El desastre en la planificación que podría liquidar a Pep Segura
El director deportivo del club está en el punto de mira de una directiva que asume que la planificación no ha sido la correcta
29 mayo, 2019 18:12Se buscan culpables para calmar a un barcelonismo que pide que rueden cabezas y se asuman responsabilidad. La primera era la de Ernesto Valverde, pero Josep Maria Bartomeu aguantó el chaparrón. Mantiene la confianza en el técnico y logró convencer a los directivos que veían necesario un relevo en el banquillo para que dieran una oportunidad más al técnico extremeño.
A no ser que él mismo dimita, el Txingurri continuará una temporada más en el banquillo del Camp Nou, tal y como acordaron entidad y técnico meses atrás en su renovación. Una dirección que será sometida a examen con la dirección deportiva que tampoco se salva de la quema. Eric Abidal mantiene el crédito, pero el más señalado es Pep Segura. Muchos consideran que la planificación deportiva no ha sido la adecuada, que los fichajes --no todos pero algunos-- no han dado la talla y que no se vislumbraron las necesidades reales del equipo, ni el pasado verano, ni especialmente en la ventana de invierno.
El encargado de ese trabajo fue el director deportivo a quien culpan de fichajes que no han dado la talla o que incluso apenas han participado. Unas incorporaciones que han mermado el rendimiento del colectivo y han disminuido los recursos para Valverde, además de suponer un dispendio innecesario para el club.
Señalado
Los refuerzos elegidos no han sido los adecuados. Messi es el eje y líder del equipo, pero solo no puede y ante las adversidades que se ha encontrado el equipo en las últimas semanas, especialmente lesiones de jugadores importantes, no había fondo de armario de garantías. Leo necesitaba socios de primer nivel y en el banquillo habían escasas alternativas, mientras que en la grada se sentaban los refuerzos.
Ramon Planes, Eric Abidal, Ernesto Valverde y Pep Segura / FCB
Asumió el cargo de director deportivo el verano de 2018 con gran parte de los deberes hechos, como por ejemplo el fichaje de Arthur, pero a su predecesor, Robert Fernández, se le castigó por errores mucho menores que los que ha cometido Segura. Sin delantero centro, sin extremo derecho y sobre todo, sin lateral zurdo de repuesto. Unas ausencias que obligaron al Txingurri a tirar de imaginación para alinear un once competitivo en la final de la Copa.
Otro de los desencantos más sonados es el conocimiento del estilo del Barça. Como siendo un hombre de club pudo dar el visto bueno a fichajes tan desastrosos. En 1997 fue entrenador del Juvenil A y posteriormente desarrolló otros cargos dentro del club como responsable técnico de alto rendimiento y scouting, hasta el 2005. Tras diez años fuera de la entidad catalana, con periplos por Grecia e Inglaterra como entrenador, regresó a la capital catalana para ejercer de técnico de fútbol formativo profesional hasta llegar a la dirección deportiva.
Un cargo que ahora algunos consideran que le ha quedado grande y que creen que debe cambiar de cara si se quiere volver a recuperar el ADN azulgrana.