Los jugadores del Real Madrid de Zidane celebran el gol contra el Galatasaray / EFE

Los jugadores del Real Madrid de Zidane celebran el gol contra el Galatasaray / EFE

Real Madrid

Courtois salva el cuello de Zidane en el temible infierno turco

El conjunto blanco toma aire tras vencer con sufrimiento al Galatasaray (0-1)

22 octubre, 2019 23:50

Zinedine Zidane toma aire. Al menos de momento. El Real Madrid llegaba a Estambul en el peor momento de la temporada tras caer de forma desastrosa en Mallorca. La continuidad del técnico francoargelino se estaba empezando a poner en duda y los nombres de Mourinho Allegri comenzaban a sobrevolar el Santiago Bernabéu.

El choque frente al Galatasaray era clave en todos los sentidos. Para el futuro de Zizou y también para el del Real Madrid en la Champions League. Un tropiezo hubiera dejado a la entidad de Chamartín sin margen de error. Como viene siendo habitual, el conjunto blanco no dejó buenas sensaciones y sufrió. Pero ganó, que este martes era lo más importante.

Sufrimiento... y fortuna

Le salió redonda la apuesta a Zidane. Tras el batacazo de Son Moix, el técnico francoargelino sorprendió optando por Fede Valverde y Rodrygo. El futbolista uruguayo le dio fondo físico, recorrido, trabajo y kilómetros al centro del campo blanco. En cuanto al brasileño, aportó talento, desparpajo y verticalidad. Eso que tanto falta a la entidad de Chamartín en muchos encuentros.

El Real Madrid salió totalmente conectado al encuentro. Se hizo con el dominio de la posesión en los primeros minutos y encerró al Galatasaray en su área. Dejaba espacios en defensa, pero llevaba los tempos del encuentro. En el 18' logró el primer y único gol del encuentro con algo de fortuna. Tras una pared entre Benzema Hazard, el extremo belga vio a Toni Kroos por el retrovisor y le puso el balón para que rematara a placer. El disparo del alemán topó con un defensa turco y acabó en la escuadra.

Rodrygo en el choque contra el Galatasaray / EFE

Rodrygo en el choque contra el Galatasaray / EFE

Rodrygo en el choque contra el Galatasaray / EFE

Con ventaja en el marcador, volvió el peor de los males de los de Zidane: el conformismo y la confianza. Concedió el esférico al Galatasaray y los turcos empezaron a merodear el área con mucho peligro. Ramos, Varane, Carvajal y Courtois desbarataron cualquier tipo de peligro, y los blancos se marcharon al descanso por delante en el electrónico.

La segunda mitad siguió la tendencia de la recta final de la primera. El Real Madrid contemporizó más de lo debido y dejó que el cuadro turco se creciera. Algo que vino provocado, en gran parte, por los errores de cara a puerta de los de ChamartínBenzema y Rodrygo perdonaron demasiado. Incluso Hazard falló una ocasión clamorosa a puerta vacía. El conjunto de Fatih Terim se lanzó en busca del empate en los últimos minutos del choque, pero las malas decisiones en los metros finales le costaron muy caras.

Héroe

Zidane le debe gran parte de esta victoria a ese hombre del que tanto ha dudado desde que regresó al banquillo del Real MadridThibaut Courtois. El arquero belga fue el héroe blanco sobre el terreno de juego del Turk Telekom Arena. Si la entidad de Chamartín se llevó los tres puntos de Turquía fue gracias a su figura.

Courtois atrapa un balón frente al Galatasaray / EFE

Courtois atrapa un balón frente al Galatasaray / EFE

Courtois atrapa un balón frente al Galatasaray / EFE

El guardameta tuvo dos intervenciones milagrosas nada más empezar el encuentro. Primero, tras un disparo de Andone en el minuto 10. Instantes después, los protagonistas se volvieron a repetir. El delantero rumano soltó un testarazo, pero el ex del Chelsea volvió a responder. Durante el resto del encuentro, se le vio muy seguro y cada vez que el Galatasaray se acercó a su área espantó cualquier tipo de peligro.

El Real Madrid contemporizó y especuló en Estambul. Algo que le podría haber costado un disgusto de no haber sido por la figura de Thibaut Courtois. El arquero belga, tan discutido anteriormente, fue el héroe de la entidad de Chamartín. El cuadro blanco jugó con fuego, pero salió del infierno turco sin quemarse.