Ronald Koeman es quien ocupa el banquillo del FC Barcelona. Pero es así muy a pesar de varios miembros de la junta directiva. Sobre todo por parte del presidente de la entidad, Joan Laporta. Los más afines al mandatario estarían llevando a cabo una estrategia de desgaste para provocar el adiós del neerlandés cuanto antes. Si dimite y se ahorran el finiquito, mucho mejor. 

Joan Laporta y Ronald Koeman, condenados a entenderse / FCB

Joan Laporta y Ronald Koeman, condenados a entenderse / FCB

Es algo que contrasta de manera flagrante con la versión que se da de cara a la opinión pública, muy distinta a lo que se habla internamente en privado. Joan Laporta ya quiso cargárselo poco después de hacerse con el poder tras ganar las elecciones a la presidencia del Barça, cuando se tiró la Liga por la borda. Si no lo hizo fue por el elevado coste que supondría una hipotética indemnización: entre 12 y 13 millones de euros. 

Cara A y cara B

“He hablado con Koeman, que es un hombre de club. Es un gran profesional y con la capacidad de adaptarse a las circunstancias. Evidentemente me ha dicho que no será fácil, pero a él le he visto muy motivado. Es un entrenador que demuestra su integración al club. Ya sabe que es quién lo tiene que liderar”. Este es solo un ejemplo de la defensa pública que Joan Laporta ha hecho sobre Koeman. Le alaba más por su trayectoria como futbolista y por lo que supuso para el club tras ser el héroe de la primera Copa de Europa.

Joan Laporta, en su primera junta directiva como presidente del Barça / FCB

Joan Laporta, en su primera junta directiva como presidente del Barça / FCB

Sin embargo, en el ámbito privado los tiros van por otro lado. Laporta tiene a todo un ejército de soldados que no cesan en la estrategia de acoso y derribo al neerlandés. Una crítica constante por parte de los asesores del presidente y de directivos centrados en esa constante caricaturización de la figura de Koeman.

El desgaste a Koeman

Esa es la principal máxima de la estrategia a seguir por parte del presidente. El mandatario así se escudaría en Koeman. El míster estaría en primera línea de batalla para que recibiese él todos los palos debido a los malos resultados cosechados por una plantilla que Laporta ha debilitado tras dejar marchar a Leo Messi y Antoine Griezmann. La figura de Ronald quedaría debilitada y puesta en bandeja para que la afición barcelonista le silbe en el Camp Nou y pida su dimisión.

Ronald Koeman, cabizbajo, durante el empate de Barça y Granada / EFE

Ronald Koeman, cabizbajo, durante el empate de Barça y Granada / EFE

Los escuderos de Laporta critican a Koeman en público y en privado. En redes sociales y ante los medios de comunicación. Incluso al oído del presidente. Así se allanaría el camino para ridiculizarlo y humillarlo para que se vaya él mismo gratis. De ese modo se ahorrarían el finiquito. Una hipotética marcha del ex de Países Bajos, que acabaría harto del club. No le quieren echar pero quieren que se vaya. El propio Enric Masip se mostró sorprendido durante una entrevista a Onze de que la afición apoyase tanto al equipo contra el Granada. De sus palabras daba la sensación de que prefiriese silbidos a Koeman, lo que facilitaría su marcha voluntaria. 

La cláusula para echar a Koeman

Según informó este domingo Catalunya Ràdio, el contrato del técnico tiene una cláusula que le abría las puertas a una tercera temporada. Algo impensable si se observan los resultados cosechados últimamente. Koeman firmó por dos años y, si no se le renovaba por un año más, cobrará seis millones de euros, el precio que pagó como indemnización a la federación neerlandesa de fútbol para quedar libre.

Ronald Koeman en un entrenamiento del Barça / FC Barcelona

Ronald Koeman en un entrenamiento del Barça / FC Barcelona

Despedir a Koeman ahora tendría un coste de casi 13 millones de euros, un precio similar al de mantenerlo y renovarlo por un curso más. Sus emolumentos son de unos 7,5 millones de euros brutos anuales, un precio parecido al que pagó a Holanda como indemnización para salir rumbo al Barça, unos cinco millones de euros que el club le deberá abonar si lo despide. Un dilema para la entidad.