Gerard Piqué se va pero anuncia que volverá. Y cuando habla de su regreso mira al palco. A Joan Laporta, el actual presidente del Barça, con el que se identificó durante la pasada campaña electoral y con quien ahora apenas se habla. Se siente traicionado por el máximo dirigente tras censurarle que no se quisiera rebajar el salario ante los socios compromisarios. En el Camp Nou, mientras, aseguran que la salida de Piqué fue una buena decisión tanto para el club como para el mismo futbolista.
El jueves, Piqué sorprendió a sus compañeros, al cuerpo técnico, a la directiva y a la afición del Barça al anunciar su salida del club y su retirada del fútbol. La suya fue una decisión muy meditada en las últimas semanas y, sobre todo, desde que fue pitado en el partido de Liga que su equipo disputó contra el Villarreal.
Pitos al futbolista
Los pitos fueron silenciados por la Grada d'Animació. Los cuatro grupos que la integran, Almogàvers, Front 532, Nostra Ensenya y Supporters Barça, empezaron a cantar el "Piqué Piquenbauer", pero el futbolista tomó nota de la división de la grada.
Piqué era consciente que su popularidad caía en picado. Las últimas encuestas publicadas en varios medios de comunicación reflejaban un rechazo cada vez más amplio de los aficionados del Barça respecto a su continuidad en el equipo. Y el futbolista optó por revertir los pitos en aplausos.
Objetivo, la presidencia
El defensa de La Bonanova anunció su salida del club para no desgastarse. Con el objetivo de volver pronto. Presuntamente, como candidato a la presidencia del Barça. Ese es su gran sueño, confesado por el mismo Piqué.
La retirada de Piqué es buena para los intereses personales del futbolista y para el mismo club. En su última conversación con Laporta le comunicó que la resolución de su contrato no sería un problema.
Contrato hasta 2024
A Piqué le quedaba todavía un año y medio de contrato. En las últimas dos temporadas debía percibir, como mínimo, 60 millones de euros, aunque algunas fuentes aseguran que podría llegar a los 80 en caso de que el Barça ganara la Liga y la Champions.
El Barça se ahorrará un año y medio del salario de Piqué. Su marcha también es positiva para Xavi, que esquivará un posible problema de convivencia en el vestuario. El pasado 17 de mayo, el técnico de Terrassa ya le recomendó al futbolista que se retirara.
Sexto central
Xavi le comentó que ya no sería titular y que no estaba satisfecho con su profesionalidad. Piqué hizo caso omiso y le instó a fichar al mejor central del mundo asegurándole que acabaría siendo suplente en el Barça. El técnico cumplió con su palabra y Piqué pasó a ser el sexto central del equipo, por detrás de Koundé, Araujo, Christensen, Eric García y Marcos Alonso.
El sábado, la afición del Barça se volcó con Piqué, que recibió el mejor homenaje del Camp Nou. En su despedida no citó a Xavi ni a Laporta, y sueña con ser el gran jefe del club en un futuro no muy lejano. Por eso, una retirada a tiempo suele ser una victoria.