El polémico Mundial de Qatar no ha afectado en lo absoluto a una FIFA que ha logrado unos ingresos históricos en la edición del 2022. De acuerdo a los datos, el organismo del fútbol internacional ha obtenido un récord de ganancias de 7.500 millones de dólares, los cuales corresponden al ciclo de cuatro años por los acuerdos comerciales relacionados a la cita mundialista. Pero las buenas noticias solo quedan allí, debido a que se aproxima una fuga de patrocinadores.
En los recientes años, la entidad presidida por Gianni Infantino ha tenido muchas dificultades para trabajar en acuerdos a largo plazo. Son pocas las compañías que tienen un pacto de ese estilo con la FIFA, siendo Adidas, Coca Cola o Wanda los únicos casos que han renovado para el siguiente ciclo mundialista. Si bien es cierto que todavía estamos presenciando la actual Copa del Mundo, lo cierto es que algunos posibles sponsors se han bajado del carro.
La fuga de patrocinadores
Para muchas empresas, la final del Mundial 2022 que se va a disputar el próximo 18 de diciembre significará un fin de ciclo con el rector del balompié mundial. Dicha fuga no es una cuestión que se deba tomar a la ligera, debido a que hasta cuatro compañías ya no trabajarán directamente con la organización. Esa partida inicial empieza a complicar el deseo de Infantino de superar los 10.000 millones de dólares en acuerdos comerciales.
En este sentido, esta fuga está representada por Qatar Airways, Qatar Energy, Visa y Hyundai Kia. Las dos primeras responden al nulo interés de las empresas de seguir con la FIFA después de finalizar la competición en Oriente Medio. El factor geopolítico fue clave en los pactos con esos sponsors, por lo que se trataba de una alianza a corto plazo. Mientras que los dos últimos suponen un duro golpe para el organismo, tomando en cuenta que Visa (14 años) y Hyundai Kia (23 años) tenían un largo tiempo de vinculación con los torneos de selecciones.
La polémica alrededor de la FIFA y Qatar
La determinación de las compañías en declinar una oferta de renovación no representa una llamativa sorpresa, en especial por todo el ruido que hay alrededor de la FIFA y de los organizadores del Mundial de Qatar. La mencionada sede ha estado involucrada en la explotación de trabajadores para la construcción de los estadios, así como también en las pésimas condiciones contractuales de gran parte de los vinculados en ese proceso. Una crisis humanitaria que ha sido fuertemente criticada por varias organizaciones de peso internacional, como es el caso de Amnistía Internacional.
En esas polémicas no hay que pasar por alto a la FIFA, cuya imagen está por los suelos desde hace años a partir de los escándalos de la anterior directiva presidida por Joseph Blatter. A pesar de la promesa de un cambio, la dirigencia de Infantino no ha hecho nada para solventar la poca credibilidad que existe del organismo en el mundo. Una situación que ha terminado por dar a pie a esta primera figura de patrocinadores y que empieza a tocar lo más delicado para el mandatario: el factor económico.