El FC Barcelona encalla con el Espai Barça. El nuevo proyecto de la junta directiva que preside Joan Laporta todavía no ha sido presentado al Ayuntamiento de Barcelona, que deberá validarlo, y no está claro que las obras comiencen en mayo o junio de este año. La dimisión de Ferran Reverter, director general del club, añade más incertidumbre por la desconfianza que su salida provoca entre los inversores de una operación cifrada en 1.500 millones de euros y cuya financiación todavía no ha sido aprobada por Goldman Sachs.

El grupo estadounidense de banca de inversión, como avanzó Culemaníatodavía debe aprobar los cambios introducidos por la actual junta directiva azulgrana, que eleva el coste del Espai Barça hasta los 1.500 millones de euros, casi 700 millones más que los previstos por el expresidente Josep Maria Bartomeu antes de presentar su dimisión.

Los cambios de Laporta

La salida de Reverter, que había liderado las negociaciones con Goldman Sachs, retrasará el acuerdo. En Estados Unidos todavía no han validado los últimos números presentados por el Barça. La actual junta directiva considera que la transformación del Camp Nou y la construcción del nuevo Palau pueden generar 200 millones de ingresos anuales, 50 millones más que los proyectados por Bartomeu y sus ejecutivos.

Ferran Reverter en la asamblea de socios compromisarios / FCB



Ferran Reverter, en la asamblea de socios compromisarios / EFE

Goldman Sachs ya ha prestado 595 millones de euros al Barcelona para refinanciar su deuda  --asciende a 1.350 millones de euros, según Laporta-- y, presuntamente, dará luz verde al nuevo Espai Barça con condiciones. El grupo estadounidense podría exigir un mayor control de una operación muy compleja que será la más importante del club en el siglo XXI. La reurbanización del estadio, por ejemplo, contempla la edificación de un hotel y nuevas oficinas, construcciones que ya contemplaba la junta directiva de Bartomeu.

El nuevo Palau se dispara

El Espai Barça ya ha sido aprobado por los socios en referéndum en dos ocasiones. En 2014 y en 2021. Inicialmente, el proyecto fue cifrado en 600 millones de euros, una cifra que pronto quedó desfasada porque la anterior junta directiva presupuestó la construcción del nuevo Palau en 90 millones de euros. El pabellón multiusos proyectado en 2014 podía reunir a 10.000 espectadores, cifra que años después se amplió hasta las 15.000. 

Laporta y Reverter cifraron el nuevo Palau Blaugrana en 420 millones, 140 millones de euros más que el Valencia Arena, con capacidad para 15.600 espectadores. La reforma del Camp Nou también ha pasado de los 400 millones iniciales a los 900 actuales. El presidente del Barça justifica este incremento por los cambios introducidos. Estos contempla el derribo de la tercera grada actual y la construcción de una totalmente nueva y simétrica. También ha proyectado dos anillos de palcos. En cambio, los cambios que se aplicarán en la primera grada serán mínimos.

Joan Laporta y Ada Colau en la reunión entre el FC Barcelona y el Ayuntamiento por el Espai Barça / FCB



Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, Joan Laporta, en el Ayuntamiento / EFE

Máximas garantías

Fuentes del sector financiero ya explicaron a Culemanía que Goldman Sachs pedirá las máximas garantías al Barça y podría corregir algunas partidas o cambiar algunas condiciones. Bartomeu y su junta directiva asumían que debían pagar las obras en 25 años a partir de su finalización, mientras que Laporta ya contemplaba que el plazo se prolongará durante 35 años.

En las oficinas del Barça, mientras, crecen las dudas sobre el inicio de las obras. Laporta quería comenzarlas esta primavera, pero el Ayuntamiento todavía no ha visto el nuevo proyecto, que contempla cambios importantes en la estructura del Camp Nou aunque no tanto en su entorno. 

El traslado

El Barça tiene la intención de seguir jugando en el Camp Nou durante el primer año de las obras, aunque el aforo se reducirá un 50%. Después se trasladaría a otro estadio, presuntamente al Olímpic Lluís Companys, durante una temporada para regresar otra vez al Camp Nou. En el Ayuntamiento de Barcelona, mientras, ya han avisado al club azulgrana que deberá pagar un alquiler por el uso del Olímpic. El acuerdo económico entre las dos partes, según algunas fuentes, no será fácil.