La juventud rebelde de Laporta: en el colegio y en la mili
El actual presidente del Barça ha hecho auténticas locuras por su equipo cuando era joven
16 mayo, 2022 00:23Joan Laporta es uno de los mejores presidentes en la historia del Barça. Evidentemente su primer mandato fue mejor que este segundo, aunque ahora se ha encontrado un club con bastantes problemas económicos a los que hacer frente.
Primera etapa como presidente
Durante su primera etapa en el Barça, el catalán fue querido por prácticamente todos, aunque al final de su estancia en el club fue algo pesada debido a las múltiples críticas sobre su vida privada. Una parte de la afición lo cuestionaba por las fiestas que se pegaba.
Sin embargo a Joan Laporta jamás le ha afectado eso. Tras unos años apartado del foco mediático, el mandatario regresó al Barça tras ganar unas elecciones marcadas por las duras circunstancias que atravesaba la entidad.
El catalán llegó por primera vez al Barça en 2003, después de estar varios años intentándolo. De su juventud se sabe que el Laporta adolescente era algo rebelde. El País explicó en 2003 que tuvo que ir algunos sábados desde su casa hasta el colegio por sus faltas de disciplina.
Joven rebelde
Al parecer Laporta quiso ser médico, como su padre, pero la nota no le alcanzó para entrar en Medicina. Se fue a Derecho, algo que le acabó encantando. Respecto a su estancia en la mili, el citado medio cuenta que el actual presidente del Barça continuó con su fama de rebelde en la Academia de Valladolid. Incluso llegó a protagonizar una huelga de hambre para protestar.
Todos sabían que tenía algo especial pese a tener actitudes algo rebeldes. Joan Laporta siempre ha sido una persona muy diferente, teniendo siempre en mente vivir el presente y disfrutar cada momento. Pocos presidentes celebran tanto los buenos momentos con sus clubes como él.
Culé hasta la médula
Además, respecto a su estancia en la mili, parece ser que se escapó para ver la final de la Copa de Europa en Sevilla en 1986. Laporta siempre ha sido muy culé y para él era algo extraordinario poder ver un partido así.
Muchos años después logró ganar esta competición con él de presidente. El País relató que en el cuartel, desistieron por su falta de espíritu militar y lo enviaron a la caja de reclutas del cuartel del Bruc, en Barcelona, a un despacho.