Josep María Bartomeu ya no es presidente del FC Barcelona. Tanto él como su junta directiva presentaron la dimisión, tras no llegar a un acuerdo con la Generalitat de Catalunya para posponer la votación del voto de censura para así asegurar la presencia de diferentes sedes en todo el territorio. El tiempo se le echó encima a la cúpula culé, ya que si no comunicaban su decisión este martes, podrían ser denunciados al incumplir los Estatutos por los socios.
El ya expresidente quiso poner fin a su mandato de más de seis años con un discurso donde repasó todos los éxitos de la actual directiva, y no dudó en atacar al gobierno catalán por irresponsable. Ahora, una comisión gestora presidida por Carles Tusquets deberá hacerse cargo de todas las tareas pendientes de la entidad, y convocar unas elecciones a la presidencia antes del mes de enero.
Bartomeu, en el momento de anunciar su dimisión como presidente del Barça | FCB
La situación del Barça en estos momentos es extremadamente compleja. Bartomeu contaba con estos meses, hasta el mes de marzo cuando teóricamente estaban previstos los comicios, para apagar algunos fuegos y rematar algunos deberes pendientes. Sin embargo, la moción de censura le pilló de imprevisto e impidió a su directiva concluir su trabajo. Entre la gestora y la nueva directiva deberán encargarse de estas necesidades.
Negociación salarial de los jugadores
Uno de los deberes más urgentes que le quedó pendiente a Bartomeu fue acabar de renegociar los salarios con los futbolistas del primer equipo. Ahora, será Carles Tusquets, que contará con la colaboración de los todavía ejecutivos, y sobre todo con el máximo responsable del club, Oscar Grau, para reducir como mínimo, 159 millones de euros para que cuadren los balances y se pueda cerrar el ejercicio con un millón de euros de beneficios después de impuestos.
Oscar Grau y Carles Tusquets, máximos responsables del Barça tras la dimisión de Bartomeu / CM
La dimisión de Bartomeu quizá ayude a estimular esas negociaciones, ya que varios futbolistas eran reacios a tratar con el presidente por el claro deterioro que sus relaciones habían sufrido en los últimos meses. Sin embargo, la adecuación de salarios será muy importante a fin de evitar cerrar el próximo ejercicio con pérdidas. La Mesa de Negociación se cerrará el próximo día 5 de noviembre, por lo que la urgencia es máxima.
Aprobar las cuentas en la Asamblea de Compromisarios
Asimismo, la pandemia del coronavirus impidió a Bartomeu presentarse a la Asamblea de Compromisarios, prevista para el pasado 25 de octubre. La Generalitat de Catalunya recomendaba celebrar de forma telemática este tipo de reuniones, cosa que el club no vio factible y siguió apostando por lo presencial.
Una imagen de archivo de una asamblea de compromisarios en Can Barça / Redes
Esta Asamblea todavía no tiene fecha definitiva, pero su celebración es determinante para la liquidación del ejercicio económico de la temporada 2019/2020 y la aceptación del presupuesto para la 2020/21. A esto hay que sumar también que los socios tendrán la opción de ratificar o no la adhesión del FC Barcelona a una próxima Superliga de Clubes, tal y como avanzó Bartomeu.
Las dudas del Espai Barça
Por otra parte, está el Espai Barça. Lo que apuntaba a ser la joya de la corona del proyecto de Bartomeu al frente del FC Barcelona: la renovación del Camp Nou, un nuevo pabellón para la sección de baloncesto y tirar abajo el Mini Estadi para levantar otro estadio para el equipo femenino y el filial.
En principio, el Espai Barça debía estar completamente acabado para 2021. No obstante, no han dejado de llegar complicaciones. En un primer momento la inversión sería de 600 millones. Con el tiempo, y sin el Espai Barça completado, la cifra se ha ido a más de 800 millones de euros como consecuencia del crédito solicitado. Lo único que está en pie es el Johan Cruyff y que ya funciona como sustituto del Mini Estadi. El resto de obras se mantienen en pausa con una fecha aproximada de finalización fijada en 2025.
Imagen de archivo del Espai Barça / FCB
Con la crisis económica que afecta gravemente al club azulgrana, el proyecto del Espai Barça genera cada vez más dudas. En su despedida, Bartomeu afirmó: "El Espai Barça ya está en marcha. Dejamos a disposición de la nueva Junta la posibilidad de parar las obras sin coste". Por lo que cedió toda la responsabilidad a la nueva cúpula de seguir o no adelante con el ambicioso proyecto.
Barça Corporate
Asimismo, en su despedida Bartomeu también apuntó que la entidad culé tenía avanzadas las negociaciones con hasta siete empresas de renombre mundial, para conseguir un aliado estratégico y financiación para el proyecto Barça Corporate. Se trata de un proyecto que, a su vez, aglutina otros cuatro proyectos creados por la junta saliente para aumentar las ganancias: Barça Studios, Barça Licensing and Merchandising, Barcelona Innovation Hub y las Barça Academies, unidades de negocio resultantes del plan estratégico de 2015.
Ahora, será la comisión gestora la que recibirá las ofertas de las empresas que deseen unirse el proyecto el 16 de noviembre. A mediados de diciembre concluirá la subasta y se dará a conocer cuál es la compañía que apuesta por el Barça Corporate. Evidentemente, el proceso de elección deberá pasar por la asamblea de compromisarios, siempre y cuando el nuevo presidente apueste por dar continuidad al proyecto. Si desea hacerlo, podrá hacerlo.
Refuerzos para el primer equipo
Finalmente, a Bartomeu le quedaron también en el aire algunos refuerzos para la primera plantilla de fútbol. Fichajes que el club azulgrana ya tenía apalabrados, pero que debía esperarse al mercado de fichajes de invierno para acabar de concretar las negociaciones.
Depay y García en un fotomontaje / Culemanía
Ronald Koeman exigió las llegadas de Memphis Depay y Wijnaldum, que además acaban contrato en 2021 y podrían llegar por una cantidad considerable. Además, la plantilla azulgrana necesita reforzarse urgentemente con un central, y la opción de Éric García sigue sobre la mesa. La Gestora podría arriesgarse con estos fichajes, pero los precedentes no son positivos si optan por esta opción. Y más cuando los tres finalizan su relación con sus equipos ese mismo verano, y debería ser trabajo de la nueva junta decidir si vale la pena ficharles o no.