No se recuerda una crisis económica tan dura en el FC Barcelona desde los años 60, cuando la falta de tesorería para construir el Camp Nou (1957) estuvo a punto de llevar a la disolución del club. En aquel entonces, los jugadores liderados por Antoni Ramallets acudieron al rescate y renunciaron a su salario mientras la situación de la entidad no fuese a mejor. Un caso que recuerda, y mucho, al momento que atraviesa el Barça actual, donde en este caso han sido los respectivos presidentes quienes han tenido que pedir ayuda a los jugadores.
Laporta, que presentó recientemente unas pérdidas de 481 millones de euros, ha negociado una reducción con Piqué –sin concretar si se trata de una renuncia a parte del sueldo o de un aplazamiento en el tiempo– y espera cerrar en los próximos días acuerdos similares con los demás capitanes: Busquets, Sergi Roberto y Jordi Alba. A pesar de la inédita cifra negativa imputada al ejercicio 2020-21, las versiones de los últimos presidentes no se ponen de acuerdo sobre el impacto real que ha tenido el coronavirus en las cuentas.
Roberto, Busquets, Piqué y Alba, los cuatro capitanes del Barça / FC Barcelona
El presidente Laporta expuso en su última rueda de prensa, en un tono beligerante que trató de evitar por todos los medios en campaña electoral –excepto cuando en el debate de TV3 se mofó sin piedad de Víctor Font–, que las pérdidas por Covid eran de 217 millones. “Y si aplicas los gastos asociados, el impacto final queda en 91 millones”, dijo el mandatario, acusando a Josep María Bartomeu de mentiroso.
La pandemia ha costado 509 millones al Barça
El expresidente, que dimitió el pasado 27 de octubre de 2020, exponía en su reciente, y también dura, carta pública que el impacto de la pandemia había sido de 375 millones. Una cifra relativamente alejada de la que comentó Laporta, pero que encaja casi a la perfección con los números que maneja el club a nivel interno, a los que ha tenido acceso Culemanía.
Son 12 las partidas de ingresos analizadas en comparación con los resultados del ejercicio 2018-19, previo a la pandemia. De estos cálculos se desprende que el coste del coronavirus supuso un descenso de los ingresos a -135 millones en el curso 2019-20 y una caída hasta los -374 millones tras la temporada 2020-21. En total, el dichoso virus le ha costado al Barça nada más y nada menos que 509 millones de euros.
Los -374 millones de la 2020-21
La mayoría de estas cifras son irrebatibles: -43 millones por abonados, -141 millones por ticketing, +7 millones por incremento de los derechos televisivos de la Liga, -21 millones por derechos televisivos y ticketing de la Champions, -1 millón de Barça Studios, -10 millones de patrocinios, -40 millones de ventas en la Megastore del Camp Nou, +1 millón de incremento en el área digital, -3 millones de les FCB Escoles, -15 millones de giras de pretemporada que no se han podido realizar y de los Barça Legends, -78 millones en traspasos y -30 millones en ingresos por celebración de eventos, caterings y alquiler de salas VIP.
Es una obviedad que la pandemia ha sido un factor decisivo en la reducción de la actividad del club y que ha incidido negativamente en la mayoría de estos aspectos. Los menos relacionados con las afectaciones Covid posiblemente sean los vinculados a Barça Studios –solamente hay un millón de diferencia– y la partida de traspasos, que si bien es evidente que el mercado de fichajes está sufriendo las consecuencias de la pandemia, se trata de un aspecto mucho más difícil de cuantificar y comparar por la variabilidad histórica que comporta.
¿Acción de responsabilidad?
En cuanto al descenso de ingresos Champions, una parte de la diferencia en la comparativa se entiende derivada de que en 2019 se llegó más lejos –semifinales ante el Liverpool– que en 2021, donde el equipo de Koeman cayó contra el PSG en octavos. Pero aún en el caso de no contabilizar estas partidas como una consecuencia de la pandemia, la cifra total de afectación seguiría siendo bastante más elevada de los 91 millones que sostiene Laporta: 274 millones de euros.
La historia del Barça demuestra que en cuestiones de números es complicado llegar a consensos y ponerse de acuerdo. Precisamente los bandos de Laporta y Rosell/Bartomeu fueron a juicio con motivo de la acción de responsabilidad social que se impuso contra la directiva del primero porque sus dispares criterios contables llevaron a una interpretación muy distinta de las cuentas. Ahora, en el entorno de Bartomeu hay quien teme que Laporta esté preparando la venganza con otra acción de responsabilidad derivada de las abultadas pérdidas que la nueva junta imputa al ejercicio 2020-21. Una posibilidad que, en base a los estatutos del club, no es factible.