El FC Barcelona, condicionado por su delicada situación económica, asume que deberá tomar decisiones impopulares en verano. Incapaz de traspasar a Philippe Coutinho y Samuel Umtiti, dos futbolistas que cobran mucho y juegan poco o nada, el club que preside Joan Laporta podría aliviar sus actuales problemas financieros con un traspaso sonado. En el Barça preparan la salida de un futbolista titular, posiblemente formado en las categorías inferiores, con el objetivo de cerrar una operación muy rentable.

Laporta ha priorizado en los últimos meses las renovaciones de Pedri y Ansu Fati. El Barça también negocia con Gavi y Araujo. Con el centrocampista andaluz las sensaciones son buenas. Con el defensa uruguayo, en cambio, hay más problemas. Araujo acaba contrato en junio de 2023 y ha sido tentado por algunos clubes de la Premier. En junio le quedará un año más de contrato si no renueva.

Gavi acaba noqueado en la primera parte del Barça-Betis / EFE



Gavi, en el partido de Liga contra el Betis / FCB

El relevo de Piqué

El Barça también debería resolver en verano el futuro de Memphis Depay. El delantero llegó con la carta de libertad, condicionando su fichaje a la continuidad de Ronald Koeman, pero solo quiso firmar por dos años.

Xavi Hernández, técnico del Barça, avala la continuidad de Memphis y, sobre todo, de Araujo, un futbolista con mucha proyección a quien se considera el relevo natural de Piqué. Xavi está encantado con Araujo por su velocidad y carácter, también por su liderazgo en los momentos delicados.

De Jong y Ter Stegen

En verano, el Barça también podría hacer caja por Ter Stegen y Frenkie de Jong. Oficialmente, los dos futbolistas son intocables. Intransferibles. En el Barça se confía mucho en Iñaki Peña, pero dudan entre vender al meta alemán o a Neto, por quien se podría ingresar 10 millones de euros. El neerlandés, mientras, es un futbolista distinto a Pedri, Nico y Gavi. Xavi quiere que tenga más incidencia en el juego y pise más el área contraria. De momento, está satisfecho con su progresión.

Riqui Puig, que llama de nuevo a la puerta de Koeman, en una acción en el amistoso contra el Nàstic / FCB



Riqui Puig, en un partido de la pretemporada / FCB

El fichaje de Ter Stegen, por quien el Barça pagó 12 millones de euros en 2014, está sobradamente amortizado. El de Frenkie de Jong, mucho más costoso (75 millones fijos más 11 en variables), casi. Pero para el Barça sería económicamente muy rentable la venta de un futbolista formado en las categorías inferiores.

Riqui Puig pierde valor

El traspaso de Riqui Puig, por ejemplo, sería muy bien recibido en todos los estamentos del club porque tiene ya 22 años y no ha sido titular con Valverde, Setién, Koeman ni Xavi. El problema es que su valor de mercado, según Transfermarkt, es de 15 millones de euros.

El Barça, en cambio, podría lograr una cifra mucho más elevada por Nico, Gavi o Pedri. Nadie cuestiona su clase ni su proyección. Los tres lo tienen todo para ser titulares en el equipo azulgrana durante una década, pero el club podría asumir una venta por necesidades económicas. Con Sergio Busquets y Frenkie de Jong, el Barça tiene centrocampistas de nivel y en verano también podría llegar un jugador mucho más físico, con más recorrido, y mucho más barato.

Nico González, protegiendo el balón contra un jugador del Benfica / FCB



Nico, en el partido de la Champions contra el Benfica disputado en el Camp Nou / FCB

El fichaje de Ferran Torres

El Manchester City, por ejemplo, descartó la propuesta del Barça de abaratar el coste de Ferran Torres a cambio de incluir a Coutinho o Umtiti en la operación. En el Etihad gusta mucho Nico. Pep Guardiola necesita un medio centro y estaría encantado con fichar al hijo de Fran, a quien ya tanteó en el pasado.

En el Barça, sin embargo, prefieren una venta millonaria. Por 70 millones de euros. O más. También tiene muy buen cartel Pedri, mejor futbolista sub-21 del mundo. El traspaso de un joven formado en la cantera sería el gran negocio que contemplan en los despachos del Camp Nou. Y sería un alivio para los avalistas de Laporta, preocupado por reducir una deuda que él mismo ha cifrado en 1.350 millones de euros.