La transformación más oscura de Éric Abidal
El secretario técnico ha pasado de ser un ídolo del barcelonismo a ser criticado por su trabajo en la dirección deportiva
7 mayo, 2020 00:32Formar parte de la cúpula del FC Barcelona desgasta. Cuesta recordar un presidente que haya salido indemne de su mandato. De una forma u otra, Josep Lluís Núñez, Joan Gaspart, Joan Laporta, Sandro Rosell y ahora Josep Maria Bartomeu han visto erosionada su figura después de dirigir al club azulgrana.
Pero no hace falta elevarse hasta el más alto cargo de la entidad para darse cuenta de cuánto consume el poder en Can Barça. Uno de los mejores ejemplos de esto es Eric Abidal, secretario técnico desde 2018. El exfutbolista francés ha pasado de ser un ídolo del barcelonismo a estar en el punto de mira por sus decisiones en la dirección deportiva.
Ídolo
Abi llegó al FC Barcelona en 2007 procedente del Olympique de Lyon. Nada más aterrizar, se topó con un proyecto caducado cuyos mejores años ya habían pasado. Tras sufrir la temporada 2007-08 desde dentro, la llegada de Guardiola le sentó de maravilla y se convirtió en alguien importante en los esquemas del preparador de Santpedor desde el primer momento.
Leo Messi y Eric Abidal en su etapa como futbolistas del primer equipo del Barça / ARCHIVO
Era uno de los jugadores más queridos de ese histórico equipo por su sencillez, su honestidad y su carisma. Pasó de ser un futbolista admirado a ser un referente para todo el barcelonismo a raíz de su cáncer de hígado en 2011. La forma en que enfrentó la enfermedad, su optimismo y su valentía le convirtieron en un modelo a seguir. Verle levantar la Champions League en Wembley fue uno de los momentos más emotivos de la historia del FC Barcelona.
En ese momento, Abidal ya era algo más que un simple futbolista o un ídolo. Menos de un año después de recuperarse, en marzo de 2012, se hizo público que el francés debía someterse a un transplante de hígado para combatir el cáncer. Y Abidal volvió a vencer. Meses después de recuperarse, en verano de 2013, se marchó rumbo al Olympiacos por la puerta grande.
La etapa Laporta
Se fue con estatus de leyenda, al nivel de los grandes del FC Barcelona de siempre. Dos años después de haberse ido, ya retirado, formó parte de la candidatura de Joan Laporta para las elecciones presidenciales de 2015. En ese momento, el abogado catalán expuso que "es uno de nuestros héroes".
Eric Abidal y Joan Laporta fueron de la mano a las elecciones de 2015 y fracasaron / EFE
Abidal era una de las cartas fuertes del expresidente para tratar de ganar a un Josep Maria Bartomeu que venía de lograr un triplete. Eso da una muestra de cómo de querido era el 22 por aquel entonces. Laporta no ganó, por lo que el regreso del exfutbolista francés al FC Barcelona se aplazó unos años.
Vilipendiado
En 2018, Bartomeu fichó a Abidal como reemplazo de Robert Fernández. Su llegada fue celebrada por la mayor parte del barcelonismo, pero su figura se ha ido desgastando poco a poco. La afición se ha olvidado de ese Abidal jugador y tiene en mente su imagen más reciente: la de secretario técnico. El francés no tiene el mismo desempeño en los terrenos de juego que en los despachos.
Eric Abidal en un acto del Barça / EFE
El mito iba cayendo poco a poco, pero acabó por derrumbarse en febrero de este año. La polémica con Leo Messi, que le pidió que cada uno se hiciera cargo de sus decisiones después de que el secretario técnico apuntara al vestuario como culpable de la destitución de Valverde, ha supuesto un antes y un después en su paso por Can Barça.
Ruptura con las vacas sagradas
El delantero argentino no fue el único jugador que cuestionó las acciones de Abidal. Jordi Alba, su relevo en el carril, aseveró que "ya nos tiran bastante mierda", mientras Sergio Busquets criticó la planificación y lamentó que la plantilla fuera demasiado corta. Asimismo, Xavi Hernàndez admitió que tuvo una oferta del Barça, con lo que desmintió al exfutbolista francés, que negó haber propuesto al egarense el cargo de entrenador.
Compartió vestuario con muchos de los futbolistas actuales, pero su relación ha cambiado. Y la imagen que tiene el barcelonismo de él, también. De ser un ídolo a ser señalado como uno de los culpables de los malos resultados y de las tensiones internas.