La amenaza sigue creciendo. La compra del Newcastle United por parte de un fondo de inversión de Arabia Saudí ha provocado que la lista de dos clubes-Estado, PSG y Manchester City, haya pasado ahora a ser de tres. Barcelona y Real Madrid tienen ahora un motivo más para preocuparse ante la proliferación de este modelo de gestión.
Un Newcastle de oro
Tras varios años siendo el blanco de las críticas debido a su gestión, Mike Ashley, deja de ser el máximo accionista del Newcastle que ha cerrado su venta al Public Investment Fund después de más de un año de negociaciones. El consorcio, que también incluye los fondos de inversión PCP Capital Partners y RB Sports & Media, ha comprado la totalidad del club por 354 millones de euros.
Fans del Newcastle en las puertas del estado/efe
Con esta operación, las urracas pasan a ser el club con el mayor capital del mundo. El Newcastle será el club más rico del mundo ya que la fortuna de sus nuevos dueños está estimada alrededor de los 320 mil millones de euros, muy por encima de Manchester City o PSG.
Los hinchas del club no han dudado en salir a las calles a celebrar el acuerdo que, esperan, siga los pasos de los otros dos equipos financiados con el dinero del petróleo.
Nueva amenaza para Barça y Madrid
Miran de reojo y con recelo los que hasta ahora habían sido los dos grandes tiburones de la pecera y que en la era de Messi y Cristiano aglutinaron a la mayor parte de las estrellas del panorama mundial del fútbol. Barça y Madrid han manifestado en muchas ocasiones el daño que, bajo su criterio, los clubes-Estado le están haciendo al fútbol.
El director general del Barcelona, Ferran Reverter, se mostró en contra del poco o prácticamente inexistente coto que la UEFA le ha puesto a Manchester City y PSG en los últimos años: “La UEFA va en una dirección opuesta a los intereses del Barça en el tema del Fair Play… la UEFA está abriendo que se pueda añadir constantemente dinero y que los ratios se disparen. Nosotros creemos en un modelo mucho más sostenible, alineado con la Liga española… porque se está favoreciendo a los clubes-Estado y eso sí que hace daño a la marca Barça”, sentenciaba el director genera del club.
Ferren Reverter y Joan Laporta en la presentación de la Due Diligence / EFE
Florentino Pérez también se acordó de estos clubes bañados en petróleo y una de las razones que esgrimió para la creación de la Superliga fue que con el modelo de negocio actual del organismo presidido por Ceferin “solo aguantarán los que son de un Estado o de un dueño multimillonario”.
Y es que, en los últimos años, azulgranas y merengues han visto como tanto el PSG de Al-Khleaifi y el Manchester City de Mansour bin Zayed Al Nahayan han ido comiéndole terreno a un Barça ahora mismo en ruinas y a un Madrid venido a menos en Europa en las últimas temporadas. De hecho, tanto parisinos como ingleses, han conseguido meterse en las dos últimas finales de la Champions aunque no han podido culminar su ascenso meteórico gracias a una inyección de dinero infinita y sin control.
Los gastos de PSG y City
Irrelevantes en el libro de historia del fútbol, tanto PSG como Manchester City se han convertido en actores principales del fútbol europeo en detrimento de clubes con más solera como Barça o Real Madrid, pero que ya no pueden competir de tú a tú con ellos cuando se trata de convencer con la chequera.
Desde que el club francés pasara a ser de propiedad qatarí en 2011, el PSG ha gastado hasta 1.392 millones de euros en superestrellas para alzarse con el trofeo de la máxima competición continental. Cavani, Ibrahimovic, Lavezzi o Di María son solo algunos de los que componen la interminable lista de cracks que han pasado por el Parque de los Príncipes en las últimas temporadas. El intento de asalto definitivo al trono del futbol europeo lo dieron en 2017 cuando ficharon a Mbappe y Neymar por 180 y 222 millones respectivamente. La incorporación de Messi este verano fue la culminación de un proyecto obsesionado con ganar la Champions League.
Al-Khelaifi y Messi presentado en el Parc des Princes / EFE
El Manchester City fue uno de los primeros clubes en lanzarse a los brazos de los países del Golfo Pérsico. El club citizen pasó en 2008 a ser propiedad de la familia Zayed al Nahayan que gobierna también en Emiratos Árabes Unidos. Desde 2008, el City ha necesitado un inversión de 2.000 millones de euros para dar con la lista de jugadores que le clasificó para la pasada final de la Champions League. Robinho, Tévez, Silva, Yaya Toure, Agüero o Kevin de Bruyne son solo algunos de los ilustres futbolistas que han desfilado por el Etihad en los últimos años.
Se hayan desubicados Barcelona y Madrid al encontrarse en el otro lado del mostrador. A ojos de PSG y Manchester son ellos ahora los Sevilla y Villarreal de Europa. Equipos que, pese a gozar de unos ingresos extraordinarios, no pueden hacer frente al gasto que emana del petroléo del Golfo. Sin el dinero como mejor arma para convencer, los azulgrana y los blancos están obligados a persuadir a los mejores futbolistas del planetas con otros argumentos que no sean los pecuniarios. Quizás algún día desculeguen el teléfono y pidan consejo a Fernando Roig o Monchi.