. Sin embargo, la nueva circular de la Liga enviada por Javier Tebas ha truncado el plan original. Eso no quiere decir que el Barça haya descartado la palanca de BLM; más bien se la reserva para cuadrar cuentas y generar ingresos aplicables en otras facetas, como la financiación del Espai Barça.
Laporta se guarda una última bala
Se trata de un as que Laporta se ha guardado en la manga, a fin de aportar liquidez en las arcas del club cuando sea estrictamente necesario. Finalmente no podrá usarse para activar fichajes, pero sí para aportar una mayor estabilidad financiera y dar oxígeno a la entidad mientras se potencian los ingresos ordinarios. Una táctica que el Barça ya hace meses que ha puesto en marcha, aunque está yendo más lento de lo esperado. La llegada de nuevos patrocinadores como Herno, Bimbo, Heura o Vegan Nation, además de la apertura de nuevas tiendas oficiales, son pasos demasiado pequeños como para suponer un gran impulso económico en los próximos balances.
Es por ello que el FC Barcelona, a día de hoy, depende de palancas puntuales como será la venta parcial de BLM, movimiento para el que Fanatics continúa siendo el cliente mejor posicionado. El traspaso de este 49% de propiedad --se lleve a cabo ahora o de aquí a unos meses-- no entrará en vigor hasta que llegue el mes de julio de 2023.
Según ha podido saber Culemanía, el Barça hará negocio con este activo sí o sí. Y no importa que ya no tenga efectos directos para minimizar el problema del fair-play financiero. La acción se concibe en el seno del club, además de una palanca necesaria para aumentar la liquidez, como un método para rentabilizar mejor el negocio del merchandising. Se trata de un sector en el que Laporta y sus directivos no son expertos, y en el que valoran por tanto una gestión externa como elemento positivo para la entidad en el futuro.
Líneas rojas entre el Barça y Fanatics
Todavía queda por conocer los detalles del acuerdo que firmarán ambas partes en los próximos meses, pero desde el Barça tienen claras las líneas rojas que no traspasarán. El club aspira a una alianza beneficiosa en lo económico, dado que Fanatics es una multinacional con mucho tirón en los Estados Unidos. La cuestión es que el consorcio, que podría pagar entre 200 y 300 millones por el 49% de BLM, no podrá incluir en el acuerdo la cesión de parte del contrato del Barça con Nike. O lo que es lo mismo: en ningún caso Laporta permitirá que Fanatics se quede con un porcentaje de lo que Nike paga cada año a la entidad por su acuerdo de patrocinio. Eso, a priori, es innegociable.