El aval sigue siendo una de las mayores preocupaciones de Joan Laporta y su junta directiva desde que llegaron al FC Barcelona. Una mala gestión de la entidad podría poner en peligro su propio patrimonio cuando finalice el mandato que empezaron el pasado 7 de marzo y que tiene como fecha límite el próximo junio de 2026. Ese es también el plazo que se han marcado para revertir el patrimonio neto negativo de -450 millones que tiene ahora la entidad. Mientras estudian pausadas acciones para empezar a generar nuevos ingresos, negocian paralelamente un aval que se volverá a poner complicado en noviembre.
Pasan de 117,6 a 90 millones
Laporta y su junta han abierto negociaciones con La Caixa por un aval que estiman sea de 90 millones de euros. Una cifra 35 millones inferior a la que tuvieron que presentar ante las oficinas de la Liga el pasado 17 de marzo, día de la investidura. Sobre la bocina formalizaron los 124,6 millones exigidos después de haberse peleado hasta altas horas de la madrugada con el Banco Sabadell en una notaría de la Diagonal.
Aunque la Ley del Deporte, en aplicación de la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas, deja claro que el aval se debe corresponder con el 15% del presupuesto de gastos (784 millones), y ello dejaría una cifra final a avalar de 117,6 millones de euros, en la directiva tienen el convencimiento de que será menos dinero. Los 90 millones que pretenden avalar salen de presentar unos beneficios de cinco millones en los nuevos presupuestos y de los supuestos beneficios que la junta de Laporta habría generado en sus tres meses de mandato en el ejercicio anterior, donde atribuyen los 481 millones de pérdidas solo a Bartomeu.
Caixabank y Banco Sabadell
La Caixa es la nueva vía del presidente por diversos motivos. El principal es que ya no está Jaume Giró en su candidatura, lo que cerraba las puertas de la entidad de Isidre Fainé por las diferencias que ambos mantienen desde hace años. Superada esta traba, Laporta ha decidido acudir a La Caixa porque es la entidad bancaria amiga del club, donde manejan las nóminas y de donde sacaron a su actual directora corporativa, Maribel Meléndez, que era la directora financiera del BuildingCenter de CaixaBank.
Maribel Meléndez (ex Caixabank) y Jaume Guardiola (ex Sabadell) / CM
Pero La Caixa no estará sola en esta aventura. Laporta sigue contando con el Sabadell, que se ha puesto más duro después del esperpento que tuvo que vivir el año pasado, pero donde todavía mantiene algunas amistades. La entidad bancaria aceptó ir sola hace un año porque ninguna otra financiera estaba dispuesta a darle el aval, pero las cosas han cambiado.
El papel decisivo de Guardiola
Fue la insistencia de Jaume Guardiola, entonces director general del banco, la que posibilitó un aval cogido con pinzas, con 10 millones de euros avalados solidariamente por todos los miembros de la junta directiva después de las cuantiosas aportaciones de Jaume Roures (30 millones en líquido) y los dirigentes de Audax Renovables, el dueño José Elías y el CEO Eduard Romeu (20 millones). Guardiola, que afrontaba su inminente jubilación, fue recompensado con la presidencia de la comisión económica del Barça. Ahora que ya no está Guardiola, el Sabadell acepta negociar pero solo con un compañero de viaje que será La Caixa.
Negociación paralela con el CSD
Paralelamente a estas negociaciones, Laporta mantiene otro frente abierto –como hizo recientemente con Koeman y Xavi– que todavía le interesa más: el CSD. El presidente del Barça y los otros tres clubes deportivos que no son SAD –Real Madrid, Athletic Club y Osasuna– ya se han puesto de acuerdo para pedir una modificación de la norma referente a los avales. “Una horquilla que vaya del 2% al 15% del presupuesto”, según ha confirmado esta semana el director general del CSD, Albert Soler, a Ser Catalunya.
Bartomeu y Albert Soler en una amigable conversación con Luis Suárez cuando los tres estaban en el Barça / FCB
Soler, que precisamente fue despedido del Barça por Laporta, ahora está dispuesto a tenderle la mano. Sin embargo, la modificación de la Ley del Deporte no se producirá hasta principios de 2022 y Laporta necesita arreglar la cuestión en noviembre.
El Real Decreto al que se aferra Laporta
“Se podría tener listo el Real Decreto en noviembre si se encuentra una ley que lo acompañe. Por el momento no es seguro, pero tampoco se descarta. El Barça lo ha pedido y el gobierno está dispuesto a ayudar mientras no haya intereses contrarios”, explican a Culemanía fuentes directas de las negociaciones.
Es decir, si aparece una ley antes de noviembre donde poder encajar el Real Decreto de los avales, se hará. Y si se hace, Laporta tendría la facultad de bajar el 15% del presupuesto exigido a un mínimo 2%. Esto comportaría presentar un aval claramente insuficiente para cubrir una hipotética quiebra del FC Barcelona y ahorraría a la directiva tener que pedir un aval de 90 millones de euros, o más, a la banca.