Como si de un dejà vu se tratara, un verano más Neymar Jr apunta a ser uno de los grandes protagonistas del mercado de fichajes. Tras dos años con menos éxito del que esperaba en el París Saint-Germain, el brasileño vería con buenos ojos volver al FC Barcelona, de donde salió por la puerta de atrás cuando se produjo su traspaso.
El interés es mútuo, pues la entidad catalana también está interesada en su regreso. Pese a su conflictiva salida y sus constantes líos extradeportivos, el club azulgrana valora por encima de todo su calidad y ve en Neymar al futbolista que debe dar el salto cualitativo necesario para que el FC Barcelona pueda volver a levantar la Champions League cinco años después.
El principal impedimento para poder acometer su fichaje es la figura de Nasser Al-Khelaifi, propietario y presidente del París Saint-Germain. Las relaciones entre la entidad catalana y el jeque catarí son malas y han empeorado con el paso de los años, por lo que a priori se antoja improbable que vaya a dejar que una de sus grandes figuras recale en el Camp Nou.
Los conflictos
Se podría decir que todo empezó en 2012, menos de un año después de la llegada de Al-Khelaifi a la presidencia del cuadro francés. Barça y PSG se fijaron en el mismo jugador para reforzar la posición de central: Thiago Silva. Después de meses y meses de lucha, fueron los parisinos quienes se llevaron el gato al agua e incorporaron al brasileño tras pagar 42 millones de euros por el brasileño, que se convirtió en el segundo zaguero más caro de la historia. Un año después, la historia se repitió con Marquinhos, que también acabó en el Parque de los Príncipes.
Esos dos episodios fueron solo simples prolegómenos al inicio de la verdadera guerra. En verano de 2017 el FC Barcelona se fijó en Verratti, futbolista del París Saint-Germain, para reforzar el centro del campo. Por aquel entonces el italiano era uno de los futbolistas más anhelados del planeta. Su deseo era vestir de azulgrana y como los parisinos no le dejaban salir, se declaró en rebeldía para forzar su venta. No lo consiguió.
Di María y Verratti celebran uno de los tantos del 4-0 que sufrió el FC Barcelona en París / EFE
Semanas después se supo que el PSG estaba detrás de Neymar Jr y que quería pagar su cláusula, y lo acabó haciendo. Los días previos a su marcha dañaron la imagen del FC Barcelona, que veía impotente como no podía hacer nada, y de algunos de sus integrantes (el "200%" de Mestre; el "se queda" de Piqué). Su fichaje fue interpretado por algunos como la venganza al interés por Verratti.
El último capítulo del conflicto lo protagonizó Adrien Rabiot. Su contrato finalizaba el 30 de junio de este año y desde el primer momento mostró que no tenía intención alguna de renovarlo. Durante muchos meses parecía que su destino sería el FC Barcelona, algo que no gustaba nada a Al-Khelaifi, que trató de buscarle salida durante el mercado de invierno. Finalmente los azulgranas se decantaron por Frenkie de Jong, futbolista que arrebataron, precisamente, al PSG.
Condenados a entenderse
Como siempre que se habla de traspasos que involucran a futbolistas del conjunto parisino, en caso de que el Barça decida ir a por Neymar se encontrará con el problema de que la entidad francesa no tiene ninguna necesidad de vender. Si a ello sumamos la mala relación entre Al-Khelaifi y el FC Barcelona, la única solución para que se produzca el fichaje es un gesto del brasileño.
Bartomeu y Nasser Al-Khelaifi en el Barça-PSG / EFE
Si el exazulgrana demuestra públicamente que quiere volver al Camp Nou y dejar el PSG, las posibilidades de que el traspaso se lleve a cabo aumentarían sustancialmente por dos motivos. En primer lugar, a los del Parque de los Príncipes no les interesa tener descontento a un futbolista con el sueldo que tiene Neymar. Y en segundo lugar, porque con el dinero (y los jugadores) que recibiría el PSG con Neymar, rearmaría el equipo y podría dar un golpe de timón a su proyecto para lograr el éxito europeo de una vez por todas.
Durante el verano, Neymar copará portadas de diarios y abrirá informativos. Su regreso al FC Barcelona revolucionaría el mercado y causaría un enorme impacto mediático. El brasileño quiere volver, y el club desea contar con él de nuevo. Ambos tienen el mismo enemigo en común: Nasser Al-Khelaifi.