Raphinha se prepara para regresar con el Barça REDES
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Es imposible saber si el fuego que prendió en Raphael Dias Belloli, Raphinha, la pasada temporada se debió a una combustión espontánea o a una flamígera necesidad de reivindicarse como futbolista. Recordamos que no le hizo ni pizca de gracia ver su dorsal regalado a Nico Williams durante el primer verano del amor que vivió la culerada con la cobardona promesa vasca. Pero ese conato de celos apenas alcanza a explicar su atómico desempeño, ni la transformación de un atolondrado intento de extremo regateador en el alfa de un equipo, el primer Barça de Hansi Flick, que fue una manada de lobos bajo el influjo de Rapha.
No se veía a un brasileño tan feroz ni tan decisivo desde el primer Ronaldo Nazario, y el vértigo que causa esta afirmación es comparable al que provoca entre el barcelonismo la anticipación de su esperado regreso a los terrenos de juego. El ascendente de Raphinha en el Barcelona ha crecido hasta un tamaño tan descomunal que convierte los sobresalientes números de Marcus Rashford en notas a pie de página, la línea defensiva adelantada en anatema y el regreso al Camp Nou en un asunto más emotivo que otra cosa. A estas alturas de la temporada, ya no hay culé que no comprenda que nada tiene sentido si no es con el 11 acelerando como un demente hacia el área rival.
Todo se cuestiona en el Barça de este noviembre destemplado. Y muy probablemente sea porque en el once falta un tipo capaz de atornillar 34 goles y 26 asistencias en 57 partidos. Y, en insólita consonancia con el imaginario culé, lo importante no es lo que hizo la pasada temporada sino el cómo: cabalgando, presionando, propulsándose entre las líneas rivales y por encima de ellas, golpeando la pelota como el trueno y, por encima de todo, creyendo en la victoria hasta el último aliento del último minuto del último partido. Es justo ese 'cómo' lo que el equipo blaugrana echa de menos para terminar de reconocerse como el campeón que es.
Castigado por bajas sensibles (de nuevo el portero titular, de nuevo Pedri, ahora también Lamine Yamal, quien por primera vez parece vulnerable), el Barça ha encadenado unos cuantos partidos y resultados francamente mejorables. Pero en lo profundo del inconsciente colectivo de la culerada habita la idea de que Raphinha será el pegamento que suture todas las grietas de un equipo inseguro, deslavazado. Y desde luego su aura actual recuerda mucho a la de aquel Eto'o que casi siempre marcaba el 1-0 y quitaba las ganas de recibir la pelota a todos los defensas que se enfrentaban a su Barça. La influencia del camerunés también tenía, como la de Raphinha ahora, algo de espiritual e inquebrantable. Un eco chamánico que el propio Samuel sintetizó en su políticamente incorrecto manifiesto del sacrificio: "correr como un negro" para vivir y ganar como el más privilegiado de los blancos. Y los blancos, mientras tanto, a recoger el balón una y otra vez para sacar de centro.
P. D.: Nos vemos en Twitter: @juanblaugrana