Jaume Roures ha tenido un papel relevante hasta la fecha en la presidencia de Joan Laporta al frente del FC Barcelona. El empresario fue avalista de la actual junta directiva con 30 millones de euros de los 124,6 millones que necesitaban para ser investidos. Todo pintaba bien, pero poco a poco se fueron torciendo las cosas cuando el club se vio inmerso en la guerra de la Liga --es muy conocida la alianza de Tebas con Roures-- contra Florentino Pérez. El último episodio se vivió este viernes con la oposición frontal de Barça, Real Madrid y Athletic a los acuerdos Liga-CVC. Pero la gota que colmó el vaso y le sentó como un jarro de agua fría al dueño de Mediapro fue la marcha de Leo Messi. Los distintos motivos empresariales por los que le interesaba que el 10 siguiera en el Camp Nou podrían llevar a Roures a retirar sus avales.
Como participante en el aval, que se debe reformular a finales de noviembre, el adiós argentino supone una rebaja de la masa salarial y, como consecuencia, facilita que se saneen las cuentas de la entidad. Sin embargo, las elevadas pérdidas aprobadas por la junta de Laporta (481 millones) hacen pensar que, con jurisprudencia en la mano, los avales se podrían ver multiplicados. Laporta y los suyos esperan que el aval sea inferior al del mes de marzo en la próxima temporada, y por ello están sumando beneficios contables a marchas forzadas. Sin embargo, de cara al curso que ahora empieza, la cosa se puede poner muy fea si no alegan que las pérdidas son consecuencia de la pandemia. Toda esta situación también puede acarrear la salida de Roures en su condición de avalista. “La garantía solo tiene vigencia durante unos meses”, quiso dejar claro el propietario de Mediapro hace unos meses.
La marcha de Messi, además, conlleva una agravante para el productor audiovisual. Que el astro argentino ya no esté en Barcelona le supone un doble varapalo en su actividad empresarial. No le podrá sacar el máximo rendimiento a los derechos audiovisuales que tenía adquiridos en Francia de la Ligue1 --y que ya no tiene, porque dejó de pagar antes de que se produjese el fichaje de Messi por el PSG-- ni a los que sigue teniendo en España con la Liga hasta finales de curso, que pierden interés sin el mejor de todos los tiempos.
Inversiones infructuosas
La temporada pasada, Mediapro hizo una gran inversión en la Ligue1. Compraron los derechos de la competición en Francia y crearon un nuevo canal, Téléfoot. El acuerdo era de más de 800 millones de euros anuales, ya no abonaron las dos primeras mensualidades (172,3 millones y 152,5 millones) y rompieron el contrato en diciembre. Finalmente, sí se pagaron los 320 que debían y 100 millones más de penalización.
Julien Bergeaud y Jaume Roures en un acto de Telefoot / Mediapro
La Ligue de Football Professionnel se vio obligada, ante el mal negocio con la audiovisual catalana, a rebajar el precio de dichos derechos esta temporada. Finalmente los vendió a Canal Plus y a Amazon Video por un montante de 663 millones por temporada, uno de los precios más bajos de los últimos años.
El problema de Roures sobre la salida de Messi a París recae en que estos derechos, que no le salieron a cuenta a Mediapro a principios del curso 2020-21, se han revalorizado. La Ligue1 ha aumentado de valor gracias a las fuertes inversiones veraniegas y a los refuerzos del PSG que, a parte de llegadas como Sergio Ramos, Gianluigi Donnarumma o Georginio Wijnaldum; mantiene a Neymar Junior y Kylian Mbappé.
Los derechos del fútbol francés han aumentado de valor, mientras que en España ha sucedido al revés. Ni Barça ni Real Madrid han firmado grandes operaciones y la salida de los cracks ha provocado que el interés de la Liga, que la empresa audiovisual tiene los derechos en bares y locales, sea menor. Entre la pandemia y el poco interés que despierta ahora un campeonato sin Messi, las retransmisiones no generan tanto retorno como antes. El problema es que abonan por temporada 460 millones de euros hasta este verano.
Información privilegiada
Jaume Roures tuvo información privilegiada durante todo el verano, cuando Barça y Messi negociaban su continuidad. En una entrevista a La Sotana llegó a reconocer que se vio con Joan Laporta y Javier Tebas para tratar la posible inscripción del 10 y el Fair Play financiero: “En esta comida, la continuidad de Messi en el Barça estaba bien encaminada. De CVC aún no se hablaba. La Liga y el presidente del Barça querían buscar soluciones”.
Joan Laporta y Jaume Roures en un fotomontaje / Culemanía
Y siguió con un “firmado no había nada, estaba todo apalabrado y muchas cosas escritas. Los días previos a ese jueves se cumplió todo un poco por todos lados. No hay una condición por el tema del CVC y no creo que sea una cosa de los avalistas. Yo creo que se complicó la cosa desde el punto de vista deportivo y no económico. Messi ya hizo las concesiones que se le pidieron y así lo dijo él”. De estas palabras se desprende cierta resignación hacia la junta directiva de Joan Laporta.
Tensión por la Superliga
Otro episodio caliente entre Laporta y Roures ha sido la creación de la Superliga europea, dejando la competición española de lado y, por consecuencia, parte del negocio de Mediapro. “No hay manera de hacerlo peor. No hay evento en el mundo que haya durado tan poco. Todo ha sido muy ridículo”, valoró hace unos meses.
Indignado por la creación del macroproyecto de Florentino Pérez, nunca se refirió a la participación de la junta directiva del Barça. Sus únicas palabras al respecto fueron para desmarcarse completamente con un “se puede ver que no estoy en la junta, no ha habido ningún cambio”.
Conversaciones con Giró por el aval
En esa entrevista, Jaume Roures llegó a reconocer que, para participar en los avales, no habló con el presidente hasta que no consiguió la victoria en las urnas debido, entre otras cosas, a la tensa relación que les alejó hace muchos años a pesar de haber sido afines y muy cercanos a Johan Cruyff. Conversaron pocas veces y fue con el que tenía que ser vicepresidente económico, Jaume Giró, con quien negoció los términos del aval. Una versión desmentida por el propio Giró, que se mostró muy sorprendido en su momento por la entrada de Roures en el aval, coincidiendo en el tiempo con su renuncia a la vicepresidencia. Finalmente, el empresario colaboró con 30 millones.
Joan Laporta con su asesor económica durante la campaña electoral, Jaume Giró / EFE
“Yo me haría responsable de una parte del aval si las cosas iban mal”, comentó el empresario. También quiso destacar que hubiera hecho lo mismo por otro candidato, como Víctor Font, pues “la situación de crisis del club era tan fuerte que solo hubiera faltado de esa candidatura no hubiese podido acceder a tener una junta directiva y poder hacer una cosa positiva”. En cambio, dejó claro que no lo habría hecho para ayudar a Toni Freixa, un nuñista confeso que se aleja mucho de los postulados cruyffistas que defiende Roures y que, además, arrastra la fama de deber dinero a todo aquel con quien trabaja o se asocia.