Joan Laporta, junto a Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, lamenta la derrota del Barça ante el PSG

Joan Laporta, junto a Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, lamenta la derrota del Barça ante el PSG EFE

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El bajón deportivo del Barça calienta la asamblea y apura a Laporta: las elecciones todavía se pueden complicar

Las derrotas, pero sobre todo las sensaciones transmitidas, contra el París Saint-Germain y el Sevilla tensan la congregación de unos socios que ven como no hay Grada d'Animació, que no hay regreso al Camp Nou y tampoco reforma de los estatutos

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Joan Laporta no contaba con ello. A priori, la asamblea general de socios compromisarios del 19 de octubre debía ser un desfile militar. El socio no suele poner trabas a los presidentes, y más con el abogado catalán, que domina la oratoria como pocos. Sin embargo, el bajón deportivo del FC Barcelona hace saltar las alarmas.

La asamblea, el mismo finde que se celebre el Barça-Girona, pero un día antes, será la última sesión participativa antes de los comicios a la presidencia de 2026. Habrá muchas cosas en juego. Y, si bien el propio Laporta sabe que es el principal candidato, y la oposición conoce que solo podrá hacerle frente si va de la mano, la reunión podría complicarse más de lo previsto y alterar el panorama.

¿Crisis deportiva?

El segundo mandato de Laporta está marcado por la decisión de echar a Xavi Hernández y fichar a Hansi Flick. El entrenador de Heidelberg llegó con los deberes hechos, habiendo estudiado la plantilla, la cantera y con una idea de juego clara. Tras una temporada sin títulos, el Barça consiguió el triplete nacional en la siguiente campaña. Y se quedó a minutos de la final de la Champions League.

Hansi Flick entra a la sala de prensa antes del Barça-PSG

Hansi Flick entra a la sala de prensa antes del Barça-PSG EFE

Flick hizo magia con los mismos jugadores que tenía Xavi, a excepción de Dani Olmo y Pau Víctor. No obstante, todo ha cambiado este año. El míster de 60 años perdió a su extensión sobre el terreno de juego, Iñigo Martínez, aunque renovó la portería con Joan García y la delantera con Marcus Rashford. Pero el juego ha dado síntomas de empeorar.

PSG y Sevilla

El duelo de Champions League contra el París Saint-Germain expuso la diferencia de nivel, sobre todo en la segunda parte, tras una primera en la que el Barça fue superior, con el campeón de Europa. El equipo de Luis Enrique dominó gran parte del encuentro sin su tridente titular. Su centro del campo se impuso al del Barça.

Lamine Yamal, durante el partido Barça-PSG

Lamine Yamal, durante el partido Barça-PSG Simón Sánchez

En Sevilla, el pasado domingo (4-1), sucedió lo mismo. Cada jugador, defendido por su par, no supo como salir de la presión. Solo Pedri en la medular fue capaz de ejercer de faro del Barça. Esa sensación de no poder dominar un partido es la que más preocupación genera. No hubo posesión del balón y se concedieron ocasiones con mucha facilidad.

Aún queda mucho

Flick tiene que volver a dar con la tecla. El Barça-Girona será el primer encuentro tras el parón y, en función de si el partido acaba en victoria o derrota, el ambiente puede estar muy caldeado. El millar de socios esperado podrá hablar ante el presidente.

Además, los compromisarios ya habrán presenciado si el Barça ha regresado no o no al Camp Nou, un aspecto totalmente clave. La previsión es que el Ayuntamiento conceda la licencia de primera ocupación parcial durante esta frenada de selecciones. La entidad culé debería subsanar todos los problemas de seguridad que hay en las obras del estadio, que se concentran en los accesos.

Grada y aval

El plano deportivo fue lo más alarmante del Barça-PSG, pero también el del ambiente. Los 3000 aficionados del club parisino, en ausencia de la Grada d'Animació, se hicieron escuchar mucho más que el resto del Estadi Olímpic Lluís Companys al completo. Las reuniones de la empresa externa con grupos de socios han terminado, pero todavía no hay conclusiones sacadas y el retorno al Camp Nou se producirá sin un espacio de animación.

Además, Laporta no modificará los estatutos y, por tanto, los siguientes candidatos a la presidencia no tendrán que avalar. Si el abogado catalán y su junta cierran el ejercicio con pérdidas, no habrá problema. Cualquier aspirante podrá comandar el Barça sin jugarse su patrimonio. El camino se allana para cualquiera, aunque puede que a Laporta se le complique la asamblea del 19 de octubre.