El peligroso historial de Jorge Mendes en can Barça
La segunda etapa del agente portugués en el Camp Nou deja más sombras que luces
19 septiembre, 2021 22:52Frente a la travesía en el desierto que amenaza al FC Barcelona, los aficionados buscan con desesperación encontrar algún oasis en el que calmar la sed y rebajar las malas sensaciones que dejó el equipo en su partido ante el Bayern. Una noticia que podría aligerar este malestar sería la vuelta a los terrenos de juego de Ansu Fati, que se antoja ya próxima.
Sin embargo, la cena que el joven jugador mantuvo con su agente, Jorge Mendes, a las puertas de una futura renovación, no despertó precisamente la confianza de los culés. Más aún después de que se vinculara a Ansu con el Manchester City en una maniobra del portugués para presionar al club.
Jorge Mendes y Ansu Fati, en un fotomontaje / CULEMANIA
El agente luso, de apariencia amable gracias a su sonrisa cínica de broker, ha edificado un imperio de representación de jugadores y es uno de los grandes tiburones de este mar embravecido en el que se ha convertido el mercado de fichajes caracterizado por unas cifras de traspasos y primas de fichajes desorbitadas. Cristiano Ronaldo, James Rodríguez, Ángel di Maria son solo algunas de las grandes figuras que el representante tiene entre su cartera de clientes.
Primera etapa de aciertos
La sombra de Mendes en las oficinas del Camp Nou no empezó a crecer durante estos últimos años. Se extiende hasta la primera etapa de Laporta cuando el portugués fue el encargado de mediar en la llegada de jugadores que dejaron buen sabor de boca en las gradas del estadio.
Uno de ellos fue Deco, que llegó en 2004 como flamante campeón de Europa procedente del Oporto por 21 millones. El centrocampista luso dejó en el museo del Barça dos Ligas y una Champions League durante la etapa de Rijkaard, además de un rendimiento sobresaliente en sus primeras dos temporadas.
Otro de los nombres ilustres que Mendes apadrinó fue el de Rafa Márquez. El central mexicano fue una de las piezas fundamentales en defensa tanto en la etapa de Rijkaard, como en el primer año de la etapa Guardiola donde levantó dos UCL y cuatro Ligas. Un rendimiento que justificaron por mucho sus 5,25 millones de coste de traspaso.
Deco y Rafa Márquez llegaron al Barça de la mano de Jorge Mendes / REDES
El único de los fichajes del agente que no cuajó durante este primer ciclo fue el de Ricardo Quaresma. Procedente del Sporting de Lisboa, llegó en 2003 por seis millones de euros con unas cualidades que hacían creer que llegaría a ser todo lo que finalmente fue Cristiano Ronaldo. Tras una temporada sin pena ni gloria fue traspasado al Oporto por seis millones de euros.
Una vuelta para olvidar
Su segunda etapa dista mucho de la de 2004 en cuanto a rendimiento y rentabilidad de sus jugadores. Nelson Semedo llegó en 2017 por 35 millones con una tarea titánica: hacer olvidar a Dani Alves en un lateral derecho que había quedado huérfano. Nunca convenció a Ernesto Valverde y acabó siendo traspasado al Wolverhampton por 32 millones en 2020 víctima de la urgente necesidad del club de sanear sus cuentas.
En 2016 el Barça acordó con el Valencia el traspaso de otro de sus ahijados con una mochila de 37 millones. Andre Gomes aterrizó en Barcelona traspasado (pudieron ser 50 contando las variables). El centrocampista portugués nunca consiguió adaptarse pese a las oportunidades que Luis Enrique y Ernesto Valverde le brindaron. Hasta el punto de ser devorado por el escenario y la ansiedad que le generaba el mal de altura de jugar en una montaña con la elevación del Barça. Finalmente fue traspasado al Everton por 25 millones de euros.
Semedo, junto a André Gomes en un entrenamiento del Barça / FCB
La peor de las operaciones se produjo el verano pasado cuando el club blaugrana fichó a Trincao, un joven jugador procedente del SP Braga que tan solo había disputado 23 partidos como profesional y que había pasado desapercibido para el aficionado culé y para los analistas de futbol internacional. El montante de traspaso se elevó hasta los 31 millones de euros, de los cuales Mendes se adjudicó siete debido a un acuerdo que tenía firmado con el Braga desde el año 2015 ya que Mendes ni siquiera era su representante. Más allá de sus cifras irrisorias, tres goles y dos asistencias en 1.309 minutos, el futbolista portugués no dejó más que una sensación de intrascendencia cada vez que saltó al césped. Este verano fue cedido a los Wolves, cuyos propietarios poseen el 20% de la agencia de representación de Jorge Mendes, Gestifute.
La coyuntura actual del club obliga a abandonar una política de fichajes que ha sido uno de los motivos culminantes para que el Barça se vea sumido en una crisis económica y deportiva oceánica. Ahora toca volver a la senda de la apuesta por una cantera que lo encumbró al Nirvana del fútbol y le brindó todo el respeto y crédito mundial que hoy ha perdido.
La relación Mendes-Laporta
La influencia de Jorge Mendes, al que Laporta definió en 2013 como un tío “encantador, dinámico y listo”, en Can Barça, lejos de marchitarse, apunta a fortalecerse todavía más. Cabe recordar que una de las bazas que el presidente blaugrana jugó durante la campaña electoral fue alardear de su buena relación con agentes como el portugués o Mino Raiola. Un nexo que, según Laporta, facilitaría el flujo de jugadores de gran nivel en el vestuario culé.
Dos caminos que pueden volver a cruzarse son los de Mateu Alemany y Mendes. El ejecutivo mallorquín ya estableció relación profesional con el luso en su última etapa en el Valencia CF. Pese a que Alemany negó que Mendes hubiese tenido influencia alguna en su dirección deportiva, la letanía de jugadores representados por el agente es interminable (Rodrigo Moreno, Gonçalo Guedes, Joao Cancelo, Danilo Barbosa, Felipe Augusto o Thierry Correia).
Mateu Alemany en una imagen de archivo en Valencia / EFE
Cuando Alemany abandonó el club en 2019, se limitó a decir sobre Mendes: “Yo no he percibido ninguna cosa extraña. De Jorge Mendes sólo puedo decir que tengo una buena relación profesional y de respeto y no he tenido ninguna instrucción respecto a él”. Falta por ver si el Director de Fútbol del Barça optará por volver a explotar la sociedad que mantuvo con el agente en el Valencia, o si le cerrará las puertas para evitar que instale una nueva filial en el Camp Nou.