Pedro 'Dro' Fernández, juvenil que entrena con el primer equipo del Barça FCB
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Está visto que llamarse Pedro, sea en la modalidad que sea, y además tener lo que en tiempos de la televisión en UHF se decía "apellido checoslovaco" (Rodríguez, González, Fernández) es una jugada cabalística con altas posibilidades de éxito en el Fútbol Club Barcelona. Tras la balada de Pedro y el sinfónico redoble de Pedri, el primer partido de pretemporada ha dejado al barcelonismo sin poder quitarse de la cabeza el soniquete electro-pop de la canción del verano.
Pedro Fernández, Dro, no es aviador sino, desde ayer, goleador. Y de entre los canteranos pretendientes del primer equipo del Barça no era el más guapo ni el más alto ni el más recomendado. Pero Hansi Flick enseguida detectó a un futbolista tan singular como el microclima de Nigrán, su lugar de nacimiento y primera formación: una deliciosa anomalía que merece alargar un par de semanas el veraneo. Especialmente antes de una temporada en la cual el campeón del triplete doméstico ya no cuenta con apenas ningún factor sorpresa.
"Entré nerviosillo", declaró el rapaz con un poquiño de acento, que es el refugio de todos los emigrantes para recordarnos el calor del hogar y darnos fuerzas cuando nos sentimos vulnerables. Pero esa fragilidad no le impidió azotar con violencia un rechace en la frontal que sacudió la red del Vissel Kobe para colocar el 1-3 definitivo en el marcador del primer test asiático para los azulgranas. Antes ya había dejado unos cuantos detalles técnicos que fueron el manifiesto de un interior eléctrico, que ataca los espacios a dentelladas y acelera cuando todos los demás están empezando a frenar.
Otro apellido, Alcántara, forma parte de su embrujo. Y no porque el año en que nació Dro se emitiera la décima temporada de Cuéntame, así de mayores estamos usted y yo, sino porque antes de llegar a La Masia el muchacho asistió a la misma escuela Val Miñor donde dieron sus primeros y finos toques a una pelota los hijos del entonces celtista Mazinho, a la sazón Thiago y Rafinha. Ambos fueron importantes en el Barça, aunque seguramente podían haberlo sido mucho más de haber eclosionado en equipos azulgranas más tiernos y menos complicados. Dro tampoco tiene mucha suerte en ese aspecto, puesto que el overbooking de talento en su posición es evidente. Pero, ¿qué es el fútbol sino ondiñas que veñen e van?
El tarot que echamos en estas líneas nos enseña ahora otra carta con el mismo apellido, la de Paulino Alcántara, tremebundo goleador del Barça de los años 10 y 20 del siglo pasado, que comparte con Dro el origen filipino y según los anales saldó sus 399 partidos con 395 dianas. No le pediremos tanto al chaval, pero sí al menos que no nos salga tan falangista como aquel a quien apodaban 'El Romperredes'. Con el excuñado de Laporta ya tenemos bastante.
P. D.: Nos vemos en Twitter: @juanblaugrana