El optimismo inunda al barcelonismo. De golpe y porrazo, da la sensación de que la crisis económica, deportiva e institucional que atraviesa el club se ha desvanecido con la llegada de los nuevos fichajes. Unas caras nuevas que ilusionan, es cierto, pero que ni siquiera pueden ser inscritas todavía en las competiciones de la próxima temporada 2022-23.
Para que eso suceda, hará falta activar la segunda palanca económica, correspondiente a la venta de otro 15% de los derechos audiovisuales procedentes de la Liga a Sixth Street. Una cesión que reportará al Barça una cantidad de 320-330 millones de euros, y que se acercará a los 400 millones sumando la plusvalía prevista. La realidad dicta, por desgracia, que quizá sea necesaria una tercera palanca --la venta del 49% de Barça Studios a cambio de 200 millones-- para ultimar al completo la revolución de plantilla que pretende la junta de Laporta. Y de esta forma, al fin con una seguridad del 100%, garantizar la inscripción de todos los jugadores en los torneos oficiales.
Huir del pasado y marcar nuevas pautas
De los errores se aprende, y el presidente culé quiere cortar de raíz uno de los grandes problemas de las últimas temporadas. La reestructuración de la escala salarial sigue siendo una necesidad imperiosa, y desde la entidad tienen clara la máxima de seguir rebajando los sueldos más estratosféricos de la plantilla. Después de que hayan pasado por el aro Dembelé --poniendo fin a un culebrón que parecía interminable-- y Sergi Roberto, que ha renovado por un año tras recortarse su ficha un 40%, los objetivos pasan a ser Gerard Piqué, Sergio Busquets, Jordi Alba, Frenkie de Jong y Ter Stegen.
Laporta se ha marcado el reto de que, en el caso de los tres capitanes, acepten como máximo un salario máximo de 16 millones, una cantidad inferior a la firmada con el club anteriormente. Piqué, según informó TV3 en las últimas semanas, debe percibir 80 millones de euros por los dos años de contrato que aún le quedan con el Barça. Esta cantidad incluye la ficha de 28 millones de euros anuales pactada, las cantidades diferidas en el pasado y un bonus extra para cuando se retire. Busquets también ostenta un salario de 24 millones de euros brutos, y Jordi Alba tiene firmada una ficha de 20 millones de euros anuales, sin contar las cantidades diferidas y el bonus final.
Los casos de Frenkie y Ter Stegen
Los salarios de Frenkie de Jong y Marc-André Ter Stegen son algo más bajos, aunque siguen estando fuera de los límites que desea establecer el Barça. Desde Culemanía ya detallamos con anterioridad que el sueldo de Frenkie es de 14 millones de euros brutos por curso, similar al del guardameta alemán. El salario del holandés, sin embargo, se verá afectado por una cierta cantidad de variables y bonus.
Lo que preocupa en el Barça, por tanto, es la cifra que deberá pagarle en las próximas temporadas debido a las obligaciones firmadas en su contrato. Frenkie de Jong cobraría 21 millones la próxima temporada y casi 28 millones la siguiente, además de las variables que pueda conseguir por partidos disputados y títulos. El Barça está buscando una rebaja salarial para así poder mantenerle en plantilla sin afectar su esquema salarial. Pero si el futbolista sigue sin aceptar, la premisa es clara: traspasarle al Manchester United, ahorrarse su alta ficha y, además, cobrar unos 80 millones de euros que vendrían de perlas a las arcas del Camp Nou.
Una conversación aún pendiente
Los caminos del FC Barcelona y Frenkie de Jong llegaron a un punto bastante delicado en los últimos días, y en estos momentos la situación es de calma tensa. El holandés, al igual que sus cuatro compañeros citados, se encuentra concentrado con el equipo en Estados Unidos, disputando la gira de pretemporada 2022. En la última rueda de prensa, Busquets respondió con diplomacia al ser preguntado sobre una futura rebaja salarial. "No hay ninguna problema con el presidente. Estamos para lo que necesite el club, pero no es algo que actualmente esté sobre la mesa”, contestó. Puede que actualmente no se haya hablado a fondo, pero será un tema a tratar. Y habrá que ver, cuando llegue el momento, cuál es la predisposición de los cinco jugadores pendientes de volver a pasar por la tijera.