El Barça veía perdida otra batalla cuando el pasado 10 de junio el PSG anunciaba el fichaje de Georginio Wijnaldum, después de que el club catalán hubiera pasado semanas o incluso meses negociando con el jugador neerlandés. Pese a que Wijnaldum dijera que se había ido al PSG porque ellos fueron “más rápidos”, lo cierto es que la oferta del club parisino duplicaba la cifra más alta que el Barça se podía permitir pagar.
Wijnaldum en una acción con el Liverpool / EFE
Desde ese momento, Laporta ha usado esta contratación para ejemplificar que, actualmente, el Barça no puede competir contra equipos como el Paris Saint-Germain o el Manchester City. Otro club que tampoco puede igualar este tipo de ofertas es el Real Madrid, que por su parte solo va a poder acometer un gran fichaje este verano, y eso será si se da la condición de que algunos de los jugadores con más cartel dejen el club dejando atrás una cuantiosa suma de dinero que ahora mismo Florentino Pérez no tiene, como ha admitido en sus últimas entrevistas.
Estas reivindicaciones no son nuevas, ni una pataleta reciente por haber perdido a un fichaje: ambos encontraron un punto de acuerdo en la creación de la Superliga. Según afirmaba Laporta en la Asamblea de compromisarios del pasado domingo, el proyecto de esta nueva competición europea fue creado para, entre otros motivos, “quitar el poder a los clubes Estado” que ya reinan en cualquier faceta económica dentro del fútbol europeo.
Joan Laporta, presidente del Barça, durante la Asamblea de compromisarios / FC Barcelona
Laporta, que aseguró que los clubes quieren “recuperar el poder” y evitar prácticas que “corrompen” el fútbol, puso como ejemplo de adulteración de competiciones a “los clubes Estado que juegan con ventaja usando sponsors ficticios para compensar dificultades económicas”. El presidente del Barça también atacaba duramente a la UEFA, a quien acusaba de ser cómplice de estas prácticas.
La UEFA, lejos de ponerle remedio
La Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA), que era noticia este pasado jueves por el anuncio de la abolición de la regla que daba valor doble a los goles fuera de casa en eliminatorias de ida y vuelta, sigue teniendo como “problema” el asunto del Fair Play Financiero. Y decimos problema con comillas porque desde el pasado mes de abril, parece no serlo tanto. Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, anunciaba el 21 de abril que el organismo europeo relajaría el FPF a partir de este verano.
Aleksander Ceferin en un acto de la UEFA / EFE
Este movimiento era y es visto por muchos como el agradecimiento de Ceferin a los clubes Estado que se habían posicionado en contra del proyecto de la Superliga, anunciado tan solo tres días antes. La UEFA nunca ha tenido la voluntad de separarse o penalizar a los clubes Estado, más bien todo lo contrario: desde 2019, Nasser Al-Khelaifi forma parte del Ejecutivo de la UEFA, un órgano al que se unió Karl-Heinz Rummenigge, director general del Bayern, dos días después de ser anunciada la Superliga. Recordemos que el club alemán fue el otro gran equipo europeo que decidió no ser uno de los miembros fundadores de la Superliga. Pero eso no es todo: ese mismo día la UEFA anunciaba que Al-Khelaifi era el nuevo presidente de la Asociación Europea de Clubs (ECA).
El PSG, el máximo exponente
Si hay un club que define a la perfección el término club Estado, ese es el París Saint-Germain. Tan solo con revisar las empresas que patrocinan al club, uno puede darse cuenta de que hay un patrón: Qatar. Cinco de los principales patrocinadores (considerados por el club como Sponsors Premium) tienen alguna relación con el país de la península arábiga: el Banco Nacional de Qatar; QTA, plataforma para promocionar el turismo a Catar; Ooredoo, empresa de telecomunicaciones asiáticas basada en Doha; Bein Sports, canal con sede en Catar y por último, Qatar Airways, una de las aerolíneas más fuertes del mundo.
Como explicaba Joan Laporta hace tan solo unos días, equipos como el PSG usan relaciones de marketing y sponsors “ficticias o manipuladas” para arreglar sus cuentas. El mayor ejemplo de ello está siendo el mercado de fichajes que está realizando el equipo parisino: más allá de las fichas de Mbappé, Neymar y el resto de cracks del equipo, han realizado antes del mes de julio los fichajes de Wijnaldum y Donnarumma, que pese a haber llegado gratis, han recibido bonus por fichaje y salarios incomparables a los que ofrecían otros clubes.
Neymar y Mbappé celebran un tanto del PSG / EFE
Aunque se dice que el club tendría unas pérdidas de unos 100 millones, y se rumoreaba que debido a ello tendrían que salir jugadores como Dagba, Diallo, Bakker, Sarabia o Kurzawa, el PSG está, simultáneamente, mostrando interés en jugadores como Theo Hernández o Eduardo Camavinga, cuyos traspasos no se harían mediante cifras precisamente bajas. El club parisino, visto desde fuera, parece estar haciendo negocios en otra realidad.
El City no parece tener freno
La noticia que hacía reavivar esta mañana toda la discusión acerca de los clubes Estado era la que publicaba el Daily Mail inglés: el Manchester City estaría a punto de cerrar el fichaje de Jack Grealish por algo más de 115 millones de euros. Este traspaso, que para el resto de clubes pertenece casi a otra época, se daría al finalizar la Eurocopa y, no contento con ello, el club de Pep Guardiola intentaría acometer otro fichaje de récord: el de Harry Kane, actual delantero del Tottenham que ya ha comunicado a su club que quiere cambiar de aires.
Las preguntas en torno a este movimiento son lógicas, ya que parece impensable que un club, en este momento de dificultades económicas creadas por la pandemia, pueda realizar este fichaje y plantearse otro del mismo calibre.
Khaldoon Al Mubarak, presidente del City | REDES
Si analizamos también los patrocinadores del Manchester City, vemos como en este caso hay una fuerte relación con los Emiratos Árabes Unidos, país de origen del jeque al que pertenece el club. En la lista encontramos a Etihad Airways, aerolínea que mueve mucho dinero y que además da nombre al estadio citizen, así como a la plataforma Visit Abu Dhabi, que promueve el turismo a los EAU y a cambio financia al club inglés. Comparado con el PSG, eso sí, la cantidad de patrocinadores es menor, y también hay que tener en cuenta que el City recibe muchos ingresos por sus éxitos domésticos e internacionales, algo que es menos frecuente para el PSG.
No lideran en ingresos ni en deudas
Según la prestigiosa consultora Deloitte, que elabora un informe anual sobre los ingresos de los principales clubes de fútbol del mundo, en la 2019/20 Manchester City y Paris Saint-Germain fueron el sexto y séptimo club que más dinero ingresaron. El City, con 549 millones, y el PSG, con 540, estuvieron lejos de los líderes de la tabla: FC Barcelona y Real Madrid, ambos con 715 millones. En medio encontramos al Bayern (634M), al Manchester United (580M) y al Liverpool (559M).
Barça y Real Madrid, clubes con más ingresos del mundo / EFE
Es cuando analizamos las pérdidas y los números rojos cuando vemos dónde se benefician especialmente los clubes Estado. Sobre los números de la misma temporada pero en el ámbito de deudas, un análisis realizado por la consultora especializada KPMG Football Benchmark reveló que ni Manchester City ni Paris Saint-Germain se encuentran en el top 10 de los clubes de fútbol que más deudas contrajeron por culpa de la temporada que el COVID-19 frenó.
El mercado de fichajes abrirá oficialmente el 1 de julio, y tendremos que ver qué sorpresas nos deparan los movimientos que puedan realizar los clubes Estado, que con toda seguridad marcarán el tope tanto en traspasos como en salarios.