Joan Laporta prometió un equipo de primer nivel a Xavi Hernández y está dispuesto a cumplir su palabra para la temporada 2022-23. La pregunta es: ¿A cualquier precio?
Desde su llegada a la presidencia del Barça por segunda vez, Laporta se ha quejado de manera reiterada del "nefasto legado" heredado de la junta directiva de Josep María Bartomeu. El actual presidente ha insistido en la "gestión irresponsable" del anterior con la política de salarios y de fichajes. Por este motivo, no faltan voces en el barcelonismo que cuestionen la administración del nuevo dirigente culé, que amenaza con ser de alto riesgo por diversos motivos que recuerdan a los excesos de antes.
En primer lugar, Laporta ha abierto la veda sobre la venta de activos del club. El pasado 30 de junio autorizó la primera palanca, consistente en vender el 10% de los derechos televisivos procedentes de la Liga. El acuerdo es por un mínimo de 25 años, entonces el club tendrá la posibilidad de recomprar esos derechos. Sobre el 20 de julio, se espera la venta de otro 15% de los mismos derechos audiovisuales. Esto significa que el Barça renunciará a un 25% de lo que percibe de la Liga: unos 40 millones anuales. Por 25 años, estamos hablando de unos 1.000 millones de euros siempre que no sigan subiendo, cosa que es muy previsible.
Venta de activos = menos deuda y fichajes
A cambio de estas dos operaciones, el Barça obtendrá liquidez inmediata por valor de 500 millones de euros y un beneficio contable de casi 700: 207,5 millones, que a nivel contable computarán como un benefio de 267 millones; y otros 311,25 millones que computarán como un beneficio contable de unos 400 millones.
Este dinero, según reconoció el propio Laporta en rueda de prensa a Culemanía, será invertido de dos maneras. En primer lugar, se destinará a reducir la deuda del club, que era de 1.350 millones hace un año y ahora se estima que podría superar los 1.500 millones. En segundo lugar, se invertirá en fichajes para reforzar el Barça de Xavi. La pregunta es: ¿Gastará todo el dinero inyectado de una tacada?
Las estimaciones que circulan en el entorno culé, ni confirmadas ni desmentidas por las fuentes del club consultadas por Culemanía, auguran una inversión de 500 millones en tapar deuda y unos 200 millones en fichajes. Una situación que recuerda peligrosamente a lo que le ocurrió a Bartomeu cuando obtuvo los 222 millones de Neymar y los invirtió en Dembelé (105+40M€) y Coutinho (120+40M€). La jugada salió muy mal.
Masa salarial
Posteriormente, el entonces presidente siguió forzando la máquina con otra inversión excesiva por Antoine Griezmann (120M€). Paralelamente, Bartomeu infló la masa salarial, que pasó de estar englobada en 432 millones (temporada 2016-17) a los 639 del curso siguiente que encontraron su máximo exponente un año después: 671 millones (2018-19).
Laporta está reduciendo la masa salarial y no ha invertido ni 80 millones --lo que costó Luis Suárez en 2014-- en ningún jugador. Sin embargo, también podría estar forzando la máquina con los fichajes de Ferran Torres (55 millones más 10 en variables), Raphinha (58 millones más variables), Lewandowski (rondará los 50 millones) y Jules Koundé (entre 50 y 60 millones). Solo estas cuatro operaciones ya superan los 200 millones de inversión, a lo que podrían sumarse unos 20 millones más por César Azpilicueta y Marcos Alonso.
Aunque Laporta reduzca el gasto en salarios, este volverá a incrementarse con las nuevas amortizaciones de los recientes fichajes. Aunque algunos futbolistas accedan a bajarse el sueldo, está subiendo con los aumentos de Pedri, Ansu Fati, Araujo, Gavi, Ferran Torres o Aubameyang.
Faltan nuevos ingresos
Pero el problema no está únicamente en el gasto, cuya reducción drástica sigue siendo imprescindible. También es de vital importancia aumentar el nivel de ingresos. Desde la marcha de Leo Messi, está costando mucho la búsqueda de nuevos sponsors. Hay que recordar que con el astro argentino en el césped, y Bartomeu en la presidencia, el club rozó los 1.000 millones de ingresos. Desde la pandemia, no se alcanzan los 700.
La gran solución laportista viene de Spotify, que pagará casi lo mismo que antes del Covid ingresaba el club por los mismos conceptos (Rakuten + Stanley). La novedad reside en el extra de haber puesto nombre al estadio, valorado en solo cinco millones. Pero al mismo tiempo, resulta que se ha pagado una comisión al intermediario del acuerdo por valor de un 3%, que supondrían unos dos millones. ¿Explicará el presidente, como prometió, cuánto dinero se está pagando en las comisiones de los nuevos fichajes? ¿Cuánto se lleva Deco por el costoso fichaje de Raphinha?