Desde que fue absuelto por la Audiencia Nacional en 2019, Sandro Rosell ha perdido las ganas de esconderse. Ya estuvo a la sombra durante los dos largos años que pasó en prisión, acusado de una supuesta operación de lavado de dinero que jamás llegó a demostrarse. Reclamó una indemnización de 29,7 millones de euros para paliar el tiempo extraviado injustamente, y el Ministerio de Justicia --valga la paradoja-- redujo la cifra a 18.000 euros.
Cierto es que el objetivo de Rosell no era tanto económico, sino más bien el de restituir su honor y buscar algún tipo de vendetta legal. Porque, lejos de convertirse en un escarmiento, los años del expresidente del Barça en la cárcel sólo han servido para potenciar aún más sus ganas de aparecer en los focos.
Tal y como ha informado Crónica Global, Sandro Rosell sigue calibrando cada uno de los detalles de su candidatura a las elecciones municipales de Barcelona, con fecha estipulada para el 28 de mayo de 2023. Tiene ganas de reivindicarse, de mejorar su imagen pública y asumir un reto mayúsculo. Progresa adecuadamente con la elaboración del programa, y cuenta con colaboradores que ya trabajan para evitar retrasos.
La campaña electoral toma forma
No será hasta finales de año cuando comunique su intención de concurrir a las elecciones, una vez listo a rajatabla el equipo de profesionales independientes que le acompañarán en la aventura. La campaña electoral que prepara será distinta de todas las que suelen realizar los partidos políticos tradicionales. Como buen empresario, si de algo sabe Sandro Rosell es de márketing. Y la línea del eslogan la tiene muy clara: Barcelona se cae, la ciudad se deteriora y se hace decadente; por tanto, hay que darle la vuelta.
Al hilo de la información proporcionada por Crónica Global, no se prevé que el expresidente culé participe en debates, haga mítines o actos populares masivos. En vez de ello planifica al milímetro lo que podría considerarse una campaña de márketing, como si en vez de presentarse a alcalde estuviera intentando vender uno de los infinitos productos de merchandising del FC Barcelona.
Será una campaña corta, que dará comienzo en enero para acumular las firmas necesarias, y que continuará en marzo-abril para explicar a los barceloneses cómo aspira a gobernar la ciudad. Dejará que sean los vecinos de la Ciudad Condal, en especial los jóvenes y los más vinculados a los nuevos canales de comunicación, los que decidan si confían en él. Y aprovechará, naturalmente, el hecho de que muchos le consideren un mártir.
La familia, por encima de todo
Pese a toda la planificación, sin embargo, todavía no puede garantizarse al cien por cien la concurrencia de Sandro Rosell en las elecciones a la alcaldía de Barcelona. Su madre, María Dolores Feliu Baccio, es quien tendrá la última palabra. Para el presumible candidato, el bienestar emocional de su familia es más importante que el coste económico de la campaña. Y si no tiene eso garantizado, optará por volver de forma temporal a las sombras. Para seguir trabajando, desde ahí, en futuros proyectos que le llenen.