Laporta reactiva las argucias contables de Bartomeu (y nadie dice nada)
Los trucos económicos del dirigente azulgrana para argumentar beneficios
27 agosto, 2021 09:08La situación económica del FC Barcelona en los últimos años ha sido difícil de gestionar, especialmente por los estragos causados por la pandemia del coronavirus. En la gestión de Bartomeu se aplicaron ciertas prácticas, que fueron sumamente criticadas, para presentar balances favorables al final de cada ejercicio. Sin embargo, estamos viendo una reactivación de esas argucias contables en la vuelta a la presidencia de Joan Laporta.
Joan Laporta, presidente del Barça, en una rueda de prensa reciente / FCB
Intercambio de cromos
Durante el ciclo de Josep María Bartomeu existen un par de ejemplos que explican esos artificios, específicamente relacionados al intercambio de jugadores. Primero lo realizó en el 2019 con el trueque de guardametas: Jasper Cillessen por Neto Murara. Ambos fueron tasados a sobreprecio (35 millones de euros) y aunque la operación no generó ni pérdidas ni ganancias, el club pudo computar los 35 millones de la venta en el balance de ingresos, mientras que el coste de Neto se fraccionó automáticamente en los años de vigencia de su contrato a contar a partir de la temporada siguiente.
Posteriormente, volvería a implementar esa táctica. En verano del 2020 con el cambio de mediocentros: Arthur por Miralem Pjanic. Los dos jugadores, al igual que en el primer caso, fueron valorados a precio descomunal. Todo con la finalidad de evitar los números rojos en ese momento. El problema de ese manejo de las cuentas es que termina siendo ingresos inmediatos, pero que implica una ampliación de la deuda, es decir, pan para hoy y hambre para mañana.
Josep Maria Bartomeu en una rueda de prensa del Barça / EFE
Las nuevas argucias
A pesar de que dichas estrategias fueron enormemente criticas, la realidad es que a día de hoy se vive un contexto parecido en la junta presidida por Joan Laporta. En este caso se ha querido vengar de esas prácticas a través de otros métodos. El primero es con la depreciación de la plantilla del primer equipo. Esa devaluación se valora en aproximadamente 138 millones de euros.
La principal razón que explica esta depreciación abrumadora de la plantilla –en la última memoria el inmovilizado intangible (valor de jugadores) ascendía a 597 millones de euros– es que las pérdidas de este año tampoco computarán a efectos de incrementar los avales porque son debidas, principalmente, a la pandemia del coronavirus. Por este motivo, a Laporta le interesaba aplicar el máximo número de pérdidas ahora (esos 481 millones).
Laporta, inflado, se lleva las manos a la cabeza en el Camp Nou / EFE
Por otra parte, también tenemos la idea del actual dirigente de provisionar un total de 90 millones de euros para litigios. Ese monto se divide en 45 millones relativos a dos inspecciones de Hacienda y 45 millones referentes a los hipotéticos costes de los juicios abiertos con Neymar. La jugada de Laporta consistió en provisionar esas pérdidas y apresurarse a solucionar los conflictos judiciales con el jugador brasileño pasado el 30 de junio. Esto tiene como objetivo usar ese dinero que estaba bloqueado y contabilizarlo como ganancias inmediatas en el siguiente curso. Del mismo modo que si deciden revalorizar a la plantilla, podrán anotar nuevos beneficios.
Esas artimañas a nivel contable dejan ver el tipo de estrategia que quiere seguir el mandatario del FC Barcelona. La intención es vender la imagen sobre que está consiguiendo solventar las dificultades económicas de la entidad azulgrana, mientras paralelamente acusa y señala a Josep María Bartomeu de la situación financiera.