La gestión de Josep María Bartomeu al frente del FC Barcelona ha sido muy criticada por la delicada situación económica en que quedó la entidad, agravada por la pandemia. Joan Laporta también dejó la presidencia del club en 2010 con unas cuentas muy polémicas, que terminaron en los tribunales cuando la asamblea de socios compromisarios votó a favor de interponer una acción social de responsabilidad a la junta directiva del que hoy vuelve a ser presidente del Barça. En la última década, las dos veces que el gobierno culé ha cambiado de bando, la tesorería se ha puesto bajo lupa. Y la única forma de protegerla era un aval impuesto por ley calculado en base al 15% del presupuesto de gastos del club. Esto va a desaparecer.
Según informó hace unas semanas el director general del CSD, Albert Soler, y contrastó Culemanía posteriormente, la decisión de establecer una enmienda a la Ley del Deporte para cambiar la norma sobre los avales estaba tomada. La presión de Barça, Athletic Club, Osasuna y Real Madrid al gobierno español surtió efecto y se decidió retirar una normativa que se considera excesiva en algunos casos: la junta de Laporta se vio obligada a presentar un aval de 124,6 millones de euros el pasado 17 de marzo que tuvo que renovar en noviembre. Sin embargo, la retirada de esta disposición también comporta riesgos porque, al tiempo que facilita el acceso a la presidencia del club, lo desprotege ante una hipotética mala gestión.
Avales a la carta para Barça y Madrid
Según ha podido saber Culemanía, la Ley del Deporte será modificada para regular a la baja el tema de los avales. Si ahora se exige un 15% del presupuesto de gastos, el objetivo es que en un futuro sean los propios clubes quienes elijan el porcentaje exacto a través de los estatutos. Y, al parecer, oscilará entre una horquilla del 2% al mismo 15%. Mientras Barça o Athletic prefieren bajarlo todo lo que se pueda, en torno a ese 2% o 3%, al Real Madrid de Florentino Pérez le interesa mantener el 15% actual. De esta forma, todas las partes estarán contentas.
Joan Laporta y Florentino Pérez en el palco del Alfredo di Stéfano, en el Clásico de la pasada temporada / EFE
La enmienda a la Ley del Deporte se aprobará este jueves, según informa el diario Ara, debido a las presiones políticas de ERC y PNV. Lo que todavía se desconoce es cuando se harán oficiales los nuevos porcentajes para el aval. No obstante, llama la atención cómo el Barça prefiere rebajar los avales desprotegiendo al club y, en cambio, el Real Madrid los pretende mantener por el motivo contrario: limitar el acceso a nuevos gestores que puedan acabar poniendo en riesgo la viabilidad económica de la entidad.
Un nuevo aval de 16 millones
Con un aval de 15,68 millones de euros –el 2% del presupuesto de gastos actual, 784 millones–, muchos socios del Barça se sentirán legitimados para presidir el club. Aunque todavía tendrán que superar el escollo de las firmas para ser candidatos oficiales a las elecciones, en caso de conseguirlo, tan solo responderían con 16 millones de euros de una hipotética mala gestión en un club con un presupuesto que antes de la pandemia rondaba los 1.000 millones de euros. Esta situación, aplaudida por Laporta y su junta, está siendo criticada desde otros sectores más conservadores del barcelonismo.
Jaume Roures y José Elías, todavía avalistas de la junta de Laporta / CM
Elías y Roures desaparecerán
Los efectos colaterales que acarreará esta medida pasan por liberar a los actuales avalistas del club. Tanto José Elías como Jaume Roures, que actualmente avalan unos 30 y 10 millones, respectivamente, de su propio patrimonio, dejarán de estar vinculados al club a través del aval. La diferencia es que Roures no asumirá el coste financiero de los intereses que se han generado con el aval, unos 300.000 euros, mientras que Elías sí que pagará 400.000 euros por los casi 40 millones que puso en el primer aval.
La marcha de los avalistas también tiene una lectura positiva dentro de la directiva, donde consideran que cuanto más margen de maniobra haya, más fácil será la gestión del club. Es decir, actualmente no se toman algunas decisiones porque en la junta van con miedo de poner en riesgo el patrimonio personal de los directivos y avalistas. Ese es el verdadero quid de la cuestión: ¿Hasta qué punto la junta mira por su propio bolsillo o por el real interés de los culés? Dicho de otra forma: si no hubiese habido un riesgo patrimonial para sus bolsillos, ¿el Barça de Laporta habría decidido renunciar a Messi? Seguramente nunca lo sabremos.