El Barça vive al día. Sin un plan a medio o largo plazo para solucionar su delicada situación económica, el club está en manos del equipo. En verano se hipotecaron varios activos, las famosas palancas de Laporta, que permitieron una inversión de 153 millones de euros fijos y otros 22 en variables para fichar a Lewandowski, Koundé y Raphinha, mientras que Christensen, Kessié, Bellerín y Marcos Alonso llegaron con la carta de libertad. En Europa, nada parece haber cambiado para el Barça, eliminado en tres ocasiones en menos de un año.
Laporta, con una oratoria muy ágil, vendió ilusión en verano con siete fichajes que debían cambiar el estado de ánimo del club. El curso arrancó bien y la primera derrota en la Champions fue maquillada por el buen juego del equipo en la primera parte de Múnich. Mucho más dura fue la derrota en Milán y el empate contra el Inter en el Camp Nou. Y la puntilla fue el nuevo fiasco ante el Bayern. En la Liga también fue frustrante el 3-1 que le endosó el Real Madrid.
La Copa del Rey
Un año y medio después de tomar posesión como presidente, el Barça apenas ha experimentado síntomas de mejoría. El primer equipo solo ha ganado un título. Fue la Copa del Rey de 2021, con Ronald Koeman de entrenador y unos futbolistas contratados por la anterior junta directiva.
En verano de 2021, el Barça liquidó a Messi y Griezmann para cuadrar sus números. Y comenzaron los problemas. Koeman ya sabía que no contaba con la protección de Laporta y fue despedido hace un año. Con Xavi, el equipo fue más reconocible y goleó por 0-4 al Real Madrid en el Bernabéu. Sin embargo, todo se desmoronó con la eliminación de la Europa League ante el Eintracht en una noche de muy mal recuerdo para los barcelonistas. Con 30.000 hinchas alemanes en las gradas del Camp Nou.
La renovación
Terminado el curso pasado, Laporta y Xavi diseñaron una profunda renovación de la plantilla. El presidente vendió el 25% de los derechos de televisión de la Liga de los próximos 25 años y el 49% de Barça Studios para satisfacer las demandas del técnico.
Unos meses antes, la planificación económica saltó por los aires con la marcha de Ferran Reverter, CEO del club, por discrepancias con la gestión presidencialista de Laporta. Otras áreas también sufrieron una “desprofesionalización” por el deseo del presidente de colocar a personas de su confianza en puestos claves del club. El año pasado, el club despidió a 56 trabajadores, a los que tuvo que indemnizar con 5,7 millones de euros. La semana pasada, hubo cuatro despidos en el departamento de comunicación.
Menos deuda
El Barça, oficialmente, ha rebajado su deuda. En octubre de 2021, Laporta aseguró que era de 1.350 millones de euros y que actualmente es de 1.200 millones. Curiosamente, la masa salarial se ha disparado en unos 100 millones en el curso actual.
En verano de este año, Laporta se lo jugó todo a una carta. Preocupado por las carencias de una plantilla muy mal parida y descompensada, el máximo dirigente atendió buena parte de las peticiones de Xavi. Se ficharon siete jugadores y se dieron de baja a 18. Muchos de ellos, cedidos a otros equipos para ahorrarse la ficha.
El Camp Nou se llena
Laporta, mientras, envía mensajes de tranquilidad a los socios y aficionados del Barça. En privado, está muy preocupado. De momento, la afición sigue respaldando al equipo en un Camp Nou que supera los 80.000 espectadores de media. El problema es que de la esperanza se pase al desánimo en un club tan ciclotímico como es el Barça.
La temprana eliminación de la Champions tendrá consecuencias deportivas y económicas. El club dejará de ingresar 20,2 millones de euros que había presupuestado. La Europa League es un torneo de segunda. Solo si gana dicha competición, el Barça podrá compensar las pérdidas ocasionadas por su temprana salida de la Champions.