El FC Barcelona deberá reformular los avales a finales de noviembre. No se mantendrán los 124,6 millones de euros que tuvo que avalar la junta de Joan Laporta después de la victoria en las urnas, aunque la cifra debería ser más elevada. Se evitó unas nuevas elecciones gracias a las aportaciones de Audax Energías Renovables y Jaume Roures, lo que ha condicionado alguna de las decisiones de los últimos meses.
La actual junta directiva, de la que siguen muchos directivos del primer mandato, es consciente del peligro que se corre en materia económica si no se cumplen los objetivos. En el pasado ya les presentaron una acción de responsabilidad y no quieren llegar con pérdidas al final del mandato. Por eso actúan con máxima precaución en la toma de decisiones.
La junta directiva de Joan Laporta en su investidura / FC Barcelona
La política de Joan Laporta, de momento, ha sido de riesgo cero. La prioridad económica pasó por delante de la deportiva y así se vio después de un mercado veraniego muy movido. Se rechazó renovar a Leo Messi y se traspasó a Antoine Griezmann. Se generaron en traspasos 86 millones de euros y se rebajó la masa salarial en 412 millones de euros.
Y más decisiones condicionadas
El objetivo de minimizar los gastos no solamente ha afectado la política de fichajes, sino que también está condicionando otras decisiones de la entidad. Una de las últimas, por ejemplo, es la de prescindir de Ronald Koeman. El entrenador neerlandés no cuenta con el apoyo de la junta directiva y su precio de salida sería de 12 millones de euros, algo inasumible a estas alturas.
Con la salida de jugadores como Leo Messi y Antoine Griezmann, al Barça se le complica mucho la posibilidad de captar nuevos patrocinadores. Rakuten y Beko terminan contrato y no renuevan y todavía no se ha anunciado quienes les relevarán. La intención es recuperar lo ingresado en prepandemia: unos 55 millones de euros por el frontal de la camiseta.
Leo Messi junto al panel publicitario de Rakuten en el Camp Nou / FCB
En la misma línea, no hay demasiado optimismo al comercializar el Barça Studios. Desde dentro de la entidad consideran que no hay un jugador franquicia, un gran atractivo, que convenza un inversor externo. Su precio sería de 100 millones: 50 por parte de una compañía de contenidos audiovisuales y otro inversor que aportara la otra mitad. Otra afectación es la del ticketing en el estadio, que actualmente puede acoger un 60% de la capacidad, pero no termina de atraer al socio.
Otro condicionante directo de los avales se vio con el acuerdo de la Liga con CVC Capital Partners. Si los culés hubiesen accedido a ello, se hubieran beneficiado de 270 millones de euros por parte de la patronal, de los cuales un 15% se podría haber destinado a los salarios. El presidente estaba convencido de ello, como el propio Javier Tebas ha reconocido, pero finalmente el CEO, Ferran Reverter, paró la operación.
Estatutos modificados
Los avales también han provocado una modificación de los estatutos, cuya propuesta se someterá a votación el próximo 17 de octubre. Según ha publicado la propia entidad, quiere que se aumente el número de directivos: “Los cargos de los cuales debe estar compuesta la junta directiva deben ser, como mínimo, de 14 miembros y, como máximo, de 25”.
Laporta, en un acto del Barça en el Camp Nou / FCB
Los nuevos avales, que verán la luz a finales de noviembre, no será de los 124,6 millones de euros. Según ha podido saber Culemanía, con el presupuesto actual, el aval se vería reducido a unos 117 millones de euros. Saldría alguno de los actuales avalistas, como Jaume Roures, que aportó 30 millones en abril y ya anunció que tenía fecha de caducidad.
Con la rebaja de los avales y la entrada de nuevos directivos, el Barça de Laporta busca no depender de terceros. Entrarían, eso sí, algunos directivos con alto poder adquisitivo, como lo hizo en su día Eduard Romeu, vicepresidente económico del Barça y de Audax Energías Renovables.